Crisis del coronavirus

Cataluña ningunea al ocio nocturno: su plan de rescate sólo cubrirá el 1,5% de las pérdidas acumuladas

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El ocio nocturno

Tres meses ha tardado el Gobierno de Cataluña en sentarse a negociar con el sector del ocio nocturno un plan de rescate que les ayude a sobrevivir a la pandemia. Los empresarios reclaman desde julio ayudas cercanas a los 200 millones de euros, pero lo único que han conseguido de la Generalitat es la promesa de repartir con ellos los 40 millones que ya ha prometido al sector de la restauración -que aglutina a 44.200 establecimientos- por los 15 días que tendrán que estar cerrados.

Teniendo en cuenta que en Cataluña hay cerca de 3.600 negocios de ocio nocturno y que el sector afronta una pérdidas de 188 millones de euros hasta octubre, esa ayuda sólo cubrirá el 1,5% de las pérdidas acumuladas (siempre que el dinero se reparta de forma igualitaria entre los negocios de restauración y ocio nocturno). Dicho de otra manera, cada negocio recibiría poco más de 800 euros de media. Prácticamente nada. A esa paupérrima cantidad se une la incertidumbre de saber cuándo y con qué condiciones se repartirán las ayudas.

Por el momento, el Ejecutivo prometió el pasado miércoles a las principales asociaciones del sector Fecasarm, Fecalon, Gremio Discotecas y ASACC que pondría en marcha una mesa de negociación en los próximos días. A la espera de que se concrete una fecha, las asociaciones del ocio nocturno denuncian que el Gobierno catalán les ha engañado y ninguneado, arrastrando al sector a una crisis sin precedentes. Con esa denuncia por bandera, cientos de profesionales del ocio nocturno y de la hostelería catalana se manifiestan este viernes a partir de las 12 horas en la plaza San Jaume de Barcelona.

«Queremos dar visibilidad a la situación desesperada que viven las empresas del sector y sus trabajadores. Al mismo tiempo, queremos denunciar la negligencia, las injusticias y la arbitrariedad de las actuaciones de la Administración, que están llevando al abismo a uno de los sectores emblemáticos de nuestra actividad turística», dice la plataforma Somos Ocio Nocturno que aglutina a las empresas del sector.

La crítica situación económica que atraviesan las empresas de ocio nocturno se ha agravado aún más por la imposibilidad de acceder a ninguna subvención. «Al depender de la Consejería de Interior no hemos podido recibir ninguna ayuda. Nada. Otros sectores sí que han tenido ayudas, pero nosotros no», explican fuentes del sector.

Ellos reclaman ayudas directas como las que se han aprobado en Alemania, Bélgica, Italia o Francia, reducir el IVA al 4% o acuerdos para rebajar el precio de los alquileres. También han solicitado a la Generalitat que apruebe el plan Prodicat (Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña). «Somos el único sector que no tiene plan sectorial. Lo presentamos el 6 de julio y ni lo han contestado ni lo han debatido», explica la patronal Fecalon, que trasladó esa petición en la reunión del pasado miércoles.

Pero hay más. El ocio nocturno también denuncia la «culpabilización» y «estigmatización» que están sufriendo por parte de la Administración. Todo a pesar de que el 65% del sector no ha vuelto a abrir desde que se decretó el estado de alarma y de que todos los establecimientos permanecen cerrados desde finales de julio. Las asociaciones también acusan a la Generalitat de no facilitar datos sobre los contagios y de no contar con un informe que legitime sus decisiones.

Acampada histórica 

El pasado 5 de octubre empresarios y trabajadores del sector del ocio nocturno iniciaron una acampada ante el Palau de la Generalitat, en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, para exigir la reapertura de discotecas, salas de fiesta y bares musicales de Cataluña.

Los manifestantes pretendían extender sus reivindicación hasta que la Generalitat les permitiera reabrir sus negocios; sin embargo, las protestas sólo duraron diez días ante el aviso de que las autoridades policiales iban a desalojarlos.

El levantamiento de la protesta, impulsada por la patronal Fecalon, se produjo este miércoles, el mismo día en que el Gobierno catalán anunció el cierre de bares y restaurantes durante 15 días para contener el avance de la pandemia.

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