Cierre de tiendas

La cadena que quiso desbancar a GAME y acabó cerrando tiendas: ahora sólo lucha por sobrevivir

cadena cerrando tiendas
Tienda GameStop.c
Blanca Espada

Durante años, GameStop fue una de las grandes cadenas. Tenía miles de tiendas repartidas por todo el mundo, una comunidad de clientes fieles y un modelo que parecía sólido. Incluso llegó a hacerle sombra a GAME en varios mercados. Pero todo eso ya forma parte del pasado. Hoy la historia es muy distinta: la compañía ha tenido que cerrar cientos de tiendas y sigue recortando. Sólo en el último año ha clausurado una de cada cuatro. Y lo más llamativo es que, en vez de enfocarse en renovar su negocio dentro del sector, ha decidido apostar por algo que poco tiene que ver con los videojuegos: las criptomonedas.

La empresa ha confirmado que seguirá cerrando más establecimientos, aunque sin decir cuáles ni cuántos. Lo único claro es que la red global ha caído en picado: de casi 6.000 tiendas hace diez años a poco más de 3.200 ahora. Entre la inflación, el cambio en los hábitos de compra y una estrategia que no ha sabido adaptarse, GameStop se ha ido apagando poco a poco. Y en lugar de renovar su modelo o mejorar su venta online, ha decidido tirar por otro lado: invertir parte de su dinero en Bitcoin. Para muchos, es una decisión difícil de entender. Pero quizás sea eso o desaparecer.

De rival de GAME a cadena que ha acabado cerrando tiendas

Durante muchos años, GameStop fue sinónimo de éxito en el mundo del videojuego minorista. Era la cadena más grande del sector, con presencia en Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia y otros países. Incluso llegó a posicionarse como la mayor amenaza para GAME, su competidora directa en varios mercados. Pero ese tiempo quedó atrás.

Sólo en Estados Unidos, su mercado más fuerte, han cerrado 590 tiendas en los últimos doce meses. La red ha quedado reducida a 2.325 establecimientos, frente a los más de 5.000 que llegó a tener solo en ese país. En Europa también se ha producido un recorte drástico, con más de 330 cierres, y otros 50 locales han echado el cierre en Canadá y Australia.

Hoy, con 3.203 tiendas abiertas en todo el mundo, la compañía opera a la mitad de su capacidad respecto a su época dorada. La razón es clara: el modelo de negocio que funcionó en los 2000 ya no tiene sentido en 2025. La mayoría de los consumidores compran juegos online, optan por servicios de suscripción o descargan directamente desde sus consolas. La tienda física se ha vuelto prescindible.

Las «acciones meme» y un espejismo llamado 2021

En pleno bajón de ventas y con la empresa en horas bajas, GameStop protagonizó un episodio que nadie vio venir. Fue en 2021, cuando miles de pequeños inversores, sobre todo desde Reddit, decidieron apostar por sus acciones como forma de plantar cara a los grandes fondos bajistas. En cuestión de días, el valor de la compañía se disparó en bolsa, dejando pérdidas millonarias entre los gigantes de Wall Street y convirtiendo a GameStop en un fenómeno mediático. De repente, todo el mundo hablaba de ella. Aunque fuera por una jugada más financiera que comercial.

Pero aquel fenómeno fue solo un espejismo. Un fogonazo sin base real en los datos económicos de la empresa. A pesar del impulso temporal, la situación interna no mejoró, y GameStop siguió perdiendo tiendas, clientes y valor. No hubo plan de negocio que aprovechara aquella ola. Sólo un aumento de volatilidad y visibilidad que, con el tiempo, se diluyó por completo.

El salto al bitcoin

Ahora, GameStop ha hecho un anuncio sorprendente: una parte de su tesorería se invertirá en Bitcoin. No se trata de aceptar pagos en criptomonedas, ni de lanzar una plataforma relacionada con blockchain. Lo que la empresa plantea es usar su dinero como si fuera un fondo de inversión, alejándose del comercio minorista para entrar en el terreno financiero.

El propio comunicado lo deja claro: una parte del efectivo o de futuras emisiones de deuda y capital podría destinarse a la compra de Bitcoin. Según Neil Saunders, analista de GlobalData Retail, se trata de «una defensa contra la irrelevancia» y un giro que, más que estrategia empresarial, parece una maniobra desesperada. «Básicamente, ya no se comportan como un minorista, sino como una especie de vehículo de inversión en criptomonedas», aseguró a la CNN.

Curiosamente, la noticia tuvo efecto inmediato en los mercados: las acciones de GameStop subieron un 16% en la preapertura. Pero muchos expertos advierten de que se trata de una subida efímera. Porque invertir en cripto puede dar rentabilidad a corto plazo, pero no soluciona los problemas estructurales de una empresa que ha perdido el tren de la digitalización.

La historia de un modelo que se agotó

GameStop no es la única cadena que atraviesa dificultades. Otras marcas como Joann, Forever 21, Kohl’s o Macy’s también han anunciado cierres masivos o incluso la desaparición de algunas líneas de negocio. La combinación de inflación, competencia online y cambios de hábitos ha pasado factura a toda la industria del retail.

Pero en el caso de GameStop, el golpe es más llamativo porque representaba todo un modelo de consumo que ya no existe. El de ir a la tienda a reservar un juego, a buscar una edición limitada o simplemente a pasar el rato charlando con el personal. Esa experiencia, que muchos recuerdan con nostalgia, ha quedado relegada por plataformas como Steam, PS Store o Game Pass.

GAME, su rival europeo, ha logrado resistir algo mejor, especialmente en países como España, donde sigue teniendo tiendas físicas en centros comerciales y acuerdos de distribución potentes. Aun así, el futuro también es incierto para ella. La clave está en saber reinventarse, algo que GameStop no ha conseguido al menos, de momento.

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