La economía española es más que playa y ladrillo: casi el 9% del PIB proviene de la biotecnología

Biotecnologia
(Foto: iStock)

Ahora que estamos en pleno debate sobre si se nos ha ido la mano con el sector turístico y ver si conseguimos apostar más por calidad que por cantidad, España continúa explorando nuevos territorios para cambiar nuestro modelo productivo. Uno de los muchos buenos efectos que ha traído la crisis es que nos ha demostrado que sólo vía exportación pero sobre todo, mejorando la calidad tecnológica de nuestros productos y servicios podremos competir en un mundo globalizado. La biotecnología o lo que es igual, utilizar las más modernas técnicas aplicadas a la alimentación o la sanación humana escalan posiciones en el desglose del Producto Interior Bruto español.

Muchos ideólogos, lo digo con toda la ironía posible, recomiendan a España que diversifique su modelo productivo. Que se dedique a otras cosas, vamos no sólo al consabido turismo. Aparte de que nadie puede prescindir del 11% de su PIB, el turismo para nuestro país equivale al sector financiero para el Reino Unido, se puede hacer todo a la vez y de hecho, lo estamos haciendo.

La Asociación Española de Bioempresas ha hecho público su informe correspondiente a 2016 en el que se desvela que el impacto en la economía española de las empresas biotecnológicas en 2015, han contribuido de forma directa, indirecta e inducida a la generación de 90.000 millones de euros de renta en 2015, lo que supone en torno al 8,6% del PIB total. De esta cantidad, las entidades con dedicación principal a la biotecnología contribuyeron en un 0,8%, es decir, el 10% del total.

Con todo, la asociación que las engloba ha querido elaborar un estudio desglosado sobre el impacto del sector en la economía, con el objetivo de obtener unos ratios que no sólo detallan las magnitudes recogidas por el INE en su Encuesta sobre la Innovación de las Empresas, sino que también permiten compararlos con otras ramas de actividad.

De esta manera, el impacto económico que aquí se recoge no se limita exclusivamente a la producción o facturación sobre PIB. El mismo, recoge los gastos corrientes de las empresas y de inversión incrementando así la producción suya y de sus proveedores; también contabiliza las rentas salariales, las remuneraciones de los empleos indirectos, que a su vez provocan un aumento del consumo privado; y del mismo modo, se recoge una serie de impuestos que incrementan los ingresos de las administraciones públicas.

De esta manera, la aportación del sector al empleo nacional fue de más de 930.000 empleos (5,4% del total) en 2015, mientras que las Administraciones Públicas recaudaron 26.000 millones de euros de su actividad, el 2,5% del PIB.

Si hablamos en términos de empresas con dedicación principal a la biotecnología, contribuyeron con 130.453 empleados al empleo nacional, aportando casi 3.000 millones de ingresos a las administraciones públicas.

“Nuestras iniciativas empresariales, en cualquiera de sus campos, requieren una altísima dotación de conocimiento, altas inversiones y plazos de maduración largos. Por eso seguimos necesitando una atención especial. Necesitamos regulaciones de calidad y que proporcionen seguridad y hagan nuestro entorno atractivo. Necesitamos atención a nuestras peculiares necesidades de financiación. Necesitamos la firme voluntad de considerar que la colaboración público-privada es una fórmula de éxito en la que hay que persistir. Y, por encima de todo, necesitamos dialogo sincero y de calidad”, comenta a OKDIARIO el presidente de ASEBIO, (la patronal del sector) Jordi Martí.

EL INE, como cada año, desglosa los datos recogidos en el Módulo de Biotecnología perteneciente a la Encuesta sobre Innovación de las Empresas 2016. En el mismo, se recoge que en 2015, existían 2.981 empresas que realizaban actividades relacionadas con la biotecnología (+8,72%), de las que 654 son estrictamente biotech (+4,17%).

El 58,8% de las compañías biotech dedican su negocio a la salud humana, mientras que el 33% lo desarrollan en el ámbito de la alimentación. En cuanto a las compañías que utilizan la biotecnología como herramienta de producción se concentran en el sector de la alimentación (83,3%) principalmente, y un 9,6% en la salud humana.

El número total de trabajadores directos del sector de la biotecnología alcanzó los 182.156 trabajadores (+2,35%). La cifra de negocios de las empresas estrictamente biotech fue de 8.180 millones de euros también en 2015, con un crecimiento del 7,38%.

El gasto interno en I+D en biotecnología fue de 578 millones de euros (+8,31%), volviendo a recuperar la senda de crecimiento de años pasados, según datos del INE referentes a 2015. En esta partida, las empresas con dedicación exclusiva a la biotecnología, aunque en términos totales suponen el 22% del número de unidades que realizan actividades biotecnológicas, representan casi el 50% de las unidades que realizan I+D y ejecutan más del 63% del gasto total en biotecnología.

Como hechos destacables, en el momento actual, realizan actividades relacionadas con la biotecnología dos de cada 1.000 empresas; que además, cuentan con unos niveles de productividad significativamente más altos que el conjunto de la economía y con ratios de crecimiento medios anuales en empleo (2,6%), superiores a los registrados en el conjunto de la economía española (2,1%).

La comunidad autónoma con una mayor concentración de empresas usuarias de la biotecnología es Cataluña, con un 17,3% del total, seguida de Andalucía (14,7%) y Madrid (10,1%). En cuando a empresas con dedicación principal a la biotecnología, también la mayor parte se registra en Cataluña (27,6%), Madrid (16,1%) y Andalucía (12,3%).

En 2016 se crearon 43 nuevas empresas biotecnológicas, siendo Andalucía, la que mayor número ha creado, con 10, seguida de Cataluña, con nueve, País Vasco con cinco y la Comunidad de Madrid, con cuatro.

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