El Gobierno impulsa una fusión de Banco Santander con Unicaja y Liberbank
Quiere crear un tercer gran polo de competencia con la absorción de algunas entidades pequeñas por el banco que preside Ana Botín
Las fusiones bancarias han dado el banderazo de salida. La primera gran operación lanzada fue la de CaixaBank con Bankia. La segunda que ha visto iniciar los contactos previos ha sido la de BBVA con Sabadell. Pero el Gobierno necesita un gran banco más para evitar que algunas entidades más pequeñas puedan quedar en situación de vulnerabilidad en esta crisis y para crear un tercer gran competidor en España. Por ello, el Ejecutivo impulsa ya un nuevo gran banco que sume a Santander algunos de los bancos más pequeños y con posibilidad de ser absorbidos, como Unicaja, Liberbank o la fusión de ambos. Si el banco que preside Ana Botín adquiriera los dos, recuperaría el liderazgo en España con unos activos totales en nuestro país de unos 710.000 millones.
El Gobierno quiere un sistema financiero blindado frente a la más que severa recesión en la que se ha sumergido España, que puede dejar a algunas entidades en situación muy vulnerable. Ayer mismo, la ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguró en el Congreso que el Gobierno defiende la necesidad de contar con “entidades financieras fuertes” para “proteger la estabilidad financiera”.
Los primeros pasos ya están lanzados y el más avanzado es el proyecto adelantado por OKDIARIO de Caixabank y Bankia, que recibirá la aprobación de sus principales accionistas y de los dos consejos este jueves tras la revisión en profundidad de los libros encargada a la consultora EY (Ernst & Young), lo que se conoce como due diligence. Esta operación es, de hecho, la mayor fusión bancaria celebrada en España desde las de Santander-Central Hispano y BBV-Argentaria: CaixaBank tiene un activo de más de 442.000 millones y Bankia supera los 215.000 millones.
La segunda gran operación se encuentra en una fase más preliminar. Los presidentes de BBVA, Carlos Torres, y de Banco Sabadell, Josep Oliu, han iniciado los primeros contactos de cara a una posible fusión. Ambos presidentes ya se han sentado y han autorizado a sus equipos a iniciar las conversaciones para analizar la viabilidad y conveniencia de la fusión.
Se trata de dos operaciones que permitirán reforzar el sistema financiero español en un momento especialmente delicado para la economía nacional. Pero que tienen un punto débil: que permanecen varias entidades pequeñas que pueden quedar en situación delicada a causa de la crisis actual.
Por ese motivo y por seguir con el intento de reforzar el sistema financiero español, el Gobierno piensa ya en un tercer gran banco que fuerce a repartir juego y seguir blindando el entramado financiero frente a la crisis. Y ese tercer eje pivota en torno a Santander.
Unicaja-Liberbank, el objetivo preferido
La idea es aprovechar la fuerza de Santander para aglutinar en él algunos de los bancos más pequeños. Se trataría, de este modo, de una fusión con una o más entidades pequeñas; las fuentes consultadas citan expresamente a Unicaja, Liberbank o la fusión de ambas como objetivos preferidos. Este plan permitiría garantizar una mejor viabilidad de los pequeños y un aumento de tamaño por parte de Santander para mantener un triplo foco de competencia financiera en España. Fuentes cercanas al banco sostienen que está cómodo con su posición actual en España y no contempla acometer nuevas operaciones corporativas a corto plazo.
Unicaja y Liberbank han retomado las conversaciones de fusión tras la ruptura de sus conversaciones en mayo de 2019, pero de momento no han alcanzado un nuevo acuerdo sobre el reparto del capital y del poder en la entidad fusionada. De hecho, este retraso ha permitido que se interesen otros nombres, como Bankia (antes de sus negociaciones con CaixaBank) o KutxaBank. Incluso Abanca se plantea retomar el proyecto tras lanzar una opa fallida sobre Liberbank en febrero del año pasado.
El plan del Gobierno contaría con el visto bueno del BCE, que ha promovido esta nueva ronda de fusiones antes de que se sientan por completo los efectos de la crisis del covid. Si sale adelante, Santander no tendría problemas para comprar dos entidades mucho más pequeñas e incluso podría justificar una ampliación de capital para reforzar su solvencia. Además, recuperaría el liderazgo de la banca en España que ostentaba tras la compra del Popular, con unos activos de unos 710.000 millones (600.000 de Santander España, 53.000 de Unicaja y 46.000 de Liberbank). La fusión de CaixaBank y Bankia tendrá 662.000 y, si fructifica, la de BBVA y Sabadell se quedaría en 605.000.