La salida de Soria resucita las cuentas secretas de BBV: dinero oculto para no pagar impuestos en España

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El ex presidente de BBVA, Francisco González.

José Manuel Soria ya no es ministro de Industria en funciones después de que se descubriera que ocultó su participación en una sociedad offshore ubicada en el paraíso fiscal de la Isla de Jersey, tras aparecer en los Papeles de Panamá. La presencia de Soria en esta empresa fue camuflada por un entramado creado por BBV Privanza, una filial del extinto Banco Bilbao Vizcaya, que se fusionó con Argentaria para conformar lo que hoy es BBVA.

A nadie le ha sorprendido que la entidad ahora presidida por Francisco González sea la que ayudó a Soria a ocultar fondos al Fisco, y mucho menos aún si el territorio donde está la sede de la sociedad pantalla es la Isla de Jersey, ubicada en el Canal de Mancha y que llevó a BBV a protagonizar uno de los mayores escándalos bancarios de la democracia, junto a la intervención de Banesto.

En 2002, el Banco de España inició un expediente sancionador contra BBVA, en el que se acusaba además a más de una quincena de antiguos directivos de ocultar 226 millones de euros que no aparecían en el balance del banco y que se encontraban depositados en empresas pantalla ubicadas en paraísos fiscales, entre los cuales destacaba la citada Isla de Jersey.

El dinero se utilizaba para comprar acciones propias (autorcartera) y para guardar las pensiones de sus ejecutivos. Lo hacían desde 1987 para no pagar impuestos en España.

Tras la fusión con Argentaria, en 1998, se produjo una regularización de estos 226 millones, incluyéndolos en la partida de “resultados extraordinarios”, pagando los impuestos pertinentes. Tres años después, el actual presidente de BBVA, Francisco González, comunicó el ajuste realizado al Banco de España. El escándalo se llevó por delante a Emilio Ybarra, que era el máximo responsable del banco junto a González y que dimitió a los pocos meses.

La instrucción del juez Garzón

En 2002, el entonces juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, decidió investigar los hechos al considerar que existían indicios de delito en la actuación del banco. El magistrado llevaba años analizando el papel de BBV Privanza en casos de fraude fiscal.

En concreto, Garzón apreciaba indicios de delitos de apropiación indebida,  falsedad documental y administración desleal, que se sumarían al fraude fiscal, falsedad en balances y cuentas, blanqueo de capitales y cohecho (soborno) por los que ya investigaba a BBV Privanza.

Tras un largo proceso judicial, el único que fue considerado culpable fue Ybarra, y fue condenado a seis meses de prisión por apropiación indebida. Sin embargo no cumplió la pena al carecer de antecedentes penales. Después, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sancionaron a BBVA con tres millones de euros, una multa que fue retirada por la Audiencia Nacional en 2010 tras los recursos presentados por los servicios jurídicos de la entidad que preside Francisco González.

La trama para ocultar la empresa de Soria

Ahora, todo vuelve a la actualidad, tras conocerse que BBV creó en 1993 una sociedad a través de la sociedad pantalla Bilbao International Bank Jersey. La empresa se denominaba Mechanical Trading Limited y sus verdaderos titulares eran José Manuel Soria y su hermano Luis Alberto. La gestión de las operaciones para encubrir la participación del ex ministro se hizo a través de otra filial de BBVA, denominada Canal Trust.

El banco también aparece en los Papeles de Panamá, desvelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICJJ) y que en España publican La Sexta y El Confidencial. En concreto, la entidad creó 19 sociedades pantalla desde Suiza, Jersey y su unidad de banca privada en Miami.

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