El TAD, tocado y hundido: el TSJM deja en ridículo al Tribunal del Deporte y a su presidente Espartero

tribunal administrativo del deporte
El Tribunal Administrativo del Deporte ha rechazado el Levante por el caso Chumi.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Tribunal Administrativo del Deporte ha quedado en ridículo tras la última sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El organismo presidido por Julián Espartero ha recibido un duro correctivo tras ver anulada su resolución sobre las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Fútbol por un defecto de forma en la convocatoria de las mismas.

El TSJM ha retratado al TAD y al propio Julián Espartero, quien fue el que impulsó la anulación de los comicios. «El TAD necesitó un importante esfuerzo interpretativo para tomar esa decisión», enunció el TSJM en la resolución sobre las elecciones, dando a entender que se forzaron las cosas para negar la convocatoria de los comicios a Luis Rubiales.

La resolución de la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJM deja detalladamente los errores cometidos. «Para alcanzar la conclusión de que debe entenderse que es al Presidente (Rubiales) al que corresponde la facultad de convocar elecciones, el TAD necesita de un importante esfuerzo interpretativo de las normas concurrentes que regulan la cuestión de la competencia para esta cuestión concreta (la anulación de las elecciones), resultando además que uno de los jueces deportivos formula voto particular por llegar justo a la conclusión contraria tras el análisis de las mismas normas, por lo que, desde luego, la incompetencia de la Junta Directiva, de existir, no puede calificarse como patente e incontrovertida», añade la sentencia.

Hay que recordar que el TAD se agarró a un clavo ardiendo para cancelar las elecciones a la presidencia de la Federación asemejando un interés por dilatar el proceso sine die sin saber con qué beneficio. No en vano, la sentencia recalca que la nulidad del proceso electoral ya comenzado «es susceptible de causar importantes perturbaciones a los intereses generales y a los terceros que participen o pretendan participar en dichos procesos».

El mencionado auto judicial también da trascendencia a un informe de Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD) del pasado 17 de julio, que tenía una conclusión un elocuente: «La paralización de este proceso electoral podía resultar un daño al interés general».

Un organismo que cada vez tiene menos sentido

La Justicia Ordinaria ha vuelto a tumbar una resolución de un Tribunal Administrativo del Deporte que vive sus horas más bajas. Sin ir más lejos, en marzo de este año ya se vivió una auténtica rebelión dentro del mismo porque algunos miembros de la cuerda del ex secretario de Estado para el Deporte –Miguel Cardenal– se negaban a admitir a los nuevos escogidos por Irene Lozano.

Julián Espartero, el presidente desde 2018, encabezó ese intentona de obstruir la renovación de los organismos del Consejo Superior del Deporte, pero no ha sido el único. Ramón Barba, ex subdirector de régimen jurídico del CSD, también ocultó durante meses a la nueva presidenta que había que renovar la Comisión Directiva del CSD para mantener a Javier Tebas en la misma.

Indudablemente en todos estos aparece la oscura mano de un Miguel Cardenal que creó el TAD en 2013 para traer Justicia al deporte y parece todo lo contrario. Desde su creación, este organismo no ha parado de acumular querellas, polémicas y resoluciones dudosas siempre actuando con parcialidad hacia unos mismos intereses.

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