El boom de las Letras del Tesoro: las compras de particulares por internet triplican a las de todo 2022
En lo que va de 2023, las compras a través de la web del Tesoro de minoristas se han incrementado por encima de los 1.100 millones
El Tesoro coloca más de 5.000 millones en Letras y evita alcanzar una remuneración del 3%
Guía para entender el ‘boom’ de las letras del Tesoro
Las largas colas en las diferentes sedes del Banco de España para adquirir letras del Tesoro son sólo la punta de iceberg. Su atractivo ha disparado el interés de los particulares de estos activos: sólo las compras de letras por internet a través de la web del Tesoro en lo que va de año triplican todas las adquisiciones de 2022. «En lo que llevamos de 2023, las compras a través de la web del Tesoro de minoristas se han incrementado por encima de los 1.100 millones de euros», afirma el director general del Tesoro y Política Financiera, Álvaro López Barceló
Pero, ¿por qué este furor? Durante años, las letras del Tesoro han sido un valor a esquivar, ya que se encontraban en valor negativo y no tenían ningún tipo de atractivo. Sin embargo, en mayo de 2022 la tendencia cambió y en la última subasta realizada en el mes de enero, el interés medio de las letras a doce meses rozaba la barrera del 3%. Una cifra muy atractiva y que ha provocado el interés de miles de inversores en nuestro país, sobre todo en una época de gran volatilidad en la bolsa y con la incertidumbre que provoca la guerra en Ucrania.
Aun así, el director general del Tesoro y Política Financiera considera que todavía es pronto para conocer su grado de incidencia sobre la deuda pública española. Los últimos datos dados a conocer por el Banco de España datan de noviembre de 2022 cuando solo un 0,2% de la deuda pública española se situaba en manos de minoristas particulares. Según López Barceló, ese porcentaje se incrementará en los próximos meses, pero, en estos momentos, la tenencia mayoritaria de los valores del Tesoro se sitúa en inversores internacionales, con un 40% del global.
Hasta ahora, las subastas del Tesoro Público solo atraían a los expertos, pero ahora son muchos los ciudadanos interesados en hacerse con estos valores. Por eso, en las últimas semanas se repiten colas ante las distintas sedes del Banco de España, lo que ha llevado a la institución a imponer la necesidad de concertar una cita previa a partir del 7 de febrero.
El Tesoro ha vuelto hoy a los mercados después de colocar en la primera subasta de febrero 6.499,35 millones de euros, remunerando a los inversores en las cuatro referencias emitidas a tipos más elevados. De hecho, la rentabilidad logró superar el 3,5% en las obligaciones del Estado a 20 años.
Todo esto en un contexto marcado por las sucesivas subidas de tipos de interés tanto por parte de la Fed como del Banco Central Europeo. De hecho, la última decisión adoptada por el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) fue elevar los tipos de interés en 50 puntos básicos, de forma que el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se situará en el 3%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 2,50% y la de facilidad de préstamo el 3,25%.
«El cambio de tono en la política monetaria del BCE ha supuesto un cambio sustancial para los activos de renta fija», ha señalado López Barceló. Y en este escenario los valores del Tesoro ofrecen una combinación de seguridad, rentabilidad y liquidez que los hacen muy atractivos. Sobre todo para los inversores minoristas que buscan plazos cortos.
El objetivo es reforzar los canales de atención al público, tanto en internet como por teléfono, ante el incremento exponencial de la demanda de inversores minoristas para adquirir letras que se ha producido en las últimas semanas. Este incremento de la demanda está provocando la ralentización del servicio de compra a través del web del Tesoro y ocasionales interrupciones, debidas a la necesidad de mantener el nivel de seguridad de las operaciones y la correcta transmisión de los datos al Banco de España, especialmente ante este incremento exponencial de la demanda, de tal forma que se asegure la protección del inversor minorista.