Las empresas siderúrgicas dan por perdidos los fondos europeos por el adelanto electoral
El retraso en publicar las bases del PERTE de Descarbonización Industrial para información pública retrasará la presentación de proyectos
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Las siderúrgicas españolas dan por perdidos -al menos para esta legislatura- los fondos europeos destinados a reducir las emisiones de la industria gestionados a través del PERTE de Descarbonización Industrial. El adelanto electoral y el retraso en la publicación para información pública de las bases del programa de Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) hace que los plazos previstos por el propio plan sean difíciles si no imposibles, de cumplir para que las empresas puedan saber a qué proyectos y a qué ayudas pueden acogerse.
La patronal del sector, Unesid, lamenta que los fondos europeos no lleguen a España con fluidez y asegura que el 77 % del total de las ayudas para la industria del acero se van a Alemania y Francia.
El PERTE de Descarbonización Industrial está dotado con un presupuesto de 2.300 millones de euros, de los que 800 millones serán subvenciones y los 1.500 millones restantes llegarán a la industria en forma de préstamos.
«Estábamos esperando el PERTE de descarbonización, pero la esperanza se ha estropeado por la convocatoria de elecciones generales» señalaba el director general de la Unión de Industrias Siderúrgicas (Unesid), la patronal del sector, Andrés Barceló. De hecho, aunque los principales responsables de Unesid señalan que esperan que la publicación de las bases del programa sea «inminente», dudan que los plazos previstos en el propio PERTE puedan cumplirse.
La asociación que preside Bernardo Velázquez reclama un «apoyo público que sea integral». Fundamentalmente, para hacer frente a la competencia de los productos procedentes de Estados Unidos, donde el gobierno de Joe Biden, a través de la llamada Ley de Reducción de la Inflación da ayudas a su industria para «renacionalizar la producción».
Para la industria siderúrgica española, el problema es que «el PERTE de Descarbonización se está retrasando mucho» aunque confían el éxito de esta convocatoria de ayudas públicas porque «hay muchos proyectos en el proceso, presentados previamente, pese a que aún no se puede presentar nada porque no han salido las bases a información pública», señalaba el director general de Unesid que expresó su confianza en que «se pueda aumentar el presupuesto porque hay otros instrumentos que no van a ser tan demandados» como este.
La necesidad de acceder a estas ayudas es prioritaria para los productores de acero españoles. «Son inversiones cuantiosísimas porque, en algunos casos, en la siderurgia integral es cambiar por completo el proceso y pasar de utilizar coque como combustible a otras tecnologías», explicaba Velázquez. Aunque «hay tecnologías que aún no están maduras. La industria siderúrgica -añadió- está en el proceso de aprender poco a poco, por eso algunas inversiones no se pueden hacer si no hay un acuerdo público».
Retraso
El PERTE de Descarbonización Industrial fue aprobado por el gobierno en diciembre del año pasado y supondrá una inversión pública de 3.100 millones de euros y con el objetivo de movilizar hasta 11.800 millones de inversión total para conseguir una reducción de emisiones de hasta 13 millones de toneladas de CO2 al año.
Según las estimaciones oficiales, las inversiones en descarbonización y modernización de la industria manufacturera permitirán aumentar la competitividad del sector cerca del 10% y permitirá crear unos 8.000 empleos.
El programa se marca siete objetivos:. El primero, la descarbonización de los procesos de producción para garantizar la viabilidad de las industrias a medio y largo plazo. El segundo es la mejora de la eficiencia energética, mediante la incorporación de las mejores tecnologías disponibles. Además, el programa busca mejorar la competitividad del sector manufacturero.
Como cuarto motivo que justifica esta acción de ayudas es promover la seguridad energética de España dado que la industria manufacturera consume el 30% del gas natural en España. Eso pasa también porque la industria utilice energías renovables, con la doble finalidad de reducir las emisiones y la dependencia de los combustibles fósiles.
La sexta meta que se propone el PERTE de Descarbonización Industrial es fomentar la mejora del medioambiente mediante el uso de los subproductos y la valorización de los residuos para integrarlos en otros procesos (como hace la siderurgia).
Y, por último, la creación de empleo de alto valor añadido, ya que la descarbonización reclamará profesionales capaces de implementar las tecnologías menos contaminantes.
Suben los costes, baja la producción
Unesid celebró ayer su asamblea anual en la que se ofrecieron los datos del sector correspondientes al ejercicio de 2022. Un año en el que los costes energéticos, las paradas técnicas programadas y las reducciones de empleo han marcado el descenso del 20% en la producción de acero en España. La producción agregada de la industria quedó situada en 11,5 millones de toneladas, prácticamente lo mismo que la de 2020, cuando se desencadenó la pandemia del Covid.
El consumo aparente de acero se redujo el 4,3 % en 2022, al pasar de 13 millones de toneladas en 2021 a 12,4 millones.
Unesid asegura que el principal lastre de la producción es el precio de la electricidad, que sobrepasó en 2022 los 200 euros por megavatio hora (Mw/h) e incrementó unos costes de producción que ya antes de la crisis energética eran entre el 30% y el 50 % superiores a los de sus competidores en otros países. Por ello, reclaman la reforma del sistema del mercado eléctrico para evitar que la presión de precios siga en 2024 y 2025.
«No podemos esperar a si hace viento o si llueve» para producir acero asegura Andrés Barceló, quien ha lamentado que, cada vez más, España pierda competitividad en la producción de una aleación vital para otras industrias. El director general de Unesid insiste en que «nuestros suministros no pueden depender de un país tan lejano como China. Hay que diversificar para que ese suministro sea local y cercano».
Esta caída de la producción ha propiciado el aumento de las importaciones especialmente desde fuera de la Unión Europea, de países como China, Rusia, Vietnam y EE. UU. De forma que, mientras las importaciones de acero procedentes de la UE bajaron el 7 % el año pasado, las compras en otras zonas del mundo subieron el 4,3 % hasta llegar al nivel más alto de los últimos quince años.