CONTACTOS FRECUENTES ENTRE LOS SINDICATOS Y LA PATRONAL

Los agentes sociales reactivan el diálogo social sin esperar a que haya nuevo Gobierno

CCOO y CEOE
Unai Sordo CCOO y Antonio Garamendi CEOE. Foto: EFE

Los agentes sociales han vuelto a reactivar el diálogo social sin esperar a que haya un nuevo Gobierno. Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, los sindicatos y los empresarios ya llevan meses intercambiando opiniones sobre los distintos asuntos que deben marcar el futuro del mercado de trabajo y de la economía española. «El diálogo social nunca se ha parado realmente, ni siquiera durante este periodo de parálisis política», señalan fuentes cercanas a los negociadores.

Los retos que se deben afrontar en el futuro son grandes: por ejemplo, la renovación del Estatuto de los Trabajadores, la evaluación de los actuales planes de fomento del empleo (que llevan años resultando un fracaso), el absentismo y cuestiones más peliagudas como la reforma laboral.

De hecho, se ha barajado incluso con la posibilidad de que se produjera alguna reunión pública de Antonio Garamendi, Pepe Álvarez y Unai Sordo, durante el mes de julio, apuntan las fuentes. Los contactos informales entre ellos y de sus equipos sí que son habituales.

En muchos de estos ámbitos UGT, CCOO y CEOE consideran que pueden llegar a un acuerdo, aunque en asuntos como las modificaciones en la legislación del mercado de trabajo será determinante la formación de Gobierno y la mayoría que finalmente apoye la investidura.

Lo cierto es que la negociación colectiva sigue dando pasos. La firma de los últimos convenios y las negociaciones que se están produciendo en el seno de las empresas están dejando un caldo de cultivo muy propicio para que haya un acuerdo social antes que a nivel político.

Por ejemplo, los sueldos pactados por convenio experimentaron durante el primer semestre su mayor alza en la última década, según datos del Ministerio de Trabajo. Los salarios crecen a un ritmo del 2,2% hasta junio mientras que la inflación se sitúa en el 0,4%, lo que implica una fuerte mejora del poder adquisitivo de los trabajadores.

Asimismo, la cordialidad entre los agentes sociales se puede observar también en los momentos difíciles, ya que la mayor parte de los EREs que se están registrando en España se firman con acuerdo (las empresas están evitando los despidos y, en todo caso, apuestan por la suspensión del trabajo de forma temporal).

En Telefónica (una de las compañías con más peso en CEOE) también se ha producido un pacto entre la empresa y los sindicatos de la compañía de telecomunicaciones para facilitar la desconexión digital de los trabajadores fuera de la jornada laboral, un asunto que tendrá que contemplarse sin duda en el futuro Estatuto de los Trabajadores, que tendrá que contemplar la imparable digitalización a la que se enfrenta el mundo.

En este escenario, la intención de los negociadores de CEOE, UGT y CCOO, que no han parado de actualizar sus propuestas y de mantener «contactos casi diarios», es que si se retrasa la formación de Gobierno los agentes sociales lleven la delantera y puedan presentar al Ejecutivo reformas cerradas, o casi cerradas.

En el caso de que este mes haya finalmente fumata blanca y Pedro Sánchez sea elegido presidente, reactivar el diálogo tripartito (Gobierno, sindicatos y empresarios) tampoco sería demasiado complicado, ya que el diálogo bipartito (sindicatos y empresarios) no ha cesado en los últimos meses.

El escollo de la reforma laboral

Lo que sí que podría romper los avances en el diálogo social es la formación de un Gobierno de Pedro Sánchez con miembros de Podemos dentro del Ejecutivo. La derogación de parte de la reforma laboral sería un cheque que tendría que pagar en este caso Pedro Sánchez, algo que no quiere su ministra de Economía, Nadia Calviño, pero que sí ve con buenos ojos la de Trabajo, Magdalena Valerio.

En el caso de un acuerdo PSOE-Podemos para que haya un Gobierno de coalición los sindicatos verían más cerca una de sus principales reclamaciones -derogar la reforma laboral- y saltarían por los aires los acuerdos con los empresarios, que no aceptarían cambios en la legislación que den marcha atrás a los avances conseguidos en el empleo desde que arrancó la recuperación.

Es por ello, que Antonio Garamendi, presidente de CEOE, ha insistido por activa y por pasiva que prefiere un gobierno monocolor del PSOE a un gobierno en el que participe Podemos. Para conseguirlo ha pedido la abstención de Ciudadanos y del PP e incluso a llegado a decir, en línea con la estrategia del Ejecutivo en funciones, que no pasaría nada porque se celebraran nuevas elecciones si finalmente se alcanza un gobierno estable.

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