El FMI pide quitar al Gobierno el poder para vetar fusiones bancarias y dárselo al Banco de España
El Fondo Monetario Internacional (FMI) defiende quitar al Gobierno de Pedro Sánchez la competencia para vetar fusiones bancarias y otorgar ese poder en exclusiva al Banco de España, según defiende en su último Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP, según sus siglas en inglés) de España.
En concreto, el FMI cree que el Banco de España debería asumir plenas competencias regulatorias en aquellas materias no armonizadas a nivel europeo «incluida la autorización de fusiones».
Como es sabido, en el caso de la OPA hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell, el Gobierno debe autorizar la posterior fusión de ambas entidades, algo imprescindible para que el primero obtenga las sinergias esperadas. Sin embargo, el Ejecutivo ha mostrado su rechazo frontal a la operación. Con la propuesta del FMI, no habría posibilidad de veto político sino que sería el Banco de España la única autoridad en caso de fusiones.
El repaso de la situación del sector financiero español por parte de este organismo recoge así de nuevo la recomendación formulada en 2017 en el contexto de su anterior FSAP, cuando advertía de que hay algunas áreas en las que el Banco de España no tiene el papel prudencial exclusivo, como la autorización de fusiones, que sigue siendo responsabilidad del Ministerio de Economía, mientras que el supervisor está obligado a emitir su opinión.
En este sentido, el FMI destaca en su última evaluación financiera para España, que publicó el pasado 6 de junio, coincidiendo con su informe anual ‘Artículo IV’, que «no se ha tomado ninguna medida específica» al respecto.
No obstante, la institución con sede en Washington apunta que el proyecto para la implementación de la Directiva CRD VI de la Comisión Europea está destinado a armonizar este aspecto a nivel de la UE, en particular las adquisiciones por parte de una entidad de crédito de una participación importante en una entidad financiera o no financiera, la transferencia de activos o pasivos y las fusiones o escisiones.
«Si se aprueba la propuesta, se otorgarían poderes de autorización para fusiones (sin oposición) al supervisor y, por lo tanto, la recomendación del FSAP quedaría reemplazada», subraya el FMI.
Se espera que las nuevas reglas bancarias para la UE se apliquen de manera gradual a partir de 2025, aunque sujeta, en el caso de la nueva directiva, a su pertinente transposición por parte de los legisladores nacionales de los Estados miembros de la UE, algo que debe producirse en el plazo establecido cuando se adopta la directiva, generalmente en dos años.