El PSOE convoca una consulta para salvar el acueducto de Segovia pero la oculta para seguir dañándolo

El Ayuntamiento de Segovia, dirigido por la socialista Clara Luquero, no quiere controlar el desmoronamiento que, poco a poco, va sufriendo el acueducto de Segovia por los conciertos celebrados a escasos centímetros y por la cantidad de vehículos que pasan a apenas unos metros del monumento. Para cubrirse las espaldas, el PSOE lanzó a principio de verano una consulta ciudadana (que pueden ver en este enlace) que permitiera a cada segoviano hacer propuestas para evitar la caída de la histórica construcción romana; sin embargo, el Ayuntamiento no ha promocionado la consulta y expertos en la materia acusan a la alcaldesa de tratarse de una treta para cubrirse las espaldas.

Bajo el punto de vista de Glenn Murray, experto en la materia y premio Europa Nostra del 2009, el Ayuntamiento de Segovia ha diseñado una «excusa perfecta» por haber dejado guardado en un cajón el estudio de 2011 del Colegio Oficial de Arquitectos de Segovia (COACYLE) y no haber hecho nada. «Se convoca de manera secreta (ver aquí la convocatoria) una ‘consulta ciudadana’ por un periodo de tres meses (julio-septiembre, 2017), coincidiendo de lleno con los meses de vacaciones, y no la publica ni en la sección de ‘actualidades’ de su propia web, ni se anuncia en ningún medio de comunicación en Segovia», explica Murray.

Y la realidad es que la ‘consulta fantasma’ está escondida en la “Sede Electrónica” del Ayuntamiento -detrás de una serie de amenazas sobre ‘seguridad’ que tienen el efecto de disuadir el acceso al público-.

«Es evidente que en el futuro se piensa usar esta consulta, a la que espera no recibir ninguna alegación, como un pretexto por no haber puesto en marcha ninguna de las medidas, sensatas, económicas e inmediatas que sugirió el COACYLE en 2011, y así continuar con su particular programa de pan y circo a pies del famoso monumento, así como no tener que reorganizar las rutas y tamaños de los autobuses», continúa exponiendo Murray.

Y es que, ya se sabe: cuando no se quiere hacer nada, lo mejor pasa por convocar una ‘consulta ciudadana’ y mantenerlo lo más secreto posible. De hecho, basta con ver las imágenes que acompañan este artículo para percatarse de que el principal agresor contra el acueducto, tal y como expone en las mismas el propio Murray, es el propio Ayuntamiento.

«El famoso Acueducto es un monumento Patrimonio de la Humanidad, todos los españoles, e incluso los turistas, puedan alegar perjuicios y participar en la consulta, siguiendo de cerca las bases para que las alegaciones y propuestas no son descartadas por incumplimiento de las normas», recuerda Murray.

Si le saliera bien la jugada al Ayuntamiento segoviano, en caso de notables desperfectos en el acueducto, ellos podrían lavarse las manos diciendo: “Disculpen, pero nosotros consultamos a los segovianos y nadie nos hizo ni caso”; omitiendo, claro, que fueron ellos los que ocultaron la consulta. El objetivo: seguir celebrando rentables y jugosos conciertos para el consistorio y eliminar la posibilidad de redistribuir los autobuses que circulan por la zona.

El acueducto, en peligro de extinción

El acueducto de Segovia está en “peligro de extinción”. Los conciertos que se celebran a pie del monumento y el constante paso de grandes autobuses está provocando que la histórica construcción romana, Patrimonio de la Humanidad, se esté “cayendo a pedazos”.

Lo denuncia, entre otros, el premio Europa Nostra del 2009, Glenn Murray, que acusa al PSOE, al frente del Ayuntamiento de Segovia, de permitir tanto los conciertos como el paso de grandes vehículos a apenas unos centímetros del acueducto.

Según ha reconocido Murray a OKDIARIO, este mismo mes de septiembre viajará a París para entregar a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) un informe al respecto, ya que “son ellos los que pueden poner al acueducto de Segovia en la lista roja de monumentos amenazados por los deterioros que está provocando el Ayuntamiento de Segovia, y por entorpecer la visión del monumento constantemente a los turistas”.