La actividad económica de España se estanca en enero y apunta a crecimiento nulo en el primer trimestre
La economía española se dirige hacia un trimestre con crecimiento nulo o incluso negativo. Así lo creen algunos organismos y así lo anticipa el índice de actividad económica de la OCDE de enero, publicado este martes. De acuerdo con los datos de esta organización, la actividad económica en España se ha estancado en enero y se mantiene en los mismos niveles de octubre, noviembre y diciembre de 2020. En concreto, marca 95.53 puntos a cierre del primer mes del año, frente a los 95.49 puntos registrados en diciembre, los 95.47 puntos de noviembre y los 95.52 puntos de septiembre.
Este índice es un termómetro más sobre la evolución de las economías a nivel mundial. En el caso de España, este índice ha reflejado el dato de crecimiento del PIB marcado posteriormente por el INE. En abril y mayo se hundió tres puntos -remontando en junio- y el segundo trimestre el PIB español se desplomó un 17%. Posteriormente, este índice rebotó tres puntos y el PIB creció en el tercer trimestre en un 16%. En el cuarto trimestre se mantuvo estable y creció un 0,4%.
Con los primeros datos macroeconómicos conocidos en enero, la AIReF también apunta a un crecimiento negativo del PIB español en el primer trimestre. En concreto, esta institución, que preside ahora Cristina Herrero, estima que la economía española caerá un 0,8% de enero a marzo, según su previsión de este lunes.
Según la OCDE, la actividad económica en España se ha estancado en enero y se mantiene en los mismos niveles del cuarto trimestre de 2020: marca 95.53 puntos, frente a los 95.49 puntos registrados en diciembre
En el caso de la OCDE, los datos para España muestran una ligerísima mejoría respecto a diciembre. Sin embargo, es inferior a la media registrada por el conjunto de los países que forman la OCDE, lo que deja a España de nuevo como la peor economía también en enero entre los países más avanzados del planeta. De los países del mundo con una economía más avanzada, España se encuentra sólo por delante de Islandia y por detrás de Grecia o Portugal.
La tercera ola de la pandemia marca el inicio del año
El inicio del año ha estado marcado por la tercera ola de la pandemia, tras el relajamiento de las restricciones para celebrar la Navidad en la mayoría de las regiones. El incremento de los contagios ha provocado que las comunidades autónomas volvieran a cerrar los comercios no esenciales y la hostelería y confinara a buena parte de la población, paralizando la economía.
No ha sido el caso de la Comunidad de Madrid, motor económico del país, que ha mantenido abierta la hostelería, centros comerciales, cines y gimnasios, lo que ha contribuido a mantener el índice de la actividad económica del conjunto del país.
El dato de enero deja a España de nuevo como la peor economía entre los países más avanzados del planeta: de los países del mundo con una economía más avanzada, España se encuentra sólo por delante de Islandia
A partir de ahora será clave para el dato definitivo del primer trimestre la evolución de la pandemia en las próximas semanas. La incidencia de la pandemia, medida en contagios por cada 100.000 habitantes, está bajando y el número de hospitalizados, también. Esto permitirá a las comunidades reabrir los negocios en las próximas semanas.
Además, la reciente sentencia de la justicia vasca, que obliga a reabrir los bares y restaurantes porque no hay riesgo para la salud, anticipa una posible oleada de sentencias similares en otras regiones, lo que permitirá la vuelta a la actividad de un sector clave.
Ayudas directas a las empresas
El otro elemento clave para el PIB será lo que haga el Gobierno en materia de ayudas a las empresas. La Vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, han admitido este martes que el Ejecutivo está diseñando un paquete de medidas con Bruselas para aliviar la situación de las empresas.
El aplazamiento en el pago de algunos impuestos y la línea de avales del ICO para obtener préstamos, además de los ERTE, medidas que ha implementado hasta ahora el Gobierno, han servido para evitar una avalancha de cierres de negocios pero ha endeudado a las compañías a niveles que ha puesto en peligro su continuidad cuando tengan que afrontar los pagos aplazados.
Si no se produce ninguna medida de apoyo, las patronales de empresarios y las asociaciones de autónomos están ya advirtiendo de que muchas pequeñas y medianas compañías no van a poder subsistir. El Gobierno ha anunciado que está estudiando la modificación de la ley concursal y permitir que las comunidades autónomas den ayudas directas a las empresas para evitar el caos.