Operación corporativa

La City teme un precio bajo en la OPA de Brookfield sobre Grifols por el rechazo de los grandes fondos

Grifols, OPA, Brookfield
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La posible OPA del fondo de inversión Brookfield y la familia fundadora sobre Grifols genera dudas entre los grandes inversores de la City de Londres porque los principales fondos de capital riesgo del mundo han rechazado la oportunidad de entrar en la biofarmacéutica catalana.

«Parece que todos los grandes fondos de private equity [capital riesgo] han estado mirando Grifols y no han ido a ningún sitio. Por eso, el hecho de que Brookfield sí lo esté mirando probablemente no es una buena señal. No tienen expertise en el sector de salud, así que probablemente se trata de una operación oportunista desde su perspectiva», señala uno de estos inversores. En ese caso, pagará un precio muy bajo que pondrá en un apuro a los actuales accionistas de la compañía.

OKDIARIO adelantó que había grandes grupos farmacéuticos y fondos de inversión de Alemania y Estados Unidos interesados en Grifols aprovechando el desplome de su cotización en Bolsa tras los informes de Gotham City. Según publicaron posteriormente algunos medios, entre los fondos que estudiaron la compra de la compañía están KKR, CVC, Cinven, EQT y Hellman & Friedman. Es decir, algunos de los mayores del mundo.

Pero ninguno se decidió a entrar por los problemas económicos que arrastra Grifols -principalmente, exceso de deuda y generación de caja negativa-y, sobre todo, por las confusas y opacas relaciones de la compañía con el holding de la familia fundadora, Scranton, el principal obstáculo para cualquier operación, como también informó este medio.

Por eso, que Brookfield -un fondo sin participaciones en el sector- haya sido el único que se ha decidido a lanzar una OPA despierta recelos entre los inversores, muchos de ellos accionistas de Grifols. Lo ven como una compra distressed, es decir, de una compañía en apuros que necesita venderse; en este caso, más bien necesita salir de Bolsa.

Una exclusión que está promoviendo la familia porque está harta de los ataques de Gotham y de estar en el foco constante de los medios, y porque cree que nunca va a recuperar la confianza del mercado. Es decir, piensa que nunca va a volver a los niveles a los que cotizaba antes de dichos ataques.

En este contexto, Brookfield pretende pescar en río revuelto pagando lo menos posible, para después tomar el control de la empresa, reestructurarla con un consejero delegado del sector, solucionar sus problemas con un duro ajuste, deshacer los lazos con Scranton y finalmente volver a sacarla a Bolsa o venderla a otro fondo dentro de unos años.

Obstáculos

Este planteamiento choca con dos obstáculos. El primero es el precio, ya que los accionistas institucionales de Grifols piden 12 euros por acción, que supone aproximadamente una prima del 30% sobre la cotización media de los últimos seis meses. Pero varios medios han indicado que Brookfield pretende situarse más bien en la zona de 10 euros.

Ese es el temor de los accionistas porque, en ese caso, bajaría el precio de la OPA y tendrían que elegir entre vender con fuertes pérdidas o quedarse en Bolsa y esperar que fracase la OPA para esperar una recuperación de la cotización o para recibir una mejor oferta en un futuro.

Brookfield ha anunciado que el precio de la OPA estará en función del proceso de due diligence (revisión en profundidad de las cuentas) que comenzó el lunes, cuando Grifols le dio acceso a sus libros. Un proceso en el que los inversores citados temen que encuentre más «muertos en el armario» de los que ha denunciado Gotham.

El segundo obstáculo es que la familia también quiere mantener el control de la gestión, para lo cual es dudoso que tenga suficientes recursos (debería alcanzar el 50% del capital). Pero, sobre todo, choca con el plan de Brookfield, porque «ningún fondo va a poner miles de millones para no tener el control», según fuentes del sector.

La empresa anunció ayer el nombramiento de Montserrat Muñoz y Anne-Catherine Berner como consejeras independientes (la primera con rango de consejera coordinadora) tras la dimisión el viernes pasado de Carina Szpilka y Claire Giraut, dimisión que agravaba la crisis de gobernanza de la compañía.

Lo último en Economía

Últimas noticias