El BCE cree que los bancos españoles «están cortos de capital» y les pide «recortar el dividendo»
El Banco Central Europeo presiona a los bancos españoles: menos dividendos y que refuercen su capital
El Banco Central Europeo (BCE) cree que los cuantiosos beneficios obtenidos por la banca española durante el último año y medio, gracias en buena parte al crecimiento del margen de intermediación impulsado por la subida de los tipos de interés, «no son sostenibles en el tiempo» y opina que la mayoría de las entidades financieras «está corta de capital». Por eso ha demandado a los bancos que reduzcan los dividendos y dediquen los recursos obtenidos a reforzar su nivel de solvencia aumentando su base de capital para prevenir cualquier adversidad si cambia el ciclo económico, o simplemente constata cómo su excedente se reduce debido al próximo giro en la política monetaria.
El BCE da prácticamente por hecho que en junio aprobará su primer recorte de tipos de interés -actualmente en el 4,5%-, y aunque la bajada será en principio modesta, de apenas un cuarto de punto -0,25-, el plan es que los descensos continúen hasta final de año, de manera que la banca va a ver disminuida una parte importante de su fuente de ingresos, y debería contener el reparto de sus beneficios vía dividendo.
Según el banco central, las entidades financieras españolas y del conjunto de países de la UE se han mostrado muy resistentes a la pasada crisis provocada por la pandemia y la guerra de Ucrania, y se han ajustado satisfactoriamente al entorno marcado por el endurecimiento monetario, que ha puesto fin al período prolongado de bajos tipos de interés en el que las entidades bancarias habían operado durante cerca de una década. A ello ha contribuido, además de la robustez del crecimiento económico, la sólida posición financiera de partida con la que las entidades bancarias afrontaban el ciclo de subidas de tipos de interés, favorecida por el marco regulatorio desarrollado a escala internacional durante los últimos años.
En el caso concreto de las entidades bancarias españolas, éstas han logrado una mejora significativa de su rentabilidad, impulsada fundamentalmente por el crecimiento del margen de intereses, y favorecida también por una evolución contenida de las pérdidas por deterioro, sobre todo en el negocio nacional. La buena evolución del margen de intereses se ha sustentado, a su vez, en la traslación asimétrica del alza de los tipos de interés al activo y al pasivo de las entidades. Pese a que se ha observado una cierta contracción del crédito, coherente con su mayor coste tras el endurecimiento monetario, ésta no ha tenido entidad suficiente como para lastrar dicho resultado.
Asimismo, la posición de liquidez del sistema bancario se ha mantenido en niveles muy superiores al mínimo exigido, pero, en opinión del BCE, la solvencia, aunque ha mejorado ligeramente, no ha acortado la brecha desfavorable que, en promedio, mantiene respecto a la de los principales sistemas bancarios europeos. Según los responsables de la institución que preside Christine Lagarde, el buen desempeño de las entidades no debe llevar a la complacencia, sobre todo en el escenario de elevada incertidumbre todavía existente.
En su opinión, la mejora del margen de intereses asociada a la subida de los tipos probablemente ha alcanzado ya su punto más elevado, de modo que esta partida podría estabilizarse o incluso ajustarse a la baja en la medida en que se produzca un progresivo estrechamiento del diferencial entre los rendimientos de las posiciones de activo y los costes medios de las de pasivo. Por otro lado, el grueso de los efectos adversos del endurecimiento monetario reciente, como es el caso del deterioro de la calidad de la cartera crediticia, se puede manifestar con un cierto desfase.
La conclusión de la institución con sede en Fráncfort es que las entidades deben aprovechar la situación favorable de rentabilidad para mejorar la solvencia del sector. Ello contribuiría a preservar su capacidad de intermediación bancaria si se materializaran los riesgos mencionados. De hecho, y tras la reflexión realizada por el consejo de gobierno del BCE, el Banco de España está analizando la posibilidad de establecer un nivel positivo del colchón de capital anticíclico (CCA) cuando se identifique que los riesgos sistémicos cíclicos se sitúan en un nivel estándar, intermedio entre un nivel elevado y un nivel bajo.
La activación de este colchón en fases más tempranas proporcionaría más capital liberable en fases cíclicas adversas, lo que ayudaría a sostener el flujo de crédito a la economía real durante las mismas y contribuiría al objetivo de estabilización macroeconómica. De hecho, el gobernador Pablo Hernández de Cos informará en breve a las entidades bancarias de la decisión final, según las fuentes consultadas por OKDIARIO.