Crisis industrial

Los minoritarios de Abengoa solo cobrarán si Urquijo vende una Abenewco salvada in extremis de la quiebra

Recibirán unos bonos al 12% de interés solo si la nueva Abengoa sale a bolsa o alguien la compra por 270 millones

Abengoa llega a un acuerdo para salvarse de la quiebra

Abengoa Sepi
Imagen de una planta de Abengoa
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Los minoritarios de Abengoa han aceptado el acuerdo alcanzado con los acreedores y accionistas institucionales de Abenewco1 (‘nueva’ Abengoa) para salvar la compañía de la quiebra a cambio de una promesa de muy difícil cumplimiento. Se les han prometido unos bonos con un altísimo interés del 12% pero solo si Abenewco1 se vende o sale a bolsa con una valoración superior a 270 millones en un plazo de tres años, a pesar de haber esquivado el concurso de acreedores in extremis.

El acuerdo contiene prácticamente todas las condiciones impuestas por los acreedores (con Santander, KKR y Bluemountain entre ellos) en el plan de salvación anunciado en agosto: todo el negocio y los activos se traspasa a Abenewco1, que quedará en sus manos mediante la conversión de distintas categorías de deuda en acciones; los minoritarios de la ‘vieja’ Abengoa cotizada solo tendrán un 2,7% del capital tras estos canjes de la nueva frente al 77,5% que poseen en la actualidad; y el consejo de Abenewco seguirá presidido por Gonzalo Urquijo, pese a su destitución en Abengoa S.A. en la junta del 17 de noviembre, quien podrá cobrar el famoso bonus de 60 millones. El candidato de los minoritarios a la presidencia, Marcos de Quinto, renuncia al puesto.

A cambio de todas estas renuncias y a pesar de la toma de control de Abengoa S.A. en la citada junta, los minoritarios solo obtienen dos cosas. La primera es tener una representante en el consejo de Abenewco, Verónica Vargas, frente a los tres que la plataforma que los agrupa, Abengoashares, pretendía nombrar en la junta general del 21 de diciembre. La segunda y más importante es una compensación por su dilución en el capital mediante unos títulos de deuda que pagarán un 12% de interés.

Una compensación no asegurada y que depende de Urquijo

Ahora bien, solo recibirán esta rentabilidad si Abenewco1 se vende o sale a bolsa antes de tres años con una valoración superior a 270 millones; si no se vende o se hace a un precio inferior, no recibirán nada. Y será Urquijo, el enemigo público número uno de los minoritarios, quien negociará esa venta y, por tanto, tendrá en su mano su futuro. Un informe de KPMG asegura que la compañía vale actualmente unos 500 millones, pero se antoja complicado poder venderla por 270 a corto plazo después de esquivar la quiebra en el último minuto.

Además, solo podrán acceder a estos bonos quienes tengan menos de 150.000 euros invertidos en Abengoa. Y la remuneración se instrumentará mediante una compleja operación en la que Abenewco1 creará un nuevo instrumento financiero llamado PIV (Previsión de Incremento de Valor), que emitirá 60 millones de títulos. Los accionistas podrán voluntariamente convertir 100 acciones de tipo B de la vieja Abengoa o 40 acciones tipo A por una PIV. Cada año se hará una auditoría de Abenewco1. Si a los tres años no se ha vendido la empresa o no ha salido a bolsa, se ofrecería a los accionistas la posibilidad de volver a repetir el canje de PIV pero según el valor que arroje la auditoría (previsiblemente muy inferior), según explica el diario ABC de Sevilla.

Además, Urquijo también tendrá potestad para decidir si ese 12% de interés se paga en efectivo o en acciones de Abenewco, si es que para entonces cotiza. Los detalles de la operación son un tanto confusos; se esperaba que el martes Abengoa los comunicara a la CNMV, pero no lo hizo. La compañía lleva sin hacer comunicaciones al supervisor desde el 24 de noviembre pese a su crítica situación, sin que el todavía presidente del organismo, Sebastián Albella, haya tomado ninguna medida al respecto.

Mejor una esperanza incierta que ir a la quiebra

¿Por qué los minoristas han aceptado un acuerdo en el que renuncian a prácticamente todas sus exigencias? Según De Quinto, «este acuerdo es el resultado de la generosidad y sentido de responsabilidad de ambas partes, cuya prioridad en todo momento ha sido asegurar el futuro de Abengoa». Es decir, «De Quinto ha preferido ceder en todo para que los minoritarios tengan una opción de recuperar algo de su dinero si tienen suerte a mantenerse inflexible y llevar a Abengoa a la quiebra, con lo que lo perderían todo ya», según una fuente conocedora de la situación.

El acuerdo alcanzado evita que Santander tenga que poner en marcha el plan B para retomar el control de la compañía tras el golpe de Estado de los minoritarios, del que informó OKDIARIO. Y también prescinde definitivamente de los 20 millones comprometidos en agosto por la Junta de Andalucía. Su portavoz, Elías Bendodo, reiteró ayer que no participará en el plan de rescate con los 20 millones de euros al no contar con instrumentos financieros para ello. Tampoco se ha concretado el globo sonda de un posible traslado de la sede social de Abengoa a Valencia, donde la Generalitat sí estaría dispuesta a aportar ese dinero.

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