España se convierte en el paraíso de las fusiones y adquisiciones, la elite de las finanzas

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La directiva de Merlin Properties el día de la salida a Bolsa.

España se encuentra entre los países occidentales con un sector de las fusiones y adquisiciones más sofisticado, con operaciones más imaginativas. con nuevos actores que necesitan cubrir sus necesidades y con un asesoramiento más personalizado y duradero. Así se desprende del libro editado por KPMG Más de una década marcando el rumbo del M&A en España en el que se repasan los principales hitos en este mencionado sector.

Mergers and Acquisitions, que es como se denomina en inglés, ha ayudado a reestructurar sectores con la paradoja de que la crisis no sólo no ha perjudicado sino que motivó un gran dinamismo en este ámbito. Aunque, lógicamente, tanto el volumen como el número de operaciones corporativas se contrajo durante los años más duros de la crisis, de 2009 a 2013, el mercado supo detectar e impulsar oportunidades de negocio fuera del ámbito más tradicional.

Por ejemplo en el ámbito financiero se pasó de 45 entidades en España a 15 en apenas cuatro años sin olvidar que la venta de carteras inmobiliarias y de deuda por parte de los bancos así como las desinversiones en activos no estratégicos fueron algunas de esas oportunidades que se detectaron en los años más difíciles. “A pesar de la contracción de la economía, la industria de M&A ha resultado tener un componente anti cíclico, porque cuando la economía va bien tiene lugar un determinado tipo de transacciones y, cuando va mal, otro”, explica en el libro Ignacio Faus, consejero delegado y socio responsable de Deal Advisory de KPMG en España.

Desde la consultora explican que en los años de bonanza, cuando el crédito fluía por todas partes y se podían llevar a cabo operaciones con fuerte apalancamiento se perseguía un crecimiento corporativo que aprovecharon las compañías españolas para adquirir una dimensión global diversificándose geográficamente. Así se vieron operaciones como la compra de Panrico por parte de Apax Partners (2005); la adquisición de Aresa Seguros por Mutua Madrileña (2006) y la operación de Alsa y National Express (2005) fueron algunos de los grandes deals de esos años.

Cuando las tornas cambiaron y estalló la crisis, las empresas querían hacer caja y fueron los fondos de distress los que tomaron el protagonismo. Operaciones como la compra de eDreams por parte de Permira (2010) y la adquisición por parte de Bridgepoint de algunos parques eólicos de ACS, son un par de ejemplos significativos.

A partir de 2013, cuando las brumas de la crisis se fueron despejando el sector retomó nuevos bríos tal y como apunta Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España:  “el M&A es un buen indicador para medir el estado de salud de una economía y de un país y, en la mayoría de los casos, adelanta lo que está por venir”. Y lo que estaba por venir es lo que ya se está viendo: los inversores han renovado su interés por España hasta el punto de que el mercado de M&A registró en 2015 uno de los mejores años de su historia. Y, aunque ha flojeado algo este año por la incertidumbre política, tiene buenas perspectivas para 2017.

Parece que los deseos de crecimiento de las compañías se unirán a las necesidades de ajuste de modelos de negocio que impone la revolución y transformación digital. Dicen los expertos de la mencionada consultora que si algo han aprendido en este período es que se incorporan a la partida nuevos players (fondos soberanos, private equity, distress), el sector está mas curtido con un mayor grado de sofisticación y habrá nuevas e innovadoras fórmulas de financiación para las operaciones que seguro se presentarán.

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