El Ibex 35 sube un 1,2% antes de la Fed y vuelve a acercarse a los 9.000 puntos

El Ibex 35 cierra este miércoles con una subida del 1,18%, hasta los 8.970,2 puntos y recupera gran parte de lo perdido en las dos últimas jornadas. El selectivo de la Bolsa española desmarca del resto de índices europeos, que, en el caso de lograr cerrar en verde, concluyen la sesión con menores avances. Toda la atención se concentra en la publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal estadounidense.

El índice nacional se ha beneficiado del empuje de las empresas de energías renovables y de los bancos. De esta forma, Solaria cierra la sesión como el mejor valor del Ibex 35 al sumar un 6,01%; por delante de Banco Sabadell y de Siemens Gamesa, que se revalorizan un 2,84% y un 2,82%, respectivamente. Sólo cuatro compañías cierran la sesión en negativo: Viscofan (-0,50%), Amadeus (-0,35%), Fluidra (-0,14%) e Indra (-011%).

En el mercado continuo, la mayor subida es la de Codere, que suma un 15,71% al tiempo que DIA pierde un 4,29% y se convierte en el peor valor del conjunto de la Bolsa española. La prima de riesgo de España se eleva hasta los 69,90 puntos básicos, con el interés del bono español a 10 años cayendo al 0,216%.

Actas de la Fed

El Ibex 35 lidera las subidas en un cierre con tendencia mixta en Europa una vez que Wall Street ha abierto en rojo. Se mantiene el rojo en la Bolsa de Nueva York después de que ayer el S&P 500 tuviese su peor día desde mediados de julio, dejando a un lado los nuevos máximos durante cinco jornadas seguidas. El parqué neoyorquino se dejó llevar por el pesimismo tras conocerse que las ventas minoristas en EEUU bajaron un 1,1% el mes pasado, lo que sembró inquietud por la posible ralentización de la economía. La caída fue mayor a la esperada por los analistas, que anticipaban un descenso del 0,3%.

El parqué neoyorquino operaba con cautela, con los inversores pendientes de revisar las actas del encuentro de julio del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC), documentos en los que los mercados buscarán claves para poder determinar cuándo anunciará el banco central estadounidense el inicio del proceso de retirada de estímulos, lo que podría llegar la semana que viene en el simposio de banqueros centrales de Jackson Hole o en la reunión de septiembre.

Se espera que no sea hasta 2022 cuando el banco central estadounidense comience a reducir el tamaño de las compras, que todavía se mantiene en 120.000 millones de dólares al mes, con la primera subida de tipos en el primer semestre de 2023 y no comenzando la reducción de balance hasta los primeros seis meses de 2024. «En cualquier caso, el anuncio del tapering dependerá de la recuperación del mercado laboral (todavía incompleta), monitorizando muy de cerca las implicaciones de la variante Delta en la recuperación económica», subrayan desde Renta4.

Así lo destacó ayer su presidente, Jerome Powell,  durante un evento virtual realizado por el banco central. En su opinión, la recuperación no está completa. “La pandemia todavía está proyectando una sombra sobre la actividad económica; todavía afecta mucho y no se puede declarar la victoria sobre ella”, destacó.

El euro mantiene el cambio por encima de los 1,17 dólares; mientras que en el mercado de materias primas los precios del petróleo bajan. El Brent de referencia en Europa lo hace un 0,36%, hasta los 68,79 dólares por barril, hasta los 69,86 dólares por barril, inferior al descenso del West Texas estadounidense, que cede un 0,68%, hasta los 65,84 dólares.

Aunque es complicado poder determinar el verdadero impacto que la variante Delta puede tener en la economía, los analistas de Link Securities creen que “será menos relevante del que muchos inversores están descontando”, ya que “tanto los administraciones como los ciudadanos están mucho más acostumbrados y mejor preparados para lidiar con el virus de lo que lo estaban en anteriores olas, sobre todo gracias a las vacunas, que si bien no son infalibles, si están reduciendo sensiblemente tanto las hospitalizaciones como las muertes”. Sin embargo, en el corto plazo, si ven factible que “provoque una ligera ralentización en el proceso de recuperación económica, afectando más a determinados sectores de actividad, como los de ocio y turismo, aunque no esperamos que lo haga de forma relevante”.