Bruselas advierte a Sánchez que tiene que recortar urgentemente 15.000 millones para 2019
Bruselas da el primer aviso al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez: en 2019 deberá recortar 15.000 millones. Y el primer asalto de ese recorte deberá verse ya –en menos de un mes–, puesto que se tendrán que ver lo mimbres en la aprobación de la ley de techo de gasto. Una norma que se deberá negociar con los actuales apoyos del Ejecutivo de Pedro Sánchez: Podemos, ERC, PDeCAT e incluso EH Bildu. En caso contrario, Sánchez deberá negociar esa norma con PP o Ciudadanos, algo que, a buen seguro, generaría el primer enfrentamiento entre el bloque que permitió sacar adelante la moción de censura contra Rajoy.
Bruselas considera que España no cumplirá con los objetivos de déficit pactados con la UE. Que el déficit llegará al 2,7% frente al 2,2% del PIB fijado para este año. Traducido: que el Gobierno español deberá realizar un ajuste adicional cercano a los 6.000 millones de euros. Pero es sólo el aperitivo.
Y es que para 2019 Bruselas prevé más déficit y, por lo tanto, más necesidad de recortes adicionales. En concreto, similares al 0,65% del PIB, más de 7.000 millones de euros. Es decir, que en total, España tiene que preparase para un recorte adicional de casi 15.000 millones de euros hasta el cierre de 2019.
Esa es la razón, de hecho, de que la Comisión Europea haya mantenido a España una vez más bajo el procedimiento de vigilancia denominado como protocolo de déficit excesivo. De hecho, es el único país de las grandes economías que se mantiene bajo este sistema de control.
No se trata de exigencias nuevas. Pero los cauces extraoficiales de comunicación de la Comisión Europea han preferido recordar al nuevo Ejecutivo que el nuevo Gobierno, por muy reciente que sea conformación, tendrá que cumplir con esas exigencias. Y tendrá que empezar a hacerlo ya porque la ley de techo de gasto tiene que ser negociada con urgencia. Y negociada nada menos que con Podemos y los separatistas.
Bruselas no dirá a España cómo debe realizar el ajuste. Es decir, que si el Gobierno de Pedro Sánchez quiere hacer el ajuste por medio de subidas de impuestos podrá hacerlo. Y si prefiere aplicar recortes sobre las principales partidas de gasto –pensiones, salarios, prestaciones sociales, parados, Sanidad o Educación– también. Pero el camino será obvio: subida de impuestos.
Y es que las nuevas carteras de Trabajo y Hacienda ya han destacado que la prioridad es el gasto social, aunque ello suponga un aumento de la carga tributaria sobre los españoles. De hecho, el plan preparado por Manuel Escudero para Pedro Sánchez antes de la moción de censura recogía sin miramientos una subida de impuestos a lo largo de una legislatura de 30.000 millones de euros, precisamente, para poder asumir una escalada del gasto público.