Blaine Box hace brotar con fuerza el negocio de las flores en plena pandemia del coronavirus
La startup española especializada en la venta de flores artificiales mejora sus números mes a mes
Blaine Box es una startup que nació el año pasado impulsada por el entusiasmo de tres socios que quieren dar un toque diferente a los espacios públicos y privados a través de flores sostenibles. Con un 98% de realismo natural, estas flores van en consonancia con los tiempos actuales, ya que son sostenible y respetuosas con el entorno y el medioambiente. La historia de este empresa comienza entre libros.
El CEO y cofundador de Blaine Box, Óscar Gallego, vislumbró el negocio cuando aún estaba en la universidad. Compartió su idea con unos amigos y, a partir de ahí, dieron forma al proyecto. No obstante, el modelo fue evolucionando. Al principio, pensaron en flores naturales inspirados por el día de Sant Jordi, pero la escasa vida útil de las mismas desechó la idea. Después, se centraron en las flores artificiales y ahí sí vieron recorrido, ya que su vida útil es de hasta cuatro años y, además, podían aplicar una estrategia de economía circular, por lo que fortalecían su compromiso con la reducción de residuos.
Desde su nacimiento, Blaine Box se ha especializado en ramos y jardines verticales: «El gasto mínimo es de 25 euros al mes, eso quiere decir que es menos de un euro al día y el máximo puede alcanzar los 1.800 euros actualmente. Si hablamos de jardines verticales los clientes se han podido gastar hasta 20.000 euros en oficinas enteras», explica Óscar Gallego.
Este joven CEO asegura que «es una industria súper tradicional», consciente de la rigidez del sector. Sin embargo, han seguido adelante y cada día apuestan con más fuerza por una idea que creen innovadora y con asiente en la sociedad del futuro: «Hemos hecho un modelo de economía circular. Es decir, nuestro proveedor recicla los materiales con los que hace nuestros ramos y ese ramo tiene una vida útil de 4 años, que rota cada mes por diferentes empresas. Prolongo la vida útil de un ramo que puede ser natural de 1 semana a 4 años y además con economía circular».
Gallego y sus socios tienen muy presentes los prejuicios que hay sobre las flores artificiales y su utilización como elementos decorativos: «Si yo hablo de flores artificiales, lo asocias a producto malo, lo asocias a cosas negativas». De ahí que idearan una fórmula para convencer al cliente: «Te dejo el producto una semana y si te gusta, te suscribes». A partir de ahí, aplican descuentos si contratas sus servicios antes de que se cumpla esa semana de prueba.
Miedo al coronavirus
Blaine Box tiene cuatro líneas esenciales de negocio: travel, especializada en hoteles; office, para oficinas; wellness y beauty, que se encuentran dedicados a servicios de belleza y servicios similares, y, por último, restauración. Óscar Gallego explica que «de estas cuatro categorías, tanto travel como office se han visto muy afectadas». Abunda en su preocupación: «La gente no va a sus puestos de trabajo y, por consiguiente, no es viable… la línea de travel no se recuperará hasta junio del año que viene, como poco».
Sin embargo, Gallego se sorprendió porque «sí que es verdad que ha habido un aumento brutal en restauración y, sobre todo, en wellness y beauty muchísimo. Entonces, perdemos dos categorías, pero estamos creciendo más y más rápido que antes del covid». El motivo de ese crecimiento es que «las empresas que tenían flor natural no pueden asumir ese gasto porque su volumen de negocio se ha reducido en todos los sectores». Desde la dirección de Blaine Box diferencian entre «las empresas grandes van a reducirlo y van a buscar nuevos proveedores, en definitiva quieren ahorrar y reducir pero mantener el standard de calidad y las pequeñas, que piensan que pueden estar ante la gran oportunidad de fidelizar a sus clientes».
Óscar Gallego se enorgullece de que en plena crisis sanitaria y económica tengan «un 40% más de nuevos clientes después del covid». Asegura que «nosotros incurrimos en muchos gastos, pero sí que es cierto que fidelizamos muchísimo a nuestros clientes y, como consecuencia, piensan que si un proveedor les ayuda en esta situación les demuestra mucho. Luego fuimos reactivando las cuentas a la vez que se iban reactivando los sectores».
Proyecciones en el futuro
Blaine Box cuenta actualmente con 400 suscriptores y esperan crecer mucho más. Gallego precisa: «Este último año multiplicamos por diez todos los meses desde el inicio. Llegamos cerca del cuarto de millón. Tenemos una previsión de un por tres de facturación anual».
Tiene como objetivo asentar una expansión rápida y eficaz: «El foco principal está en Europa, pero primero es España evidentemente y el foco es final de año y el año que viene Europa, donde hay una cultura floral mucho más bestia».
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