El independentismo se hace fuerte entre los funcionarios catalanes: su representación sindical sube un 90%

El sindicato independentista Intersindical-CSC, liderado el terrorista Carles Sastre, gana fuerza en Cataluña, y más si cabe entre los funcionarios catalanes. Tanto es así que, en gran medida gracias al apoyo de la Assamblea Nacional de Catalunya (ANC), se ha convertido en el primer sindicato de la Generalitat, empatado con Catac, con 35 delegados cada uno.

Bentanachs
El presidente Quim Torra, el 16 de mayo de 2018 junto a los terroristas Carles Sastre y Frederic Bentanachs (ambos, a la derecha de la foto).
Borja Jiménez

El auge es evidente, toda vez que el sindicato independentista ha pasado de tener únicamente cuatro representantes a los 35 actuales. Uno de los más evidentes motivos de esta subida de popularidad pasa por la convocatoria -frustrada en muchas ocasiones- de huelgas generales en Cataluña por motivos secesionistas.

Sastre, líder de Intersindical-CSC, uno de los fundadores de ‘Terra Lliure’ y el asesino del empresario José María Bultó, ha logrado 35 delegados, frente a los 29 representantes de CCOO o los 28 de UGT. Cabe recordar, en este sentido, que las elecciones sindicales se produjeron plena guerra abierta entre la Intersindical y CCOO y UGT por una huelga general convocada por los independentistas que no fue secundado por ninguno de los dos grandes sindicatos.

La Intersindical-CSC está liderada por Carles Sastre, uno de los fundadores de la organización terrorista ‘Terra Lliure’ y el asesino del empresario José María Bultó. En 1977 descuartizó al empresario catalán con con una bomba con temporizador adosada a su pecho.

Atentado

El 9 de mayo de 1977, el comando terrorista liderado por Carles Sastre se presentó en la casa del hermano de Bultó en Barcelona. El empresario había acudido a comer con él. Haciéndose pasar por empleados del gas, se colaron en la vivienda. Bultó, de 77 años, y accionista de la empresa de motocicletas Bultaco era además presidente la empresa química S.A. Cros. Sastre y sus secuaces abordaron al anciano, y le adosaron con esparadrapo y bajo la axila izquierda, una bomba del tamaño de una tableta de chocolate. Funcionaba con un mecanismo antidepresor, de tal forma que si cualquier intento de aflojar los esparadrapos accionaba el detonador.

Los terroristas amenazaron con hacerle estallar el explosivo si no les entregaba 500 millones de pesetas (3 millones de euros). Para ello le dieron una hoja con instrucciones sobre cómo pagar y desactivar la bomba. Bultó, pese a su avanzada edad, no perdió la cara en ningún momento a sus secuestradores y se negó al chantaje. Pidió a sus familiares que no dijeran nada y se fue a su casa en Pedralbes, para denunciarlo a la policía. Bultó nunca llegó a la comisaría. El artefacto hizo explosión y le reventó por completo. Su cuerpo quedó descuartizado.

El terrorista de ‘Terra Lliure’ sólo llegó a cumplir 11 de los 30 años de cárcel a los que fue condenado por estos hechos. En 1986, volvió a sentarse en el banquillo, acusado de participar en el asesinato del ex alcalde de Barcelona Joaquín Viola y su esposa. Esta vez fue absuelto por falta de pruebas, a pesar de que había sido identificado por el hijo de Viola como uno de los terroristas que irrumpieron en su domicilio.

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