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El ‘hachazo’ al sector energético desata una guerra interna en la CNMC contra Marín Quemada

CNMC
El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada. (Foto: APIE)

Se avecina una semana decisiva para el sector energético, especialmente para las empresas gasistas. La Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) debatirá el próximo día 28 de octubre los recortes que el presidente de esta institución, José María Marín Quemada, ha puesto encima de la mesa para este sector.

El ‘hachazo’ que ha planteado Marín Quemada mediante diversas circulares no sólo ha sido puesto en tela de juicio por las compañías, los inversores internacionales y por el Gobierno en funciones, sino que también ha provocado una guerra interna dentro del organismo regulador.

Marín Quemada, que junto a otros cuatro consejeros tiene caducado su cargo, se ha encontrado con una rebelión interna en los últimos días. Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, miembros del cuerpo técnico de la CNMC y varios consejeros han mostrado al presidente en reuniones maratonianas su disconformidad con el proceso que se está siguiendo, concretamente por la falta de diálogo y de un análisis certero sobre los parámetros impuestos.

El enfrentamiento se ha puesto de manifiesto en largas jornadas de debate que se han ido celebrando en el seno del organismo regulador, sin que aún se haya logrado una postura de unidad frente al recorte que se recoge en los borradores de circulares, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

Los técnicos y los consejeros que se oponen a los planes de Marín Quemada han mostrado su descontento por la celeridad con la que el presidente de la institución dio luz verde a la nueva retribución a la distribución y transporte del sector gasista, a pesar de que no debe entrar en vigor antes de 2021. La regulación del sector eléctrico sí que tiene que estar lista antes de que finalice el año.

Mientras tanto, la CNMC trabaja a contrarreloj para sacar adelante un total de 14 circulares que suponen una completa reforma energética tanto en electricidad como en gas. Internamente los más críticos con Marín Quemada denuncian que se está obviando la necesidad de realizar un análisis más pausado y detallado que permita conocer las consecuencias de cada una de las decisiones, habida cuenta de que el hachazo a la retribución anunciado en los borradores de las circulares ya ha paralizado las inversiones del sector y ha puesto en jaque miles de empleos.

El enfrentamiento en el regulador se puso de manifiesto, por ejemplo, en la reunión de la semana pasada en la que, aunque estaba previsto debatir las circulares de electricidad, también salieron a la luz los problemas que estaba generando el regulador en el gas. En la reunión de este lunes ocurrió prácticamente lo mismo. De hecho, las discusiones son tan enconadas que se han extendido, en ocasiones, hasta durante dos jornadas.

Ante este escenario, la reunión del Consejo prevista para el próximo 28 de octubre es decisiva, ya que el pleno tiene previsto valorar las circulares que más polémica han causado (las de retribución de redes de distribución y transporte), que suponen un cambio total de modelo.

La revolución que ha planteado la CNMC ha generado una gran incertidumbre para el sector que ha llevado, de hecho, a las tres primeras empresas de distribución en España a parar temporalmente sus inversiones en crecimiento, lo que ya ha tenido un impacto colateral en el empleo.

Consecuencias económicas

El hachazo al sector energético de la CNMC no es un asunto menor. De hecho, además de las caídas en Bolsa por la falta de previsión en la regulación, la medida que ha puesto sobre la mesa Marín Quemada deja en jaque miles de puestos de trabajo.

La patronal de instaladores de gas (con 19.000 empresas asociadas y que generan un empleo de más de 100.000 personas en toda España) alertó de la pérdida de empleo por el recorte de la CNMC. De hecho, los planes del Ejecutivo impiden el desarrollo de nuevas tecnologías -como el gas renovables o el hidrógeno, que puede transportarse por las redes de gas – y, en consecuencia, la oportunidad de generar entre 15.000 y 20.000 nuevos empleos en el futuro. A esto se suma que Madrileña Red de Gas, Extremadura de Gas y Nedgia han paralizado inversiones y han decidido suspender temporalmente de la obligación de trabajar a una parte de su plantilla.

Por otro lado, la decisión sobre la retribución a las redes de gas tomada “unilateralmente” por la CNMC pone en riesgo el conjunto de la economía de España, concretamente la credibilidad de las empresas españolas ante los inversores. No es una buena señal que una agencia de calificación como Standard & Poor’s anunciara el 9 de julio que el recorte propuesto por la CNMC era “más profundo de lo esperado” lo que “posiblemente erosione la calificación de las empresas españolas de distribución y transporte de gas”. La calificación y valoración de estas agencias de rating es clave para atraer inversiones al sector y, por tanto, al país. Con una medida así se está lanzando un mensaje muy negativo a la comunidad inversora internacional sobre España, avisan desde el mundo empresarial.

A esto se suma, por ejemplo, que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, calificó el recorte de “barbaridad” por la “avería” causada en las empresas, que llegaron a perder en bolsa casi 6.000 millones de euros, un impacto del que las firmas aún no se han recuperado. «La previsibilidad y la regulación tienen que tender una estabilidad” dijo Garamendi. Pero no sólo la patronal ha puesto el grito en el cielo sino que organizaciones sindicales como CCOO o UGT también se han mostrado duramente en contra del recorte asestado por la CNMC.

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