ENERGÍA

La ministra Ribera gasta el doble en reparar las redes eléctricas que en inversiones

El Gobierno socialista está invirtiendo en redes eléctricas mucho menos de lo necesario

Pedro Sánchez y Teresa Ribera
Pedro Sánchez y Teresa Ribera en una imagen de archivo.

La imprevisión de la ministra de Transición Ecológica y activista medioambiental, Teresa Ribera, le ha costado a España 2.000 millones. Estos son los recursos que ha tenido que emplear el Gobierno en resolver los problemas de congestión de las redes de distribución de energía. La causa es la escasa inversión en la red de transporte, que ascendió el año pasado a 1.160 millones, muy por debajo de lo que sería necesario para garantizar la cobertura que precisa la expansión de las energías renovables, tanto la eólica como la solar.

Para hacerse una idea de la frágil posición relativa de España, el gobierno de Alemania, por ejemplo, invirtió hasta 13.500 millones en la red de transporte y gastó 4.000 millones en arreglar los problemas de congestión, según un estudio realizado por Ember, uno de los think tank de energía más importantes de la Unión Europea. Su conclusión es que los países europeos  subestiman sistemáticamente en sus planes de desarrollo la velocidad a la que las energías renovables se incorporarán a las redes, lo que hace que el déficit de inversión sea mayor de lo que se pensaba. Y este es un problema más grave aún en España, que gastó el año pasado el doble en gestionar su ya “congestionada” red de transporte de lo que invirtió en su desarrollo.

Aunque la UE está acelerando la instalación de paneles solares y turbinas eólicas, las inversiones en líneas eléctricas de alta tensión y larga distancia y en redes de distribución de baja tensión van a la zaga. La Comisión Europea cifró a finales del año pasado en 583.000 millones las necesidades de inversión para estas infraestructuras hasta 2023, pero el nuevo estudio de Ember pone de manifiesto que la cifra podría ser aún mayor, ya que los planes de red en la mayoría de los países están por detrás de los objetivos nacionales para la energía eólica y solar de 2030.

La conexión de las plantas solares a la red de transmisión exige cuantiosas inversiones.

El análisis de estos expertos revela que 19 planes de red subestiman las adiciones esperadas de paneles solares en 205 GW, mientras que diez países subestiman la energía eólica por un total de 17 GW. España estaría suficientemente preparada en el caso de energía eólica, pero todo lo contrario en lo que se refiere a la energía solar. “El éxito de la transición energética en Europa depende fundamentalmente del desarrollo de la capacidad de las redes eléctricas. Las limitaciones ya son evidentes con cuellos de botella que provocan retrasos en la conexión, restricciones y mayores costes para los consumidores», advierte el think tank. 

Las energías renovables representan ya el 44% del mix energético de la UE, y los combustibles fósiles han caído a su nivel relativo más bajo de la historia, pero esta rápida transición corre ahora el riesgo de verse obstaculizada por una capacidad insuficiente de la red y una planificación poco rigurosa. Según los expertos, Polonia, España y Francia son los países menos preparados para la cantidad de energía solar que se espera en 2030.

“No abordar los problemas de la red será más caro y ya constituye un coste sustancial para muchos países”, advierte Ember. Para el think tank, hay planes europeos que también se quedan cortos. Por ejemplo, REPowerEU «subestima la inversión anual en red en al menos 5.000 millones de euros». El gasto actual en redes en los estados miembros de la UE alcanza aproximadamente 63.000 millones, con un promedio de 28.000 millones de euros por año destinados a redes de transmisión y 35.000 millones de euros invertidos en redes de distribución en 2022.

Este gasto supera la estimación de la Comisión Europea de inversión anual en redes de 58.400 millones de euros hasta 2030. Además, es probable que sea necesario aumentar la inversión en sistemas de transmisión nacionales para hacerlos “adecuados para su propósito” en aquellos países donde los planes de red van a la zaga de la política energética existente, según el think tank.

La patronal europea y las redes

Por otra parte, la patronal Eurelectric, que agrupa a todos los empresarios del sector energético de Europa, lleva tiempo urgiendo al presidente Sánchez que eleve su inversión en redes para cumplir la agenda verde. Según esta asociación, el envejecimiento de las redes pone en peligro los objetivos de electrificación y la prestación de energía una vez vaya desapareciendo el uso de los combustibles fósiles y después del plazo de caducidad de la energía de origen nuclear decretado en muchos países, entre ellos España, al margen de otros estados como Francia y los del este de Europa, todavía plenamente comprometidos con la energía de origen atómico.

Eurelectric estima que las inversiones anuales medias en las redes eléctricas europeas de aquí a 2050 para que los empresarios ayuden a cumplir la agenda verde deben ser al menos un 84% superiores a las de 2021. «Queremos transformar todo el sistema energético a una velocidad récord, sustituir los combustibles fósiles -petróleo y gas- por electricidad, y por eso añadimos a la red un montón de nueva capacidad de generación, añadimos coches eléctricosbombas de calor, etcétera», ha explicado el secretario general de Eurelectric, Kristian Ruby. «Por lo tanto, no se puede decir hoy que lo que hacíamos hace 10 años estará bien para la próxima década».

 

 

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