El cambio en las pensiones que afecta a miles de españoles: hay que ponerse en lo peor
Un cambio que tiene que ver con el cálculo de las pensiones contributivas
La Seguridad Social cambia las reglas y va a regalar años de cotización sólo a estos trabajadores
Giro de 180 grados en la pensión de jubilación: se confirma el nuevo mínimo de años cotizados


Durante años, el debate sobre el futuro de las pensiones en España ha sido protagonista de muchas tertulias. Pero lo que hasta ahora parecía una amenaza lejana ha comenzado a tomar forma real. De hecho, desde el 1 de agosto de 2025, ha entrado en vigor un cambio clave en el sistema de pensiones que puede perjudicar seriamente a quienes pensaban que ya tenían todo hecho.
El problema no es nuevo, pero su aplicación sí lo es. Hablamos de una revisión del cálculo de las pensiones contributivas que, en apariencia, puede parecer un ajuste técnico. Sin embargo, en la práctica, se traduce en recortes, exclusiones y una vigilancia mucho más estricta sobre los años cotizados. De este modo, un fallo o un pequeño descuido administrativo cometido hace años puede convertirse ahora en una pérdida de cientos de euros al mes. Y lo peor es que no afecta sólo a futuros jubilados. Muchos que ya están cobrando una pensión pueden verse sorprendidos si su historial no encaja con los nuevos criterios. La Seguridad Social ha endurecido las condiciones y, con ello, ha encendido todas las alarmas.
Una medida que da un cambio inesperado a las pensiones
Desde el pasado 1 de agosto, la normativa establece que sólo computarán para el cálculo de la pensión los años cotizados correctamente y dentro del plazo legal. Eso significa que, si en algún momento el empleador, o el propio trabajador, en el caso de autónomos, pagó las cuotas fuera de plazo, esos meses pueden quedar fuera del cómputo. En otras palabras, se pierde ese tiempo a efectos de jubilación. Ya no basta con haber pagado: hay que haberlo hecho bien y a tiempo.
Este cambio ha llegado con la modificación del artículo 144 de la Ley General de la Seguridad Social, que elimina cualquier ambigüedad. Hasta ahora, muchas de estas situaciones se regularizaban sin mayores consecuencias. Pero a partir de ahora, la revisión será más estricta. El resultado puede ser dramático. Imaginemos un trabajador que ha cotizado 38 años, pero con dos ejercicios pagados con retraso. En la práctica, su pensión se calculará solo sobre 36. Esa diferencia podría suponer una reducción de hasta 200 euros al mes. Año tras año, eso se convierte en miles de euros menos.
Este escenario es especialmente preocupante para quienes han sido autónomos durante una parte importante de su vida laboral. Muchos han lidiado con retrasos, problemas financieros o desinformación sobre los plazos. Y ahora, esas circunstancias pueden volverse en su contra.
Todos los pasos a seguir si quieres evitar esta situación
Ante este nuevo panorama, la prevención se convierte en una necesidad urgente. La Seguridad Social ha recomendado revisar de inmediato el informe de vida laboral. Este documento, que puede solicitarse fácilmente por internet, detalla todos los periodos cotizados y las bases sobre las que se ha contribuido. Pero más allá de leerlo por encima, conviene analizarlo con lupa. ¿Todos los años figuran correctamente? ¿Hay algún periodo sin registrar? ¿Hay bases de cotización que no encajan con lo esperado?
En caso de detectar errores o vacíos, es fundamental actuar cuanto antes. Hay mecanismos para corregir datos, presentar alegaciones y solicitar aclaraciones. Pero estos procesos pueden tardar semanas o incluso meses, así que el tiempo es clave. No sirve de nada darse cuenta del problema el día antes de pedir la pensión. Y menos ahora, cuando la administración está aplicando criterios más estrictos. Un descuido puede traducirse en una pensión más baja de por vida.
La recomendación general es clara: no esperar al último momento. Revisar la vida laboral al menos una vez al año, especialmente a partir de los 50, debería ser una práctica común. Además, es aconsejable mantener copias de contratos, nóminas y justificantes de pago de cuotas en el caso de autónomos. Porque si llega el momento de justificar un periodo, cada papel puede ser determinante. La nueva normativa no permite improvisar ni confiarse. La jubilación, ahora más que nunca, se empieza a construir mucho antes de que llegue.
Un cambio que pocos conocen pero que es importante
Este cambio en la legislación de las pensiones no ha dado mucho que hablar en televisiones o en prensa. Ha sido más bien una modificación técnica sin más que pasa desapercibida pero como decimos, tiene un enorme impacto. Y por eso mismo, puede coger a muchos desprevenidos. No es un nuevo impuesto ni una subida de edad de jubilación. Es algo más sutil, pero mucho más peligroso: el endurecimiento de las condiciones para que se reconozcan los años trabajados.
Por eso conviene ponerse en lo peor. No por pesimismo, sino por sentido práctico. Revisar, comprobar, y reclamar si hace falta. Porque en un sistema cada vez más exigente, los errores no se perdonan. Y porque cada euro que se gana con la pensión cuenta hasta el mínimo, ya que esta es una etapa en la que el margen de maniobra es mínimo.