España destruye 300.000 puestos de trabajo en los últimos siete días hábiles del mes de julio
Desde que fracasó Pedro Sánchez en la primera sesión de investidura, el 23 de julio, en España se han destruido 300.000 puestos de trabajo, una fuerte destrucción de empleo en apenas siete días laborables que es consecuencia de dos factores: la desaceleración, y de la temporalidad del mercado laboral, a pesar de que el Gobierno dice que sus políticas para frenar la precariedad están funcionando.
El 22 de julio había en España 19,59 millones de ocupados en España y el 31 de julio solo 19,29 millones de afiliados. Es decir, que en los últimos siete días hábiles de trabajo del primer mes completo de la temporada estival se han destruido 300.000 puestos de trabajo.
GRÁFICO: La evolución del empleo en el último día del mes de junio y a lo largo del mes de julio (en número de afiliados a la Seguridad Social). Fuente: Ministerio de Trabajo.
De hecho, el 30 de junio de 2019 (el último día del sexto mes del año) había 19,45 afiliados a la Seguridad Social mientras que el 31 de julio había 19,29. Es decir, que a último día de mes hay 168.346 ocupados menos en julio que en junio.
Suele ser habitual que en los últimos días de mes haya destrucción de empleo, porque según los expertos muchas empresas acaban los contratos los últimos días de mes y vuelven a contratar a los trabajadores en el arranque del mes siguiente, un síntoma de que la precariedad no se ha frenado y de que el mercado laboral empieza a mostrar los síntomas de agotamiento que se observan en el conjunto de la economía.
Mientras tanto, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra de Economía, Nadia Calviño -que no contaba con apoyos internacionales para ser la directora gerente del FMI y que se ha retirado de la carrera este viernes- habla de “moderación del crecimiento a medida que ha ido madurando el ciclo económico” en vez de definir la situación económica de “desaceleración” como hacen la mayor parte de los analistas y servicios de estudios. Calviño prefiere usar el eufemismo “moderación”.
La ministra de Economía afirma que el “mercado laboral mantiene su dinamismo” pero sus propias estadísticas oficiales desmienten el optimismo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los miembros de su Consejo de Ministros. El propio líder del Ejecutivo en funciones sólo mencionó de pasada la desaceleración en su discurso de investidura fallida en una ocasión.
Las cifras hablan por sí solas. En primer lugar, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo bajó en 4.253 desempleados en julio, su peor registro en este mes desde 2008, cuando el desempleo aumentó en 36.492 personas.
En segundo lugar, en términos desestacionalizados, el paro subió en el séptimo mes del año en 2.915 personas.
En tercer lugar, a Seguridad Social cerró julio con un aumento medio de 15.514 afiliados (+0,08%), un estancamiento claro y el menor aumento en este mes desde 2012.
A esto se suma que el gasto en prestaciones de desempleo se disparó un 8,4% en junio y supera los 1.400 millones.