Interim management: se buscan directivos por horas
Empresas y profesionales acuden a fórmulas de contratación más flexibles y asociadas a proyectos que encajen como un guante a las necesidades de cada momento
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¿Se puede contratar a un directivo de perfil alto por unos meses, semanas o incluso días? Se puede. La figura que lo hace posible es el interim management, una modalidad de contratación de profesionales que no deja de crecer entre empresas de todos los tamaños y sectores. ¿La razón de su éxito? Su flexibilidad para adaptarse a prácticamente todo tipo de necesidades organizativas, muy rápidamente, con buenos resultados y sin que se disparen los costes.
Interim Manager, trabajo temporal de alto nivel
Un interim manager es, básicamente, un profesional senior que presta su experiencia y sus conocimientos a una empresa al servicio de un proyecto determinado o para atender unas necesidades puntuales de su empleador. Es decir, funciona como externo, aunque en ocasiones pueda desempeñar funciones de gran relevancia para la organización, como una dirección de área o incluso una dirección general.
“El interim management es adecuado para ciertas situaciones en las que una contratación en plantilla a tiempo completo no funciona bien, como transiciones profundas en la empresa, sustituciones de directivos por bajas, ceses o dimisiones, relevos generacionales, crisis y reestructuraciones, etc. Suelen contratarlos las empresas medianas o grandes y son proyectos que tienen un principio y un final”, explica Miguel Rull, CEO de Talianz.
Según EIM, la agilidad que permite disponer de un candidato altamente cualificado y muy especializado en un tiempo muy corto de tiempo, la visión periférica y orientación a resultados de estos profesionales y los costes vs beneficios de la fórmula son los principales atractivos de esta modalidad. Una lista a la que Juan de Peñaranda, executive director en Michael Page Interim Management, añade capacidad analítica, cintura para manejar situaciones delicadas o trabajo bajo presión y rapidez de adaptación. “Son personas capaces de llegar, abrir el capó, hacer un diagnóstico de la avería y en un par de semanas pasarle un informe a la dirección de lo que hay que hacer”, resume.
Cuestión de expectativas
El “Señor Lobo”, el icónico personaje que ‘soluciona problemas’ en la película de Quentin Tarantino, Pulp Fiction, sería un ejemplo perfecto de interim manager. Un profesional experimentado, dotado de enormes habilidades personales, que en un tiempo récord y con los recursos de los que disponga en ese momento hace un análisis del ‘marrón’, define y ejecuta un plan de acción para resolverlo. Y todo sin perder la sonrisa ni que se le despeine un solo cabello…
Esta imagen idealizada, no obstante, entraña sus riesgos, ya que hace que algunas empresas no manejen unas expectativas demasiado realistas de lo que pueden/deben esperar de este tipo de perfiles. “Algunas creen que están ante Superman, un salvador que va a solucionar todos sus males con su sola presencia. Y eso difícilmente va a suceder, especialmente si, como ocurre a menudo, solo le trasladan cuatro de los 180 problemas que arrastra a organización”, dice Juan de Peñaranda.
Pero las empresas no son las únicas que necesitan ajustar sus expectativas. También a los aspirantes a superfreelances les conviene aparcar ciertas visiones románticas de la vida como profesional independiente. “Especialmente si antes han sido altos directivos de grandes empresas y están más habituados a pisar moqueta que trinchera”, comenta De Peñaranda. Porque, argumenta, “cuando llegas a cierto estatus te acostumbras a delegar muchas funciones en el equipo, pero como interim manager tu equipo eres tú mismo, todo lo tienes que hacer tú”. Los salarios también suelen ser fuente de malentendidos. “Quien piense que va poder seguir cobrando 15.000 euros al mes, no va bien encaminado”, advierte este experto.
Flexibilidad al poder
Los servicios de interim management permiten ajustar con precisión de cirujano los recursos a las necesidades de cada momento. “Se trata de ofrecer el talento adecuado, en el instante justo y en las dosis necesarias”, indica Miguel Rull. Y esas dosis pueden ser muy variadas: “por meses, semanas o incluso días”, indica.
De hecho, una variante de este modelo es el fractional management, en el que el profesional no trabaja en un solo proyecto, sino que reparte su tiempo entre varios clientes. Estas fórmulas, más cercanas al freelance convencional, facilitan que mundos que, sobre el papel, parecen jugar en ligas distintas interaccionen. Por ejemplo, abre la puerta a que ejecutivos curtidos en multinacionales participen en jóvenes proyectos de emprendimiento.
“Cada vez son más los profesionales con apetito para desarrollar su carrera en modo interim, fractional o ambos. Y cada vez vemos también a más empresas con interés por explorar estas fórmulas de acceso a talento cualificado que sería inaccesible para ellas por los métodos de contratación convencionales”, destaca el CEO de Talianz.
Y es que no conviene olvidar que estas fórmulas tienen también importantes ventajas económicas para la empresa. “Un interim manager es la opción más prudente y más segura de acceder a talento cualificado porque no supone una incorporación en plantilla, con todo lo que ello conlleva de adaptación, costes y pasivos laborales”, recuerda Rull.
Barreras culturales
Mientras en lugares como Holanda, Reino Unido o Escandinavia estas modalidades están bastante extendidas, en España todavía no han terminado de explotar. Factores culturales o una reforma laboral que, por ejemplo, ha eliminado la figura del contrato por obra, hacen que todavía se mire con cierto recelo a este tipo de soluciones poco convencionales. Para Miguel Rull, sin embargo, la revolución es imparable.
“Todo early adopter es un poco osado. Pero quien prueba, repite, porque ve rápidamente todo el valor que aportan estas fórmulas sin incurrir en las rigideces de las relaciones laborales, que no son óptimas para muchos proyectos. El cambio cultural ya se está produciendo”, asegura.
Participar en proyectos diversos con personas distintas, seguir aprendiendo y ayudar a las empresas a superar situaciones muy retadoras son, más allá de una remuneración acorde con el trabajo realizado, las motivaciones que encuentran estos profesionales en su rol como interim managers. Y es que, con una población que envejece a pasos agigantados, montárselo por su cuenta podría dejar de ser el ‘plan B’ al que se ven abocados con cierta resignación muchos profesionales veteranos cuando son despedidos de sus empresas para convertirse en un ‘plan A’ más que interesante. Porque, como subraya Juan de Peñaranda, “hay vida más allá del contrato fijo indefinido”.