Iberdrola es la energética menos expuesta al ‘nadalazo’ gracias a la diversificación de su negocio
Iberdrola es la compañía energética menos expuesta a la incertidumbre regulatoria en la que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha sumido al sector. El Gobierno ha planteado una modificación regulatoria a través de la enmienda a la Ley de la Sequía con la que se pretende reducir en 285 millones de euros anuales los ingresos de las distribuidoras de gas y otro tanto la actividad de comercialización de electricidad.
Sin embargo, esta incertidumbre regulatoria no afectará a todas las empresas del sector por igual. La compañía que dirige José Ignacio Sánchez Galán es una de las que mejor pueden mitigar los efectos de este cambio de reglas gracias a la diversificación de su negocio.
«De todas las energéticas, la que menos afectada estaría sería Iberdrola, por su estructura de negocio más ligada al ciclo y su diversificación geográfica. Es la que se salvaría comparado con otras que están ligadas al negocio concreto del sector. Red Eléctrica está empezando a diversificarse un poco con la compra de Hispasat, también, siguiendo el camino de Iberdrola», apunta Francisco Arco, analista de XTB.
Y es que el grupo tiene su negocio repartido por todo el globo. En España, a través de Iberdrola; en Reino Unido, vía ScottishPower; en Estados Unidos, con Avangrid (participada en un 81,5% por Iberdrola); en México, a través de Iberdrola México y en Brasil, con Neoenergia (participada en n 52,45% por Iberdrola).
De hecho, la compañía reconoce que los resultados empresariales de 2017 han estado «marcados por el bajo factor hidroeléctrico en España frente a un año previo de récord máximo», pero al mismo tiempo señala que han sido compensados en parte «por la buena evolución de los negocios internacionales de redes y renovables».
A cierre del ejercicio de 2017, Iberdrola tiene más de 48.400 MW (megavatios) de capacidad instalada, de los que un 67% está libre de emisiones. Del total de la capacidad, el 60% corresponde a energías renovables, el 29% a ciclos combinados de gas, el 7% a nuclear, el 3% a cogeneración y el 2% restante a carbón.
La propia Iberdrola explica que «el buen desempeño de los negocios principales de la compañía, así como su apuesta por invertir en las áreas de negocio de mayor resistencia a los factores coyunturales de su actividad operativa, permite seguir manteniendo las expectativas».
Desde que se conoció la intención del Gobierno de llevar a cabo esta nueva vuelta de tuerca regulatoria, todas las compañías del sector han visto reducida notablemente su capitalización bursátil por el ajuste en los ingresos regulados en el que trabaja el Ministerio.
No obstante, Francisco Arco considera que no hay que alarmarse a pesar de las fuertes caídas: “Tener utilities en cartera es algo necesario y positivo si se quiere diversificar. Siempre y cuando uno no pierda las estructuras de medio y largo plazo alcistas hay que tener el valor en cartera. Esta situación es una oportunidad de compra a medio plazo».
Esta nueva propuesta normativa se suma al proyecto de Real Decreto por el cual el ministro quiere prohibir el cierre de centrales de generación de electricidad aunque sean deficitarias, sin permitir que las compañías tomen sus decisiones con criterios de mercado. Esta medida golpeará también a las cuentas de la compañías en los próximos ejercicios si logra ser refrendada por los grupos parlamentarios.