¡Es el mercado, amigo!

El dinero huye de Europa a Estados Unidos en la nueva era Trump

trump
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Hoy les tengo que contar algo muy triste. En la semana en que se ha celebrado la decimoquinta edición del Spain Investors Dayforo enfocado a atraer inversión extranjera a nuestro país, la conclusión de los asistentes es que el gran dinero mundial no va a venir ni aquí ni a Europa en general, sino que se va a ir en masa a Estados Unidos. La razón es un nombre propio: Donald Trump.

El magnate neoyorquino tomará posesión como presidente de Estados Unidos este lunes en el Capitolio de Washington. Pero ya antes de ocupar el Despacho Oval su victoria electoral se está notando: ahí están el subidón del bitcoin, el alto el fuego entre Israel y Hamás o el honroso (si bien vergonzante) reconocimiento por parte de Mark Zuckerberg de la censura que ha aplicado en los últimos años en las redes de Meta, como Facebook, Whatsapp o Instagram. El principio del fin de la dictadura woke.

Trump, Zuckerberg
Donald Trump con Mark Zuckerberg.

Pero lo más importante está por llegar: el dinero. Para hacer a América grande de nuevo, Trump necesita muchos miles de millones de dinero extranjero, y los grandes inversores internacionales (europeos, asiáticos, de Oriente Medio, todos) están dispuestos a dárselo.

Trump gusta al dinero

¿Por qué? Pues porque sus medidas son totalmente pro business con bajadas de impuestos y desregulación, porque va a proteger la producción en EEUU con sus famosos aranceles (veremos si más altos o más bajos, pero aranceles) y porque y porque va a incrementar el gasto público en inversión -no en gasto improductivo como aquí-. Esto último es lo que más preocupa al mercado y se ha traducido en la fuerte subida de rentabilidad -caída de precio- del bono norteamericano. Pero la economía del país está fuerte y se lo puede permitir.

«Si sientas a diez grandes inversores cualquiera en una mesa y les preguntas dónde invertirían ahora 5.000 millones, la respuesta es unánime: en Estados Unidos», explica gráficamente un importante banquero de inversión.

nvidia, inteligencia artificial
Nvidia, una de las mayores beneficiadas de la IA.

A las medidas de Trump hay que añadir el desarrollo de la inteligencia artificial, la donde las empresas que la impulsan y más se van a beneficiar de ella son norteamericanas, y a ellas es donde va air el dinero. O la necesidad de abaratar la energía, que se va a traducir en combinar las renovables con la nuclear (allí están alargando la vida útil de las centrales hasta 80 años) y la fósil. El sector sanitario también es otro que va a recibir grandes inversiones por la liberalización que se anuncia.

Wall Street está muy cara, vale, pero ¿y qué importa cuando hay tantas oportunidades allí cuando en Europa no hay casi nada atractivo? Únicamente se beneficiarán aquellas empresas con exposición a EEUU (como Ferrovial o Acerinox).

Europa, la orquesta del Titanic

Porque, mientras tanto, en Europa estamos a lo nuestro. Cerrando centrales nucleares por el dogmatismo de la transición verde, pese a que la energía atómica no afecta al cambio climático (tiene el problema de los residuos, eso sí) y mientras el precio de la luz vuelve a dispararse. Poniendo leyes para limitar la inteligencia artificial en vez de desarrollarla: ninguna de las empresas punteras en ese campo es europea. Empeñándonos en mantener un Estado del Bienestar insostenible en vez de reformarlo (véase el caso de las pensiones en España). Perdiendo competitividad a pasos agigantados frente a EEUU y China, como demuestra el coche eléctrico.

La crisis industrial que ya ha empezado en Francia y Alemania es la consecuencia de todo esto. Veremos cierres de fábricas y despidos masivos, que no podrá absorber el sistema de protección social. Una crisis que, inevitablemente, afectará a España tarde o temprano. Pero la Comisión Europea sigue tocando como la orquesta del Titanic y esos dos países se han sumido en un caos político del que pueden resultar vencedoras (desde luego fortalecidas) las opciones ultranacionalistas y antieuropeas.

Groenlandia

Un ejemplo palmario: aquí nos reímos de que Trump quiera quitarle Groenlandia a Dinamarca, decimos que se le ha ido la olla y que es un paleto americano que no sabe ni dónde está esa isla y que cree que se lo puede comprar todo con dinero. La realidad es que Groenlandia guarda un inmenso tesoro de petróleo, tierras raras y otros minerales, que China también quiere hacerse con ella -ya se ha comprado media África- y que la próxima gran batalla geopolítica será el control del Ártico. Trump va dos pasos por delante y aquí estamos tocando el violón.

La izquierda pervierte a Draghi

Es justo decir que sí se han dado voces de alerta sobre esta situación que urgen a poner remedio de inmediato: los informes DraghiLetta. Todos los políticos europeos, empezando por Carlos Cuerpo, los citan pero… nadie los pone en marcha. Y lo que es peor, la izquierda progre que nos gobierna se queda sólo con las enormes necesidades de inversión en Europa para decir que eso no lo puede acometer el sector privado y que tendrán que hacerlo los Estados.

Carlos Cuerpo, deuda pública
Carlos Cuerpo en el Spain Investors Day.

Ya saben lo que significa eso: más gasto público, más organismos, subvenciones y funcionarios, más ciudadanos dependientes de papá Estado, más voto cautivo, más impuestos a «los ricos», más corrupción, etc. Nada de lo cual sirve para arreglar la falta de competitividad europea, sino todo lo contrario.

En el Spain Investors Day se les ha llenado la boca a nuestros políticos y organismos oficiales de mensajes de que España va bien, que crece más que Europa, que somos un buen destino de inversión… mientras su auditorio les miraba pensando que viven en Narnia. Y es que vivimos en Narnia. Mientras tanto, el dinero se va donde están las verdaderas oportunidades. Y no es aquí.

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