Estados Unidos, la primera aventura internacional del BBVA de Francisco González que no sale ruinosa
En su inversión en China perdió cerca de 2.000 millones y la de Turquía también sufre un fuerte deterioro
BBVA se echa atrás en Estados Unidos: vende su filial minorista en el país por 9.700 millones de euros
BBVA anuncia fusiones, dividendos y recompra de acciones con los ingresos de la venta de Estados Unidos
La venta por BBVA de su filial en Estados Unidos es la primera aventura internacional de su expresidente, Francisco González, donde el banco salva los muebles y no acaba en desastre. Por eso ha sido aplaudida unánimemente por el mercado. Por el contrario, la inversión de China arrojó fuertes pérdidas y la de Turquía va por el mismo camino.
Es muy complicado saber exactamente el beneficio o pérdida total de la aventura norteamericana que FG inició en 2004. En primer lugar, porque se puede medir por la diferencia entre precio de compra y de venta o por los deterioros que ha ido apuntándose como pérdida BBVA en todo este período. En segundo, porque esta filial es el resultado de la fusión de varios bancos norteamericanos comprados en distintos momentos y por distintos precios. Y finalmente, hay otros conceptos que deben tenerse en cuenta como los dividendos cobrados o los gastos de reestructuración.
Según cifras oficiales, las compras de Valley National Bank (2004), Laredo National Bank (2005), Texas Regional Bank (2006), Texas State Bank (2006), Compass Bank (2007) y Guaranty Bank (2009) supone unos 13.000 millones de dólares en total. Por tanto, haciendo la cuenta más básica, BBVA pierde 1.400 millones de dólares (unos 1.180 millones de euros) porque vende por 11.600 millones.
Pero fuentes del banco explican que hay que incluir en la ecuación 1.500 millones de dólares en dividendos cobrados 1.000 aproximadamente del negocio de EEUU que la entidad mantiene allí tras esta venta -banca de inversión, básicamente-… si se vendiera y se valorase igual que la banca minorista en esta transacción. Si lo hacemos, BBVA habría ganado 1.100 millones de dólares (unos 930 millones de euros).
Lo hagamos como lo hagamos, se puede decir que el banco español ha salido prácticamente comido por servido, lo cual no es poco a la vista de los precedentes y de la bajísima valoración bursátil de la banca en todo el mundo. Eso sí, invertir 13.000 millones durante 16 años para ganar 1.100 en el mejor de los casos no parece la inversión más exitosa de la historia.
La fallida aventura china
Claro que peor le fue en China, la incursión en la que González puso más esperanzas y que acabó con cajas destempladas. En noviembre de 2006, BBVA fue el primer banco español y uno de los primeros del mundo en entrar en China. Y lo hizo mediante una alianza con uno de los mayores bancos del país, el Citic National China Bank, con el que iban a desarrollar multitud de negocios conjuntos que prometían ser una mina de oro en un país tan poco bancarizado, con 1.000 millones de habitantes y crecimientos anuales del PIB en torno al 10%. Estas grandes perspectivas le hicieron ir ampliando su inversión en los años siguientes hasta llegar al 15% del capital de la entidad china.
Pero aquellos negocios conjuntos prometidos nunca llegaron a desarrollarse y los chinos nunca tuvieron un espíritu de colaboración real, sino sólo de apropiarse del know-how de BBVA para replicarlo ellos mismos y dejar en la estacada a la entidad presidida por FG. Es más, tuvo que poner más dinero en unidades de financiación de consumo y de banca privada, donde también era minoritario. Ante la negativa del entonces presidente de BBVA a ser utilizado, y con una mera inversión financiera que sufría una fuerte depreciación en bolsa , la alianza entró en vía muerta y la única salida era deshacerla. Esto sucedió en 2013 -la salida culminó en 2017- con la venta de su parte al propio Citic a una valoración muy baja, lo que implicó una pérdida en torno a 2.300 millones (tampoco se conoce la cifra real).
Comparado con aquello, la operación de Estados Unidos es muy positiva, sobre todo por la elevada valoración que ha pagado PNC: 1,34 veces valor en libros (cuando todos los bancos europeos cotizan por debajo de su valor contable) y un PER (precio dividido por el beneficio de la unidad) de 19,7 veces los resultados de 2019.
Turquía, el último quebradero de cabeza
Ahora bien, aquí no acaban las cuitas de BBVA por sus aventuras exteriores: al sucesor de FG, Carlos Torres, le queda un gran quebradero de cabeza, que es el turco Garanti. El banco español entró en esta entidad inicialmente en 2011 con la compra del 24,9% de la entidad por 4.410 millones de euros, y amplió su posición en un 14,9% adicional en 2014, por la que pagó 1.854 millones. Finalmente, en 2017 adquirió otro 9,95%, con lo que elevó su porción del banco turco al 49,85%. Por esa compra pagó 859 millones de euros al cambio del momento.
Es decir, en total pagó 6.800 millones de euros y aquí la causa del desastre ha sido el constante desplome de la lira turca por las turbulencias políticas y económicas del país que dirige con mano de hierro Recep Tayyip Erdogan. En 2018, su participación ya valía menos de la mitad de ese importe, y desde entonces el deterioro ha sido todavía mayor: en lo que va de 2020, la lira se ha depreciado un 50% frente al euro, si bien el mes pasado rebotó tras una inesperada subida de tipos del banco central de ese país.
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç (a la sazón turco procedente de Garanti), ha explicado que la entidad tiene coberturas para reducir el impacto del desplome de la lira en la valoración de su participación, pero nunca ha concretado el impacto real. En el mercado se da por hecho que, tarde o temprano, el banco español también tendrá que salir de ese país. Y que, a diferencia de lo ocurrido en EEUU, lo tendrá que hacer con fuertes minusvalías.