El retorno del rey
Cuando el equipo más lo necesita, Cristiano Ronaldo vuelve para alejar los fantasmas y desterrar la palabra crisis que comienza a leerse después de los dos empates consecutivos ante Valencia y Levante. Casi un mes después de haber sido expulsado de forma injusta ante el Barcelona, el luso volverá a ponerse la camiseta del Real Madrid el miércoles en el estreno en Champions ante el APOEL. Y Cristiano vuelve con ganas, porque la sanción de 5 partidos ha molestado muchísimo a la estrella del Real Madrid.
Como hicieron sentir varios compañeros y Zidane tras el tropiezo ante el Levante, todos están esperando al luso con los brazos abiertos. Es atrevido escribir esto, pero la historia ante Valencia y Levante hubiera cambiado con Cristiano sobre el terreno de juego. En ambos partidos el Real Madrid ha disfrutado de muchas ocasiones pero no ha estado preciso dentro del área, el hábitat de Cristano.
Y, ¿quién no iba a echar de menos al mejor jugador del mundo? Vista la importancia de Cristiano en los éxitos recientes del Real Madrid es de sentido común afirmar que hay Cristianodependencia. En cualquier equipo la habría. En la temporada pasada, que acabó con doblete madridista 59 años después, con 42 goles y 12 asistencias, participó en 54 goles de un total de 173 que marcó el Real Madrid.
Además, Cristiano Ronaldo fue clave en el tramo decisivo de la temporada, algo que los escépticos siempre le habían recriminado de forma injusta. En el último tramo de la temporada pasada, en los partidos que se jugaban los títulos, el luso marcó goles decisivos tanto en Liga como en Champions. En el campeonato doméstico marcó contra el Valencia, dos dobletes ante Sevilla y Celta más el primer gol en la victoria ante el Málaga (0-2) el día del alirón.
Lo de Liga fue de traca pero lo del Champions fue un espectáculo de fuegos artificiales. El luso consiguió su quinto pichichi consecutivo tras sumar 12 goles en la competición y fue el primer jugador en la era moderna en marcar 10 goles entre cuartos de final, semifinales y la final. Desde la época de Di Stéfano no lo hacía nadie. El madridista marcó cinco goles en la eliminatoria ante el Bayern, tres contra el Atlético de Madrid y dos en Cardiff ante la Juventus, donde también se convirtió en el primero en marcar en tres finales.
Después de esta heroicidad tuvo un merecido descanso hasta la final de la Supercopa de Europa donde disputó siete minutos en la victoria ante el United. Días después saltó al campo a la hora de partido en el clásico de ida de la Supercopa, marcó un gol de bandera, enseñó su camiseta al Camp Nou y posteriormente fue expulsado de forma injusta tras ser objeto de penalti. Después llegó la dura sanción de cinco partidos del Comité de Competición por tocar a De Burgos Bengoetxea de la que aún le queda por cumplir un partido (ante la Real Sociedad). En Liga su presencia se hará esperar pero de momento, regresa para la Champions. Cuando su equipo más lo necesita.