El fundador de Beka Values reactiva la batalla contra la CNMV para intentar recuperar su banco privado
Tras conseguir el respaldo del Consejo de Transparencia, José Luis Blázquez prepara su nueva estrategia
Tras más de un año de recursos ante la autoridad bursátil y conseguir el respaldo del Consejo de Transparencia, José Luis Blázquez prepara su nueva estrategia
Tras un año de batalla legal contra la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el financiero José Luis Blázquez prepara nuevas acciones y nuevos frentes para recuperar el banco privado creado a partir de Beka Values, la primera agencia de valores que pierde su licencia operativa en España. Por primera vez, Blázquez, ex CEO y motor del proyecto, ha encontrado un mínimo, pero importante, apoyo institucional en el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) que ha reclamado a la CNMV la apertura de una investigación.
Esa decisión ha hecho que Blázquez, conocido en medios financieros por su expeditivo carácter, recobre impulso en su batalla con la CNMV y prepare nuevas acciones a corto plazo para recuperar su inversión y restañar su reputación. Fuentes próximas prevén nuevas e inminentes acciones legales.
La decisión de retirar la licencia a Beka Values, adoptada por el organismo que preside Rodrigo Buenaventura, se basó en que su debilidad patrimonial no aseguraba la operativa ni la inversión de sus clientes. Ha sido la primera y, hasta ahora, única licencia que la CNMV retira en sus casi 35 años de historia. La causa: las importantes discrepancias entre sus fundadores pese a contar con un pacto de accionistas entre José Luis Blázquez (a través de su patrimonial Acqua) y Beka Finance, el grupo controlado por Carlos Stilianopoulos Ridruejo. Fruto del pacto se crea Beka Structured Securities (una sociedad limitada) luego denominada Beka Values Agencia de Valores (sociedad anónima).
Según el acuerdo, Beka Finance controlaba el 51% y José Luis Blázquez, el 27%. Además de poner la idea de negocio, su experiencia y gestión, Blázquez se aseguraba un equipo alineado al reservarse el nombramiento del CEO (él mismo) y del director general durante siete años. Beka Finance (Stilianopoulos) nombraba el presidente y el secretario del consejo y se garantizaba la continuidad del negocio en un sector con altísima volatilidad de ejecutivos, ya que para hacer esos nombramientos Acqua debía mantener un mínimo del 5% de las acciones. A cambio, Beka Finance aportaría 2,1 millones de euros, cifra que se elevó luego a 3,9 millones. Acqua debía cumplir el plan de negocio.
El proyecto se inicia con el desarrollo de la plataforma tecnológica, la firman de acuerdos con varios bancos para la custodia de los valores y se ficha a directivos como el ex director de inversiones de Banca Mora, David Azcona y a Luis Gómez, procedente de Andbank.
Un acuerdo cojo
Pero, en lugar de lo acordado, Beka Finance aporta un préstamo participativo de 800.000 euros en lugar de hacerlo como capital. El problema es que los préstamos participativos computan como capital al 100% siempre que se trate de una sociedad limitada o sociedad anónima ‘normal’. Al ser una agencia de valores, sólo computan al 50% si está beneficios o se consideran deuda si la firma está en pérdidas, como era el caso, al carecer de actividad.
Llega julio de 2021, el consejo aprueba la gestión de Blázquez y escucha al director Financiero y de Operaciones, Luis Gómez, que pide capitalizar el préstamo o ampliar capital, ya que Beka Finance seguía sin aportar 1,5 millones. Como respuesta, Beka Finance acepta la ampliación, pero no según lo previsto, sino de forma proporcional a las participaciones…
Beka Values, mientras, ficha a tres banqueros (Álvaro Mus, Paula Toledano y Juan José Povedano); había captado 60 millones en activos y negociaba incorporar dos banqueros más, uno aportaba una cartera de cien millones y el otro 400 millones. Todo hacía prever que el break even llegaría en marzo de 2022 y se comunica a la CNMV la intención de capitalizar el préstamo y ampliar capital en 1,4 millones.
El 21 de septiembre, los ánimos se crispan cuando Stilianopoulos lleva al consejo de la agencia la ampliación aunque la valora prácticamente a cero, pese a contar con un informe de EY que la tasa en 30 millones de euros. Acqua se opone por incumplimiento de pactos y el efecto de dilución que suponía. La relación se rompe cuando Beka Finance convoca una junta en la que no sólo no se aprueba la ampliación, sino que se salda con el cese del CEO (Blázquez) y la prohibición de votar a Acqua.
Así, 2022 empieza con la impugnación de la junta ante la CNMV por parte de Acqua. Amparado en la directiva europea Whistle Blowing, que protege a quienes denuncien irregularidades en una organización, Blázquez pide a la Comisión de Valores la información que Beka Values ha dado sobre su cese. La CNMV desestima dicha impugnación al considerar que se trata de un problema societario.
Llega abril. Otra junta general deja sin aprobar las cuentas del ejercicio. Blázquez envía el acta a la CNMV y le pide una reunión que se celebra de forma online a mediados de junio con siete representantes, entre ellos, el director y el subdirector de Autorización y Registros, Luis Hernández y Mario Marchiandi; el director general adjunto de Servicios Jurídicos, José Luis Gómara; un técnico de Supervisión y otro de Servicios Jurídicos.
Con todo, la CNMV decide la retirada de la licencia en agosto; lo que lleva a Blázquez a recurrir al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) para pedir lo mismo que a la CNMV. La CNMV presentar sus alegaciones mientras Beka Finance anuncia en prensa que deja la banca privada. Finalmente, el 23 de noviembre, la CNMV hace definitiva la suspensión de la licencia, por una batalla campal entre accionistas que, además de llevarse por delante a la empresa, ha derrochado un ingente negocio.
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