Crisis empresarial

Grandes grupos de EEUU y Alemania quieren entrar en Grifols pero exigen resolver su relación con Scranton

La posible operación está en fase de conversaciones preliminares

Grifols, deuda
El presidente de Grifols, Thomas Glanzmann.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La grave crisis que sufre Grifols ha atraído el interés de varios grandes grupos de Alemania y Estados Unidos. Su intención es entrar en su capital con una participación minoritaria inicialmente, para tomar la mayoría de la empresa a medio plazo, según fuentes al tanto de la situación. No obstante, todavía no hay más que conversaciones preliminares y, además, estos grupos exigen resolver previamente la fuente de los problemas de la española: su relación con el holding familiar Scranton.

El mercado espera que la CNMV obligue a Grifols a deshacer las oscuras operaciones cruzadas con Scranton cuando publique las conclusiones de la investigación que está llevando a cabo a raíz del informe de Gotham City de enero. Algo que, según las fuentes consultadas, obligaría a Grifols a ampliar capital. «Pero la familia no tiene dinero para asumirla», asegura una de ellas.

Una solución para ese problema sería precisamente la entrada de un nuevo inversor que cubra dicha ampliación, lo que se conoce como un caballero blanco. De esta forma, mataría dos pájaros de un tiro: podría deshacer la relación con el holding patrimonial de la familia y realizar la necesaria ampliación de capital.

«La operación consistiría en comprar inicialmente en torno a un 30% del capital y entrar en el consejo, para en un plazo de entre cuatro y ocho años alcanzar el 51%», explica una de las fuentes. Este plan requeriría lanzar una opa al exceder el 30%, pero «podría hacerla pactada con los accionistas a un precio que no implique hacerse con el 100%», añade. No obstante, sólo ha habido contactos tentativos hasta ahora y no se sabe si finalmente acabarán fructificando en una operación.

Los interesados serían empresas farmacéuticas, según unas fuentes, o fondos de inversión, según otras. Las mayores farmacéuticas alemanas son Boehringer, Bayer y Merck, mientras que en Estados Unidos sobresalen Johnson & Johnson, Eli Lilly, Pfizer o Abbott. Grifols es muy conocida en ambos países, donde tiene una fuerte presencia. Cabe recordar que una de las mayores compras de la compañía de hemoderivados -de donde proviene su fuerte endeudamiento- fue la alemana Haema en 2018.

En cuanto a Estados Unidos, también realizó allí otra de sus grandes adquisiciones: Biotest, ahora llamada BPC Plasma. Además, Grifols fue incluida en una lista que elaboró el ex presidente Barack Obama de empresas estratégicas en caso de conflicto o emergencia nacional, debido a la necesidad de contar con reservas de plasma. Y en 2020 la empresa española fichó al ex embajador de ese país en España, James Costos, para su consejo de administración.

Líos con Scranton

En la conferencia con analistas que provocó el histórico desplome de Grifols en Bolsa del jueves (cayó el 34,93%), la cúpula de la compañía catalana no hizo ningún anuncio referente a sus relaciones con Scranton, más allá de prometer no hacer más operaciones vinculadas y que el presidente, Thomas Glanzmann, dejará de ser ejecutivo en 2025.

Ese mismo día se conoció que su filial BPC Plasma abonó 266 millones a Scranton en concepto de dividendo. Grifols vendió esta compañía al holding familiar, de ahí que éste sea el que cobre el dividendo, pero Grifols sigue consolidando sus resultados en sus cuentas. Esta doble consolidación es una de las irregularidades que puso de manifiesto el informe de Gotham y que la CNMV está investigando.

Pero lo que puso de los nervios al mercado fue sus malas (y mal explicadas) previsiones sobre el cash flow en 2024, a pesar de anunciar ventas de activos para reducir deuda y la refinanciación de la misma. De hecho, Gotham City de mofó de estas explicaciones en redes sociales.

El viernes, la compañía aclaró estas expectativas -aunque siguió anunciando que apenas generará caja este año- y la acción logró rebotar el 18,35%. No obstante, el mercado sigue con la mosca detrás de la oreja y nadie descarta nuevos sustos para los accionistas en los próximos días o semanas.

«El informe de la CNMV va a ser clave», señala otra de las fuentes consultadas. «El mercado espera que le obligue a aclarar las relaciones con Scranton, a deshacer las operaciones vinculadas entre los dos y a ampliar capital, lo cual puede tener un impacto negativo a corto plazo, pero sería lo mejor para el futuro de Grifols», añaden.

Si finalmente fructifican estos contactos preliminares y un gran grupo entra en el capital de Grifols, aseguraría por completo su futuro aunque su control dejaría de estar en manos españolas. Este tipo de operaciones son habituales en las empresas familiares con la segunda o tercera generación, con el agravante en este caso de sus problemas de deuda, de generación de cash flow y sus líos societarios.

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