Tebas suplica ayuda al Gobierno para legalizar su Gran Hermano en los estadios

Eugenia Martínez de Irujo mascota
Tebas necesita una autorización especial para llevar a cabo su Gran Hermano.
Guillermo Sáez

A Javier Tebas le ha salido un hueso duro de roer con la Agencia Española de Protección de Datos, el organismo público encargado de velar por la privacidad de los ciudadanos. Después de que la AEPD declarara que los sistemas biométricos para autorizar las entradas de aficionados a los estadios, como la huella dactilar, son ilegales, el presidente de la Liga ha optado por tirar por el camino de en medio y ha solicitado ayuda al Gobierno español para salirse por la suya. Un puenteo en toda regla.

El caso se enturbió para Tebas el pasado mes de enero, cuando  ‘La hinchada del Arlanzón’, un grupo de aficionados del Burgos CF que protestaban contra la obligatoriedad de registrar sus huellas dactilares para acceder a los partidos en el Estadio Municipal El Plantío, recibió una respuesta positiva de la AEPD: su tesis era acertada y tenían una base legal para defenderla.

A la vista de esta situación adversa para sus intereses, el presidente de la Liga ha optado por recurrir directamente al Gobierno, concretamente al secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Francoal que le ha enviado una carta solicitando ayuda, y no una ayuda cualquiera, sino que modifique la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, según publica la SER. Es decir, que le permita implantar la huella dactilar en los estadios para controlar a los aficionados.

«Le impuso la medida (de la huella dactilar) a los clubes, le dictó a Antiviolencia una medida ad hoc ilegal para respaldar la obligación y ahora cuando a los clubes les van a caer sanciones de la AEPD muy gordas por su locura corre raudo a que le cambien la ley», resumen a OKDIARIO desde la Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE).

Multones en el horizonte

En esta asociación que representa a los aficionados tiene constancia de que hay clubes que introdujeron la huella dactilar y posteriormente tomaron huellas a sus aficionados sin haber recabado el pertinente consentimiento informado. La recogida de datos «en forma engañosa o fraudulenta» es una infracción muy grave, según la Ley de Protección de Datos (LOPD), que tipifica multas desde 300.000 euros hasta 20 millones de euros. La paradoja es que los responsables de pagarlas serían los propios clubes, que fueron presionados por la Liga para implementar la huella dactilar y ahora pueden sufrir las consecuencias de un procedimiento ilegal.

No era la primera vez que alguien le paraba los pies a Tebas por su afición a invadir la privacidad de los aficionados, ya que el año pasado la Audiencia Nacional confirmó una sanción de 250.000 euros a la Liga por utilizar sin consentimiento los micrófonos de los teléfonos que tenían instalada la aplicación oficial de la competición.

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