Energía

Las 10 claves del cambio del recibo de la luz: ¿Servirá para algo?

Recibo de la luz
Recibo de la luz.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

¿Poner un tope al gas en 50 euros supone que la luz va a bajar a 50 euros?

No. Ese es el precio máximo del gas que se tomará como referencia para la subasta diaria de la electricidad en el mercado mayorista. Ese precio equivale a entre 120-130 euros por MWh de electricidad, según las cuentas del Gobierno, y a unos 160 euros, según el sector, en función de cómo evolucione la cotización del gas (para calcularlo, hace falta tomar dos Mwh de gas más los derechos de emisión de CO2 más los costes operativos).

¿Y se va a situar ahí el precio de la luz?

Pues tampoco. Porque a esos 120-130 (o 160) hay que sumarles la compensación a las centrales gasistas -ciclo combinado- por la diferencia entre los 50 euros (empezará en 40 durante seis meses y acabará en 70 dentro de un año) y el precio de mercado. ¿Y quién va a pagar esa compensación? Como diría Carlos Rodríguez Braun: usted, señora. Sí, esa compensación se va a añadir al precio del MWh en el recibo, lo que va a aminorar el efecto del tope al gas, e incluso puede llegar a anularlo si el precio de esta materia prima sigue subiendo. El Gobierno insiste en que «el efecto neto será positivo», pero eso está por ver.

¿Todo el mundo va a pagar la compensación al gas?

En principio, sólo lo van a pagar los consumidores que tienen tarifa regulada, es decir, a los que se les aplica el famoso PVPC que sale de las subastas diarias. Pero después también lo pagarán los que están en el mercado libre (los que tienen contratos a plazo con precio fijo) cuando renueven su contrato. También aquellos que se pasen ahora a este mercado, o los que lo hayan hecho después del 26 de abril. Cuanta más gente pague esa compensación, menos le tocará a cada uno, por lo que el coste bajará con el tiempo. Pero como también irá subiendo el tope al gas hasta los 70 citados, es posible que salgamos comidos por servidos.

¿Y ninguna otra fuente de energía podrá poner un precio más alto que el gas?

Esa es otra: la única tecnología que tiene tope es el gas, mientras que las demás pueden pujar en las subastas al precio que quieran. El Gobierno confía en que lo hagan por debajo porque ahora ponen el precio más alto porque el del gas se lo permite. Pero ya se sabe que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no está muy puesto en cómo funciona el mercado; y en el eléctrico, las centrales no pujan por lo que les cuesta generar la energía, sino por el beneficio que pretenden obtener. Por tanto, la hidráulica o la nuclear podrán fijar precio por encima del que marcará el gas con el nuevo tope.

Entonces, ¿cuánto va a bajar el recibo?

Dependerá de todos estos factores, así que no está nada claro. Pero, en todo caso, ni mucho menos va a  hacer que el recibo vuelva donde estaba antes de la escalada de la electricidad que comenzó el verano pasado. De hecho, los expertos calculan que, para una familia con un consumo medio, supondrá en torno a 5 ó 6 euros de rebaja al mes, 10 euros en el mejor de los casos.

¿Cuándo va a entrar en vigor la medida?

Ésa es la pregunta del millón. Al Gobierno, después de más de mes y medio mareando la perdiz con Bruselas, le han entrado las prisas para aprobar este Real Decreto, pero todavía no tiene el visto bueno de la Comisión Europea. Y éste puede tardar varias semanas. En Europa no hace ninguna gracia la «excepción ibérica» porque rompe el mercado único. Por eso, han puesto bastantes pegas (como elevar el tope del gas de 30 a 50 euros o exigir que la medida sea temporal) y no se puede descartar que pongan más. En el mejor de los casos, no antes de 12 días, porque el Gobierno ha dado un plazo de cinco días para que las eléctricas le envíen información de a quién se aplicará la compensación, y otros siete para que el gestor del mercado haga los ajustes necesarios.

¿Dentro de un año va a cambiar otra vez el recibo?

Sí. Una de las exigencias comunitarias es que en 2023 España cambie la forma de calcular el PVPC que se aplica al pequeño consumidor. Se va a copiar el modelo de Portugal, que liga este precio al mercado de futuros de la electricidad, más estable que el precio de contado que se aplica ahora en las subastas.

¿Y entonces sí que bajará de verdad?

Pues no está tan claro. En principio, los futuros tienen menos volatilidad que el contado (no están tan ligados a las condiciones meterológicas de un día para otro), pero eso no significa que no suban cuando lo hace el gas o cuando hay poca generación renovable. Y ojo, también son menos volátiles a la baja; es decir, cuando el precio de la luz empiece a bajar (que algún día lo hará), los futuros tardarán más en reflejarlo y, por tanto, se trasladará más tarde al recibo.

¿Y hay alguna forma para reducir el recibo de forma efectiva?

No es fácil porque al final el alza de los costes de las materias primas siempre va a hacer subir la luz, como estamos viendo en todo el mundo. Pero se puede cambiar el sistema: el Gobierno quiere acabar con el mercado marginalista (donde la energía más cara marca el precio a las demás), algo a lo que la UE se niega. Otra opción es que el PVPC se ligue al precio medio de la subasta en vez de al marginal, cosa que Europa sí permite. En todo caso, los expertos creen que hay que ir a un cambio total del sistema español, en vez de poner un parche tras otro: «Vamos en un Seiscientos al que hemos ido añadiendo más cilindros, pero sigue siendo un Seiscientos. Hay que cambiar de coche», ilustra gráficamente uno de ellos.

¿Vamos a subvencionar la electricidad a los franceses y los marroquíes?

En principio, sí, ya que podrán comprar la electricidad en España, donde les saldrá más barata si el tope al gas funciona como espera el Gobierno. Para evitarlo, quiere compensarlo con una cosa llamada «rentas de congestión», que es la compensación que se da por la diferencia de precios entre dos países de la UE (aquí no entra Marruecos). Este dinero se utilizará para reducir la compensación a las gasistas. Pero no está nada claro que eso se pueda hacer, porque esas rentas las cobran las empresas privadas francesas que compran electricidad a las empresas privadas españolas.

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