El Gobierno apura el envío del cuadro macro a Bruselas por las reticencias de la UE en el tope del gas
La fecha tope que tiene el Gobierno para enviar sus previsiones a la Comisión Europea es el 30 de abril
Moncloa teme que Bruselas ni siquiera acepte la “excepción ibérica” para poder poner un tope al gas
Ribera se reúne de urgencia con la comisaria Vestager en Bruselas para salvar la excepción ibérica
La falta de respuesta de la Comisión Europea al plan español y portugués para rebajar la factura del gas, con un impacto directo en la inflación de la economía, obliga al Gobierno a apurar los plazos para la aprobación del cuadro macro y su remisión a Bruselas. La fecha tope es el 30 de abril.
Esas previsiones, imprescindibles para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, se tienen que enviar a la Comisión Europea que se encarga de supervisar la previsión de gastos e ingresos con el fin de garantizar la viabilidad de las cuentas públicas.
Aunque en muchas ocasiones se aprovecha el marco del Consejo de Ministros para aprobar conjuntamente el cuadro macro y el techo de gasto, valiéndose así de la gran plataforma mediática de la rueda de prensa posterior, este año no será así.
Al no conocer qué decisión podrán acabar tomando para abaratar la factura de la energía, y como puede repercutir en la economía interna, el ministerio de Economía apura los tiempos para no pillarse los dedos con unas previsiones que nada tengan que ver con la realidad del país.
El de este martes es el último Consejo de Ministros antes del la fecha tope para enviar las previsiones a Bruselas y Moncloa no contempla la convocatoria de una reunión extraordinaria del gabinete ministerial para dar cumplimiento a ese trámite. Se validará en la comisión delegada de Asuntos Económicos, que preside la misma ministra de Economía Nadia Calviño.
Y es que a la misma hora que se celebra en el complejo presidencial la reunión semanal del Consejo de Ministros, en Bruselas, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica tiene una cita importante con la comisaria de Energía para tratar de salvar los muebles de la excepción ibérica, autorizada hace ya un mes por el Consejo Europeo.
Las reticencias comunitarias y de las principales compañías eléctricas, al plan de Pedro Sánchez, están complicando las cosas al Gobierno. Y, si se acaba topando el gas, no será ni a 30 ni a 50 euros el megavatio hora, como se había planteado desde el Gobierno. Teresa Ribera acude junto a su homólogo portugués dispuesta a todo para no tener que asumir el fracaso de su propuesta estrella.