El fondo buitre Springwater tiene nueva víctima: tras Unipapel le toca a Pullmantur

El fondo buitre Springwater tiene nueva víctima: tras Unipapel le toca a Pullmantur
Martin Gruschka, fundador de Springwater (Foto: Springwater)
María Villardón

A perro flaco, todo son pulgas, sobre todo si aparece en el escenario empresarial Springwater, el fondo de capital riesgo que pilota el temido Martin Gruschka. En España entró en acción cuando en 2013 compró gran parte de Unipapel, un momento en el que prometía, como un Mesías, fortalecer la empresa papelera y hacerla crecer. Nada de aquello ocurrió, hoy las puertas de Unipapel están cerradas a cal y canto. El ojo avizor del fondo buitre tiene ahora un nuevo objetivo: Pullmantur, compañía que controla desde mayo de 2016.

Poco le ha durado en las manos Pullmantur a su matriz, Royal Caribbean. Solo 10 años después de comprarle la naviera a Marsans por 430 millones de euros, incluyendo una deuda de 270 millones de euros, la firma de Richard D. Frain se ha deshecho de la crucerística vendiendo el 51% de las acciones a Springwater.

“El ex CEO de Pullmantur quería salvar la empresa pero no con Springwater»

Un movimiento empresarial que deja a los empleados de Pullmantur en un mar de desasosiego. “El ambiente dentro de la empresa es tenso, sobre todo por el cierre de divisiones y la reducción de presupuestos”, comentan a OKDIARIO fuentes internas. Los departamentos más preocupados por la reestructuración son el financiero, el de compras o el informático porque son departamentos que se pueden centralizar. ¿Para qué van a tener departamentos activos que pueden ser centralizados?”, razonan las mismas fuentes.

Jesús de Blas, analista de Bankoa Crédit Agricole explica a OKDIARIO que este tipo de fondos buitre «no tienen precisamente buena fama entre los empleados de las compañías donde aterrizan, y menos Springwater, este tema de Unipapel está claro que de reactivación nada, todo lo contrario».

Royal Caribbean ha tenido más de un disgusto con Pullmantur, recordemos que en 2013 tuvo que hacerle una potente inyección de 306 millones de euros, una transfusión financiera que lastró de manera feroz las cuentas de la matriz. Una dotación que provocó que los resultados de la firma turística en 2012 fueran de 17 millones de euros frente a los 605 millones logrados en 2011. “Es normal que haya una reestructuración”, aseguran fuentes internas, “tiene un problema financiero importante. Estaba perdiendo alrededor de 60 millones de euros todos los años”.

En mayo de este año, como hemos citado, entra en escena Spingwater adquiriendo el control de la compañía de cruceros. Solamente un mes después, Jorge Vilches, el CEO de Pullmantur se despedía del liderazgo de la naviera. Según ha podido saber este periódico, “Vilches, junto con su ejecutiva, tenía la intención de salvar la empresa de la bancarrota colaborando y negociando con otro fondo que no fuera Springwater”. Pero el final ya lo sabemos, Royal Caribbean decidió vender el control de las acciones a este fondo de reestructuración, así es cómo salió el directivo de la presidencia. Vilches dejaba el cargo que ostentaba desde 2014 y ha sido sustituido por Richard Vogel, ex CEO de TUI Cruises.

Springwater, un fondo buitre muy personalista

“Nosotros vemos valor donde otros no lo ven”, reza una de las frases de la web del fondo buitre. Javier Flores, analista de Asinver, explica a OKDIARIO que en el modus operandi de Springwater Capital “es muy personalista, tiene impreso el sello de su fundador”.

Expone Flores que posee el mismo funcionamiento que un fondo de reestructuración tradicional: compra las empresas, las pone del revés y encauza su rentabilidad, “pero no se meten en la gestión”. Ésta, señala Flores, es una de las diferencias del fondo de Gruschka con respecto a otros, “Springwater se arremanga para meterse en la misión de alcanzar la rentabilidad de las compañías que compra y luego venderlas, el riesgo reside en que puede que no consiga encarrilar los beneficios”.

Por su parte, de Blas, califica a estos fondos de «oportunistas que compran empresas en dificultades para «reestructurarlas» para intentar venderlas. Y ya sabemos lo que eso significa esto: tijera a los costes sea lo que sea». Además, aclara el analista que «no precisa ni saber del negocio, es más un trabajo de detectar costes superfluos y recortar y recortar». “Pullmantur”, comentan desde Asinver, “es una de las empresas de crucero con una de las estrategias de precios más agresiva, pero también con los barcos más antiguos”. En Springwater tienen el reto y la oportunidad de “elevar la imagen de la marca de la naviera, no es un problema de comercialización”, concluye Flores.

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