BBVA se encuentra «cómodo» en Turquía: este es su plan ante el batacazo de la moneda turca
El desplome de la lira turca está tirando abajo la cotización de BBVA, con casi la mitad del capital de la entidad Garanti en sus manos. Sin embargo, fuentes próximas a la compañía se muestran tranquilos y explican que tienen un plan que preveía este tipo de movimientos.
BBVA es «un inversor a largo plazo en Turquía, así como en los países donde está presente», tal y como señalan a este periódico desde la entidad. «Una de nuestras ventajas competitivas es nuestra demostrada experiencia en la gestión de banca universal en mercados emergentes volátiles a través de un modelo descentralizado de capital y liquidez (es decir que las filiales son autónomas y responsables para su propia financiación y liquidez. No hay transferencias entre las filiales o con la matriz)», señalan desde el banco que preside Francisco González, que tiene un 49,85% de participación en Garanti y que, aseguran, se sienten «cómodos» con esta posición.
En cuanto a su gestión en Garanti desde la entidad destacan a OKDIARIO que «hemos diversificado nuestras fuentes de financiación y alargado sus vencimientos; tenemos un modelo de gestión de riesgos basado en anticipación, prudencia y proactividad; continuamos teniendo en cartera bonos ligados a la inflación y, de hecho, hemos aumentado su peso en el balance de Garanti -estos bonos funcionan como coberturas del margen de intereses para situaciones de inflación alta-«.
«Garanti es el mejor banco del país: Líder de mercado, con sólidos fundamentales y muy avanzado en banca digital, lo que ha permitido a Garanti ser muy resistente a escenarios de estrés. En julio presentó unos resultados excelentes en el primer semestre: Incremento del beneficio atribuido en un 25,6% en el primer semestre del año comparando con 2017, en términos constantes y mandíbulas positivas, con los ingresos brutos creciendo un 21% y los gastos un 11% en términos constantes», continúan desde BBVA.
En relación a la posición macro-económica de Turquía, «consideramos que el país necesita un crecimiento económico más moderado (vs 2017) y unas políticas monetarias y fiscales que también controlen la inflación», concluyen desde el banco.