Bankinter y UBP advierten que la incertidumbre política no tendrá un coste cero en las inversiones en 2018

Inversión

Aunque se prevé que 2018 sea un buen año, las rentabilidades que obtendrán los inversores no serán tan elevadas como las de 2017. “La clave de los próximos meses para obtener unos retornos interesantes está en centrar el asset allocation en el crecimiento de la economía global”. De esta forma arranca, el informe para inversores que ha elaborado Bankinter y al que ha tenido acceso OKDIARIO.

Las bolsas continúan siendo el activo más atractivo y esto no cambiará en 2018. De hecho, el principal riesgo es quedarse fuera de bolsas, a pesar de todas las dudas que uno pueda tener y de los riesgos aún vivos, que efectivamente existen.

En ningún momento de la historia la humanidad ha vivido sin incertidumbres, sin riesgos. Y el momento actual no es una excepción. Nunca todo será perfecto, pero el contexto que hoy vivimos se parece bastante a una especie de “perfección pasajera”, dicen en Bankinter. Puede que se trate de una fase transitoria, pero no por eso deberíamos dejar de disfrutar de este momento. Incluso los riesgos geoestratégicos (Corea del Norte, Siria…) y políticos (extremismos, populismos e independentismos) tienden a diluirse inercialmente.

Además, consideran los analistas del banco naranja, los máximos de la bolsa americana están justificados. Y si Wall Street funciona, el resto de las bolsas funcionan.

Wall Street cuenta con 3 pilares básicos: un entorno macroeconómico no sólo francamente bueno sino también homogéneamente expansivo desde una perspectiva geográfica, unos resultados empresariales en mejora continua y una presión (positiva) de la liquidez sobre los precios de los activos como nunca antes. Creen que ninguno de estos tres factores cambiará durante 2018 y probablemente tampoco en 2019.

La reforma fiscal americana dará más recorrido a Wall Street y tal vez desde antes de lo esperado, arrastrando positivamente al resto de bolsas.
Un aviso importante para España y más tras las recientes elecciones en Cataluña. La incertidumbre política en nuestro país tenderá a diluirse lentamente en los próximos trimestres, pero no tiene coste cero. Por eso revisan a la baja sus estimaciones sobre el PIB español ya a principios de noviembre, desde +3,2% hasta +3,1% para 2017 y desde +2,8% hasta +2,5% para 2018, tasa que probablemente se repetirá en 2019.

Los plazos más cortos de financiación de la deuda española se realizan ocasionalmente (no siempre) a TIR de mercado iguales o incluso algo más elevadas que sus equivalentes italianas (aunque ambas estén en negativo), pero claramente inferiores a partir del plazo a 5 años. Este es el indicador más efectivo para medir el coste de una incertidumbre política que creen las fuentes mencionadas, se diluirá a lo largo de los próximos trimestres.

Divisas sin sustos y los tipos europeos lentamente hacia positivo, es otra de sus recomendaciones como las de moverse desde compañías de dividendo hacia bancos, pero sin abandonar las primeras, incorporar small caps americanas a las carteras, favorecer bonos soberanos periféricos europeos frente al resto de bonos y no olvidar una dosis prudente de emergentes, según el grado de tolerancia al riesgo de cada perfil inversor.

Por su parte, la entidad UBP con su CEO a la cabeza, Michael Lok, advierte de que en la era actual de creciente populismo y esfuerzos hacia reformas políticas se requiere de un marco más amplio para evaluar los riesgos a los que se enfrentarán los inversores los próximos meses. Así informan de que el boom económico global continúa: Este año y el próximo el crecimiento mundial será el más rápido en diez años, con una media de un 3,6% en 2017 y de un 3,5% en 2018. “El crecimiento depende a partir de ahora en menor medida del apoyo del banco central y se ha sincronizado más en todo el mundo. Asimismo, el consumo está aumentando en China y EEUU mientras que en la zona euro su nivel se acerca al anterior de la crisis. Estos aspectos, así como las inversiones corporativas, la mejora de los salarios y del mercado de trabajo y el aumento de la demanda doméstica irán empujando progresivamente al alza las economías a nivel mundial”.

Esto nos llevará a la entrada de un nuevo régimen monetario: A lo largo de los próximos meses los estímulos que los bancos centrales han ido introduciendo en la economía desde 2008 desaparecerán y se espera que la Fed lleve a cabo más subidas de tipos.

Esta recuperación doméstica respaldará la recuperación cíclica en los mercados emergentes: es probable que el próximo año se lleve a cabo un cambio político significativo en los principales países emergentes, que debería reflejarse en la maduración de la economía y se traducirá en un aumento de las rentabilidades de los inversores. “Los activos de los mercados emergentes han estado entre los más fuertes a nivel mundial en 2017, y han subido un 32% entre enero y octubre.

Algunas economías emergentes como China, Brasil o Rusia han dado ya síntomas de recuperación después de cinco años de desaceleración. Pese a que su “reaceleración” será modesta, la disminución de presiones inflacionarias a nivel local, el crecimiento global dinámico y los precios estables de las commodities deberían impulsar las economías de los mercados emergentes los próximos meses”.

Aunque en cualquier conversación sobre commodities los últimos años el protagonista es el oro, este enfoque puede distraer a los inversores de un horizonte temporal de largo plazo. “Actualmente los precios de las materias primas se están acercando a los mínimos anteriores al año 2000.

Hay que tener en cuenta que, con la agricultura susceptible a los cambios del clima, el aumento del suministro a largo plazo de productos industriales así como de metales y minería y la mejora de las perspectivas en el sector industrial, las commodities se convierten en una buena oportunidad de inversión a largo plazo. Asimismo, los productores de hierro, aluminio y cobre de alta calidad están bien posicionados para aprovechar esta coyuntura”. También ven con buenos ojos la renta variable americana y creen de verdad que las reformas y la reestructuración se afianzan en Japón.

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