«La Superliga es buena para el fútbol y para el Barça»

«En stand-by», decía que estaba la Superliga Florentino Pérez en la madrugada del miércoles, aclarando a todos que, pese las renuncias de gran parte de los fundadores iniciales del gran torneo: «Están equivocados si piensan que la Superliga ha muerto». Ha sido el presidente del Real Madrid el gran estandarte de este gran proyecto deportivo que apuntaba por cambiar el sino del fútbol de élite, de los grandes. Pero si el líder merengue se ha encargado de defenderlo aquí y allá, su eterno rival ha estado actuando estos días como su fiel escudero.

El Barcelona acumula ya varias muestras públicas a la Superliga Europea. Joan Laporta fue el primero en romper el silencio con respecto a ella tratándola de «necesidad». Pese a su prudencia, fue insistente en ella en declaraciones para TV3: «Debe ser una competición atractiva, basada en los méritos deportivos. Somos defensores de las ligas estatales y estamos abiertos a un diálogo abierto con la UEFA. Necesitamos más recursos para que esto sea un gran espectáculo. Creo que habrá un entendimiento».

El aperitivo que fueron las primeras palabras de Laporta se extendieron con su respectivo argumentario en el comunicado oficial que emitiría el Barça en sus medios oficiales. Elevando el término hasta «absolutamente necesaria» y considerándolo como un «error histórico» no apoyar tal iniciativa. El Barça empujaba así, desde su gran escaparate y altavoz, a la nueva competición europea, más atractiva y también más beneficiosa en términos financieros, algo que seduce mucho a un Barça que necesita una inyección económica urgente.

El siguiente en romper una lanza en favor de la Superliga Europea ha sido Eduard Romeu, vicepresidente económico del FC Barcelona que, en declaraciones a TV3, ha vuelto a dejar clara la postura del club dados los beneficios que podría reportar tanto a corto como a largo plazo: «Nos hemos sumado a la Superliga porque entendemos que se trata de una iniciativa buena para el fútbol y buena para el Barcelona».

Romeu tienda puentes con los organismos rectores del fútbol, especialmente con la UEFA, a la que invita a reformular la Champions League y darle una vuelta para lograr equipararla con lo que ofrece a día de hoy la Superliga: «Lo que está claro es que tenemos que buscar unos puntos de encuentro con los organismos de fútbol para convertir este proyecto en una realidad donde todos salgamos beneficiados».

El vicepresidente financiero destacó las muchas presiones que han hostigado a los clubes fundadores desde que se anunció inicialmente el proyecto de la Superliga: «Las presiones existen y son de alto calado, pero nosotros estamos convencidos que con diálogo entre todas las partes se puede llegar a una entente».

El Barça necesita a la Superliga

Desde que llegó a la presidencia del FC Barcelona, Joan Laporta es muy consciente de las necesidades que presenta a día de hoy el Barça. El club tiene serios problemas financieros y sin el proyecto de la Superliga Europea y su gran aporte económico, muchas de las promesas que realizó antes de asumir la responsabilidad de la Junta Directiva culé son meramente imposibles.

«Esto ayudará al Barcelona, que pasa una situación económica mala. No me costó nada convencer a Laporta porque es un hombre sensato. Lo entendió como lo han entendido los clubes», explicaba Florentino Pérez sobre la adhesión del Barça a la Superliga hace unos días: «Esto salva al fútbol, que está pasando una situación muy delicada, que yo no la he visto en 20 años. Si no hacemos algo no durará mucho, bajará a un nivel que si las futuras generaciones no tienen interés en el fútbol… estamos listos».

Los 350 millones de euros que recibía cada club fundador de manera inmediata si el proyecto salía adelante suponía un empujón mayúsculo para el Barça a la hora de cuadrar sus cuentas. Los blaugrana salvarían así la temporada y podrían afrontar el mercado de fichajes que se avecina en un escenario muy diferente al actual. Conformar una plantilla competitiva no es sencillo y es el principal escollo para que Leo Messi acepte renovar y continuar en el club que le vio crecer y reinar. Sin la Superliga… todo se desmorona en el Camp Nou.