Economía

Un alto cargo de Ximo Puig pone en peligro el macroproyecto de la Torre Eólica de Valencia

Torre Eólica, de 170 metros de altura, diseñada por el arquitecto valenciano Fran Silvestre y financiada por el gestor de fondos alternativos Net de Gerrers, se está encontrando con la losa de la burocracia y demoras por parte del Consorcio, principalmente por la parte de la Generalitat Valenciana.

Vicent Llorens
Vicent Llorens

Uno de los proyectos de desarrollo de energías renovables más relevantes de los últimos años en la ciudad de Valencia permanece enquistado y en peligro de no realizarse. Se trata de La Torre Eólica de la Marina de Valencia, un desarrollo que estaba llamado a ser el más importante a nivel medioambiental y también de generación de energías renovables para la capital del Turia, pero que no ve la luz y se encuentra bloqueado por las trabas que está imponiendo un alto cargo colocado por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.

Se trata de Vicent Llorens, director del Consorcio Valencia 2007 Marina de Valencia, cargo de confianza de Puig nombrado en 2016 una vez instalado el gobierno socialista en la plaza de Manises de la ciudad de Valencia. Bajo la dirección de Llorens se está realizando una buena serie de retrasos en la aprobación del proyecto por parte del Consorcio Valencia 2007, formado por el ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central, que acumulan muchos meses de aplazamientos.

De hecho, estaba previsto que en febrero del pasado año obtuviese la segunda aprobación necesaria para continuar con la tramitación administrativa correspondiente y, sin embargo, por el momento no se ha realizado.

Una torre icónica

El proyecto es un trabajo icónico para la ciudad valenciana. La Torre Eólica fue diseñada por el arquitecto valenciano Fran Silvestre y también fue financiada por el gestor de fondos alternativos Net de Gerrers. Tiene 170 metros de altura pero tan grande como su envergadura está siendo la losa de la burocracia y demoras por parte del Consorcio, principalmente por la parte de la Generalitat Valenciana en manos del ‘Botánic II’, la entente de Gobierno entre PSOE, Compromís y Podemos.

Este gobierno regional está vertiendo dudas sobre un proyecto que se antoja fundamental para Valencia.

Según las directrices europeas, los puertos del Estado deben tener independencia energética, algo que proporcionaría la torre con sus molinos verticales generando electricidad suficiente para abastecer a toda la Marina de Empresas, el espacio junto al Puerto de Valencia donde se busca generar un ‘hub’ de emprendedores y empresas que ha sido impulsado en su momento por la propia Mercadona.

Producción de 5,4 GW/hora

La combinación de energías eólica y fotovoltaica lograría una producción estimada de 5,4 GW/hora al año, equivalente a los genera un molino eólico de gran tamaño. El 75% del total de la energía la producirían los mil molinos de eje vertical instalados en la torre y el 25% restante las placas solares de la superficie.

La comisión pide aclaraciones y dudas en cada reunión, incluyendo un aval para que se desmonte la torre antes de que termine la concesión en caso de fallo

La inoperatividad y la multitud de trabas que están poniendo los responsables de la decisión pone en peligro el proyecto. La comisión pide, según fuentes cercanas al proyecto, aclaraciones y dudas en cada reunión, incluyendo un aval para que, en caso de fallo, se desmonte la torre antes de que termine la concesión. Además, existe malestar entre los promotores por la divulgación por parte de la comisión de datos confidenciales. Las motivaciones para los retrasos no tienen explicación y sí ponen en peligro la apuesta de los promotores por un proyecto clave para la ciudad, que con las demoras supone menos ingresos para la Marina.

«A veces hay que leer algo varias veces para que salga perfecto», ha dicho Llorens como justificación para que esté retrasando de nuevo un proyecto que ya debería de estar en marcha

El propio Llorens declaró la pasada semana, en una entrevista radiofónica en Radio Valencia, que están buscando “un contrato de adjudicación que garantice la viabilidad de la operación y unos ingresos justos para el Consorcio”. Aquí la clave radica en el canon del 3% que el Consorcio quiere fijar sobre los ingresos anuales. No obstante, el gerente entiende que el asunto debería resolverse “en los próximos meses”.

«Queremos leer mucho»

El director general del Consorcio Valencia 2007, Llorens, reconoció que él mismo está retrasando la adjudicación: «A veces hay que leer algo varias veces para que salga perfecto. Queremos tomar la decisión con las mayores garantías para los concesionarios, para nosotros y para la ciudad. A veces hay que aprobar las cosas cuando todos estemos convencidos de que se cumplen los criterios de seguridad jurídica, solvencia económica y justicia para todos los intereses», comentó Llorens.

El gerente del consorcio dijo que están «en el buen camino» para encontrar una fórmula contractual que satisfaga a todas las partes. «No sé si irá en la siguiente comisión delegada. Lo solucionaremos satisfactoriamente en los próximos meses», indicó.

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