COYUNTURA ECONÓMICA

Funcas advierte de que la debilidad de la inversión amenaza el crecimiento del PIB y el recorte del déficit

Las cajas de ahorros alertan de la necesidad de reanimar la inversión para fortalecer la economía

Funcas Inversión

La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), una de las principales entidades de predicción económica del país, avisó ayer de que la debilidad de la inversión es el punto más preocupante de la coyuntura. En opinión de su director general, Carlos Ocaña, «si este desfase inversor no se corrige, el crecimiento del PIB a medio y largo plazo se verá muy afectado y resultará mucho más difícil recortar el déficit público y cumplir con la senda de equilibrio equilibrio presupuestario que exige la Comisión Europea» tras el restablecimiento de las reglas fiscales suspendidas desde 2020 con motivo de la pandemia y la posterior guerra de Ucrania.

Además, el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres, ha señalado que hay dos factores que les lleva a considerar que se podría producir una cierta desaceleración económica este año con respecto al año pasado. El más potente, según Torres, es la política fiscal. «En una situación de prórroga presupuestaria, muchas de las partidas de gasto se congelan», ha explicado. Otro de los factores es la reversión de las medidas del paquete de lucha contra la escalada de la inflación, que detraerá la renta disponible para los hogares e incrementará puntualmente los precios al consumo.

Funcas estima un crecimiento del PIB español del 1,8% este en 2024, tres décimas por encima de sus anteriores previsiones, y proyecta un impulso de la economía del 2% en 2025. En todo caso, el pronóstico es inferior al que maneja la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que confía en un aumento de la actividad económica del 2% para el presente ejercicio y aún debe cerrar sus estimaciones definitivas para 2025 de cara a la presentación de los presupuestos generales del Estado, a los que ha renunciado este año tras la decisión de la Generalitat de Cataluña de adelantar las elecciones en la comunidad autónoma, que multiplicaba las complicaciones para cerrar las cuentas de Estado, a juicio del presidente Sánchez.

La preocupación mostrada por el director general Carlos Ocaña por la evolución de la formación bruta de capital fijo coincide con las reiteradas advertencias de algunas entidades financieras y del propio Banco de España. La inversión constituye el indicador crucial de la actividad económica y se está hundiendo aceleradamente en España debido a la creciente incertidumbre económica. La inestabilidad política en la que navega el Gobierno de Sánchez está provocando una caída en picado de las expectativas empresariales, infundiendo inseguridad jurídica y complicando gravemente el horizonte en el que confía el Ejecutivo para este año, que está, paradójicamente, marcado  por el optimismo.

Esta es la conclusión a la que llegan, prácticamente al unísono, el Banco de España y las principales entidades financieras del país: SantanderCaixaBank y BBVA. De de todas ellas, las más pesimistas son la institución gobernada por Pablo Hernández de Cos, y la presidida por José Ignacio Goirigolzarri. En los dos casos, y en menos de tres meses -entre enero y marzo-, los servicios de estudios de ambas entidades han recortado drásticamente sus estimaciones de inversión. En lo que se refiere al del Banco de España, la previsión cae de un crecimiento del 2,7% para el conjunto del año a un mero 0,4% -2,3 puntos por debajo-. La entidad catalana, por su parte, ha decidido rebajar sus pronósticos en 2,2 puntos, desde el aumento del 2,5% de enero a un modesto 0,3% de marzo.

La recomposición de las expectativas realizada por los expertos de las dos organizaciones son muy notables y no guardan parangón con la historia reciente, si se exceptúa la época presidida por la crisis del Covid y la posterior guerra de Ucrania, circunstancias que causaron un grave daño a la comunidad empresarial, pero que fueron siendo superadas poco a poco, entre otros motivos gracias a la suspensión de las reglas fiscales de control presupuestario y a la masiva inyección de fondos comunitarios para asegurar la sostenibilidad de las economías.

El director general de Funcas, Carlos Ocaña.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña.

En cuanto a la inflación, Funcas estima que el indicador pasaría del 3,5% en media anual del año pasado en términos de IPC al 3,2% durante este ejercicio, fundamentalmente por los ajustes del IVA. Para el año que viene, la Fundación cree que España se acercará al objetivo del BCE, con una tasa de en torno al 2,3%. En el plano fiscal, las estimaciones de Funcas apuntan a que el déficit bajaría hasta el 3,2% en 2024 y hasta el 3% el año que viene, pero ha alertado de que la deuda pública será muy difícil reducirla por debajo del 105% . «Ahí tenemos todavía un reto muy importante, que es el reducir el endeudamiento del Estado; afrontarlo y vencerlo es fundamental a medio plazo», ha remarcado Raymond Torres.

Desde la Fundación señalan que la prórroga presupuestaria hace necesario el recurso acelerado a los fondos europeos, que no están sujetos a las normas de congelación del gasto, de modo que el impulso del programa ‘Next Generation’ podría ser algo mayor que en 2023. Además, los expertos están convencidos de que el consumo privado se sostendrá gracias a los ingresos aportados por la creación de empleo y al desembolso de una parte del ahorro acumulado el año pasado como consecuencia de la desinflación. Funcas prevé que parte de ese exceso de liquidez desaparezca este año por lo que la tasa de ahorro bajaría al 10,3%, todavía por encima de la media histórica.

 

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