Las cinco personalidades que defienden el libre mercado

1. Clint Eastwood

El aclamado actor y director californiano siempre ha mostrado su apoyo al Partido Republicano de Estados Unidos. No obstante, siempre ha actuado como un verso libre y ha sido crítico con muchas decisiones de las que tomaron, por ejemplo, Richard Nixon o George W. Bush.

Y es que Clint Eastwood se define como libertarian, algo que en nuestro país podría traducirse como liberal. El actor siempre ha defendido la libertad tanto en el ámbito personal (defendiendo el matrimonio homosexual, por ejemplo) como en el económico: «Ser libertario significa ser socialmente tolerante, no molestar a nadie, creer en la responsabilidad fiscal y en que el Gobierno debe mantenerse al margen de tu vida».

2. Juan Pablo II

Resultaría demasiado aventurado erigir al difunto Juan Pablo II como un bastión de las ideas del libre mercado, pero sí se puede decir que la evolución a lo largo de su pontificado se fue abriendo hacia la convicción de que el capitalismo es beneficioso para todos y ayuda, sobre todo, a aquellos más desfavorecidos a salir de la pobreza. Quizá por haber sufrido en sus propias carnes las miserias provocadas por una economía planificada como la de la URSS, el papa Wojtyla se mostró siempre muy crítico con el socialismo y defendió un libre mercado con reglas.

En su encíclica Centesimus Annus, Juan Pablo II se mostró a favor de las ideas del libre mercado: «Volviendo ahora a la pregunta inicial, ¿se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?».

«La respuesta obviamente es compleja», continúa la encíclica: «Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva».

3. Bono (U2)

El vocalista de la famosa banda de rock irlandesa U2 no siempre fue un defensor de las ideas de libre mercado. El artista de 56 años, dedicó gran parte de su carrera musical a colaborar de forma benéfica. Sin embargo, durante una conferencia en la Universidad de Georgetown, Bono reconoció que sus convicciones dieron un giro de 180º.

«La estrella de rock defendiendo el capitalismo, a veces me escucho a mí mismo y no me lo puede creer», comenta Bono entre risas durante su intervención, pero a continuación lo explica: «La ayuda únicamente es un parche, el comercio y el emprendimiento capitalista sacan a mucha más gente de la pobreza, por supuesto».

4. Garry Kasparov

Nació en Baku, en la antigua Unión Soviética y, lejos de comenzar defendiendo las ideas de libre mercado que ahora promulga, el que fuera campeón del mundo de ajedrez entre 1985 y el 2000 decidió afiliarse al Partido Comunista. Desde entonces, fue evolucionando hasta alejarse ideológicamente del socialismo y abrazar las ideas de la libertad, propias de las sociedades avanzadas y prósperas.

«Creo en el espíritu del emprendimiento, creo que el capitalismo da oportunidades únicas para liberar el poder del individuo. Lo que quiero ver es más libertad para emprendedores, pequeñas empresas, para aquellos que crean estabilidad en la sociedad, que se les quiten impuestos», explicó Kaspárov en un evento organizado por Atresmedia el pasado mes de junio.

5. Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa es uno de los más firmes defensores de las ideas pro libre mercado de los últimos tiempos. En 1990 se presentó como candidato a la presidencia de Perú proponiendo una revolución liberal para abrir la economía del país y fomentar el emprendimiento.

Vargas Llosa es, seguramente, el escritor hispanohablante que mejor conecta la literatura y el liberalismo. Y es que la obra del premio nobel de Literatura 2010 guarda un firme compromiso de denuncia hacia la situación de los países latinoamericanos y la obsesión de los políticos por oprimir a los individuos para sacar beneficio.