ELECCIONES EEUU

El fondo Blackstone y George Soros financian a Kamala Harris con más de 100 millones para su campaña

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Kamala Harris enfrenta una de las semanas más importantes de su vida: arranca la convención demócrata que culminará el jueves con su nominación y el que habrá sido, hasta la fecha, uno de sus discursos más esperados. Y lo hace exhibiendo músculo recaudatorio: 350 millones de dólares, cerca de la mitad de lo recaudado por Joe Biden, en apenas unas semanas. Blackstone y George Soros son dos de sus principales patrocinadores. Aunque aún no se han facilitado las cifras exactas por donante, desde la plataforma ActBlue que utilizan los demócratas sí advierten de que estos dos grandes inversores -Soros y Jonathan Gray-, junto a distintos vehículos y socios, superan los 100 millones de dólares.

Arrancó anoche la convención demócrata en Chicago, por donde van a desfilar tres presidentes: Bill Clinton, Barack Obama y Joe Biden. El protagonismo de la convención, salvando a Kamala Harris, lo tendrá el todavía dirigente de la política estadounidense, Joe Biden, a quien amablemente invitaron a cejar en su búsqueda de una reelección tras comprobar el estado físico en que se encontraba en el debate contra Donald Trump.

De hecho, esa muestra de apoyo y el protagonismo de Biden tienen que ver con no empañar lo que consideran que han sido políticas de Gobierno acertadas. La inflation reduction act -ley de reducción de la inflación- y el programa Investing in America, son los dos grandes pilares, junto al refuerzo de la sanidad, que quiere seguir esgrimiendo Kamala Harris frente a Trump. Por eso el aplauso, necesario y agradecido, a un Joe Biden que mostró todas sus costuras en el mencionado debate televisado.

Dinero en la campaña demócrata

Desde entonces hasta ahora, toda la maquinaria demócrata ha tenido que movilizarse para recaudar cerca de 1.000 millones de dólares para Biden, y ahora ha tenido que reiniciar los números.

Lo curioso es que el dinero recaudado para la campaña de Biden no es traspasable: o justifican que el gasto se produjo en favor del presidente antes del cambio por Harris, o lo tienen que devolver. Como Kamala estaba en la misma campaña, han ideado una fórmula para no devolverlo si no se solicita expresamente. Dan por hecho que el votante demócrata de Biden también apoya a Harris. Y si no, el ciudadano tiene la opción de reclamarlo en una web habilitada para las donaciones.

Con esos mimbres, y aunque han reactivado la búsqueda de dinero entre los votantes -especialmente entre asociaciones de mujeres-, la realidad es que hacía falta un empujón millonario inicial, y para eso había que ir por peces más gordos.

Jonathan Gray es uno de los principales donantes de Harris, como lo es el multimillonario George Soros. Gray es el presidente de la gestora de activos Blackstone y Soros… es Soros. También Marc Lasry, de la firma de inverión Avenue Capital, ha puesto una buena cantidad. De esa forma han logrado en el comité de Kamala Harris hacerse con más de 350 millones de dólares en apenas unas semanas. Han iniciado campañas en televisión y prensa y, con lo que vayan logrando de votantes, asociaciones y lobbies de interés, seguirán con el goteo. De hecho, Barry Diller, accionista de diversos medios de comunicación con una fortuna superior a los 4.500 millones de dólares.

Convención de Chicago

Entre presidentes, Harris espera presentarse como la primera mujer presidenta de Estados Unidos, y presume de juventud al contar con casi 20 años menos que Joe Biden -tiene 59 años-. Retransmiten todo por las distintas redes sociales y confían en dar la batalla a Donald Trump, cuyos seguidores las utilizan para contrarrestar lo que consideran campañas contra el magnate.

Tras estos cuatro días de convención, en lugar de una pelea para lograr un candidato, los demócratas quieren marcar diferencias reales con Donald Trump, aunque se antoje harto complicado. Sus políticas han sido igual o más proteccionistas, la batalla comercial con China sigue en el aire y, peor aún, el apoyo al Gobierno de Israel pasa factura en el lado demócrata cuando no lo hace en el republicano. Añadiendo, además, las dificultades de la guerra frente a Putin en Ucrania y las dificultades para financiar dicha contienda.

La idea es centrarse en la política interior y hablar del crecimiento económico, aunque, al respecto, también haya quien considere que el crédito y el sobreendeudamiento dominan la principal economía del mundo.

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