DEPORTIVO DE LA CORUÑA VS REAL MADRID: JORNADA 1 DE LIGA

Riazor, de estadio maldito a talismán

Riazor, de estadio maldito a talismán
Los jugadores del Real Madrid celebran uno de los goles de Isco, la pasada campaña, en Riazor (Getty).
Hugo Carrasco

Hablar del Estadio de Riazor para el madridismo en las décadas de los 90 y 2000 era para echarse a temblar. El feudo del Deportivo de la Coruña era sinónimo de batacazo madridista casi asegurado. Quizás lograría el Real Madrid rascar un empate, pero el sufrimiento estaba asegurado. Nunca se ganaba y, por el contrario, casi siempre se perdía. Y así sucedió durante 17 años. 17 temporadas consecutivas en las que el Dépor logró su mayor racha de permanencia en la Primera división.

Los cursos transcurridos entre 1992 y 2009 fueron una auténtica pesadilla cada vez que los blancos ponían rumbo a La Coruña. Como si de una maldición se tratase, era pisar la ciudad gallega y el sentimiento de impotencia se apoderaba de los blancos. Un quiero y no puedo desde la 92-93, cuando los madridistas se marchaban en el marcador 0-2 gracias a goles de Hierro y Zamorano y los locales lograban remontar para llevarse el choque por 3-2. Un mal sueño que se fue prolongando en el tiempo.

Tuvieron que pasar 17 años de goleadas, de intentonas blancas sin resultado. Ni Zidane supo lo que era ganar en Riazor como jugador. Hasta que llegó la nueva galaxia madridista. Comandada por Cristiano, Benzema y Kaka’, junto a la experiencia de Guti y Raúl, por fin el Real Madrid se llevaba la victoria del feudo deportivista, en aquella noche del tacón del 14 hacia Benzema, que remató a placer ante la incredulidad de la asistencia.

Se puso fin al único resquicio que quedaba del Superdépor. Desde esa noche, los gallegos sólo han sacado un punto en lo que era un fortín, además cosechar dos descensos de la máxima categoría. Cinco victorias madridistas y un empate es el balance en los últimos ocho años.

Lo que era un manchón anunciado en el calendario blanco, pasaron a ser tres puntos casi asegurados. Con un 2-8 en la 14-15 y un 2-6 el curso pasado como resultados más abultados, los blancos han conseguido tumbar de un plumazo a las meigas que sobrevolaban Riazor en cada visita madridista. Ahora, el encargado de poner la magia es Isco, que en la última visita blanca cautivó a los presentes con una exhibición que bien pudo valer un campeonato.

El domingo el Madrid inicia su defensa del título en un escenario que hubiera deseado que no existiera 10 años atrás. Hoy las cosas han cambiado. Ahora, los blancos acuden a un Riazor convertido en talismán sin tapujos, sin miedos, como si la montante de su plantilla desconociese lo que sucedió allí durante las dos décadas más importantes de la historia del deportivismo.

Lo último en Deportes

Últimas noticias