Vino y fútbol, un maridaje que ha conquistado a varios futbolistas

David Silva ha sido el último en unirse a una larga lista de futbolistas que se ha embarcado en la aventura de la vinicultura. El jugador de la Real Sociedad lanza en junio su propio vino, Tamerán, una línea compuesta por cinco caldos blancos y un clarete, todos ellos producidos en San Bartolomé de Tirajana. Como él, otros futbolistas y ex jugadores se han lanzado al mundo del vino con su propia bodega.

«Muy emocionado», afirma sentirse David Silva, que en unas semanas verá realidad su ilusionante proyecto con la salida al mercado de Tamerán, su propio vino. Se trata de una línea de cinco vinos blancos y un clarete, con un precio de entre 20 y 30 euros, producida en su tierra. Todos proceden de las uvas de una finca situada en la vertiente sur de San Bartolomé de Tirajana, dándole a este vino un marcado sabor canario y que asegura no dejar indiferente a los amantes de los caldos.

 

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No es la primera incursión del ex del City y actual jugador de la Real Sociedad en el mundo de los vinos. Primero como aficionado, Silva fue queriendo conocer más y más sobre el tema hasta el punto de invertir junto al futbolista Sisinio González, Sisi, en Soto Manrique, una bodega en Gredos. Ha calado tanto en él, que incluso se ha atrevido a lanzar su propia línea, 100% canaria, de la mano del bodeguero Jonatan García, con la presentación de Tamerán, disponible en el mercado desde el próximo mes de junio.

Iniesta, Sanchís, Pirlo…

Silva no es el primero -ni será el último- que se lanza a la aventura de los vinos en el mundo del fútbol. Ya hay otros futbolistas que cuentan con su propia bodega, como es el caso de Andrés Iniesta, con quien comparte la estrella en el Mundial. En 2010, mismo año del éxito en Sudáfrica, el ex azulgrana inauguró su propia bodega, Bodega Iniesta, en Fuentealbilla. Sus vinos han recibido una medalla Gran Oro y un premio al mejor vino rosado en el concurso VINESPAÑA el pasado mes de abril.

Uno de los primeros en lanzarse a la aventura del vino en el mundo del fútbol fue Manolo Sanchís. El ex jugador del Real Madrid fundó Casalobos, su propia bodega al pie de la sierra de mismo nombre y entre Los Montes de Toledo y El Campo de Calatrava. Convenció a varios compañeros de entonces y entre sus socios, además de Butragueño, Figo, Martín Vázquez, Alfonso Pérez o Karanka, hay otros rostros conocidos como Emilio Sánchez Vicario, Pato Clavet o Andrés Velencoso.

Incluso Leo Messi cuenta con su propia línea de vinos de la mano de la bodega argentina Bianchi desde 2012 y cuyos ingresos van destinados a diversos proyectos de su Fundación. Con un papel mucho más activo que el argentino, Andrea Pirlo, actual entrenador de la Juventus, tiene su propia bodega en Brescia (Lombardía), llamada Pratum Coller y que produce unas cuarenta mil botellas al año.

 

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Otra leyenda del fútbol, el alemán Franz Beckenbauer, se embarcó hace unos años en la aventura del vino. El Kaiser adquirió la parte mayoritaria de la Bodega Lammershoek en Swartland, Sudáfrica, situada a unos 80 kilómetros de Ciudad del Cabo y a la que ya estaba ligado desde 2013. Son solo algunos ejemplos de futbolistas que, bien en activo o ya retirados, se han lazando a explorar el mundo de la vinicultura, que les brinda una nueva aventura de saborear el éxito.