Liga Santander: Real Sociedad – Barcelona

Pinchazo Real antes del Clásico

real sociedad barcelona
La Real Sociedad y el Barcelona firmaron un empate a dos en Anoeta.

El Barcelona se dejó un empate en Anoeta ante una Real Sociedad imponente. Los azugranas tuvieron el partido primero perdido y después ganado, pero el postrero gol de Isak pondría el definitivo 2-2 después de los tantos de Oyarzabal, Griezmann y Luis Suárez. El Real Madrid llegará líder al Clásico si gana en Mestalla.

Salió con todo Valverde sabedor de que Anoeta podía ser el Waterloo de su Barça. Lo veía venir y vino. Salió la Real Sociedad dispuesta a acogotar a los azulgranas en su área y a los dos minutos ya podían haber ido 2-0 si no hubiera sido por sendas acciones salvadoras de Piqué casi bajo palos.

Jugaba el Barça –lo diré antes de que me atropelle el fútbol, el de la Real sobre todo– con un equipo de pocas bromas. Arriba, Messi, Griezmann y Suárez. En el medio Busquets, De Jong y Rakitic, que se ha convertido en titular ya por fin indiscutible. Atrás volvía Jordi Alba y se mantenían los Sergi Roberto, Piqué y Lenglet. Y de portero, claro, Ter Stegen.

No terminaba el Barça de sacudirse el dominio realista en los primeros minutos, aunque los de Valverde trataban de adelantar líneas en la presión para darse un respiro. Merino y Odegaard gobernaban el centro del campo con pie de seda mientras que Portu e Isak trazaban surcos en la zaga azulgrana. Piqué no daba abasto para achicar las ocasiones. Y así, al filo del minuto 10, llegaría el penalti cometido por Busquets sobre Diego Llorente. El penalti fue penaltazo, no había dudas.

Avalancha Real

La pena máxima la anotó Oyarzabal tras engañar con el cuerpo a Ter Stegen. La Real Sociedad obtenía el premio a sus primorosos y rítmicos diez minutos. El Barça, además de protestar el penalti, se dedicó entonces a jugar al fútbol y creó una ocasión con una volea de Luis Suárez que despejó a córner Remiro.

El partido se equilibró y el Barça comenzó a tener algo más tiempo el balón. Pero la Real Sociedad no dejaba de mirar hacia la portería de Ter Stegen cada vez que recuperaba la pelota. Odegaard se manejaba a sus anchas entre las líneas azulgranas y demostraba que quitarle la pelota es más difícil que ver un documental en Telecinco.

La Real volvió a crecer y a crecerse en torno a la pelota. De nuevo otros diez minutos de chaparrón futbolístico con Piqué achicando agua sin parar y con más trabajo que el piloto del Falcon de Pedro Sánchez. El central estaba siendo, de lejos, el mejor del Barça en la primera media hora marcada por el acoso y derribo del fútbol realista.

Pero el Barça tiene un don: sin hacer nada te marca un gol. Esta vez, con Messi hibernando para el Clásico, fue Griezmann quien marcaría a la contra una jugada que nació de un error de Diego Llorente y que comandó Luis Suárez a la carrera. El francés se plantó delante de Remiro y le batió con una vaselina sólo a la altura de los cracks mundiales (que alguien le envié el vídeo a Vinicius, por Dios). Era el minuto 37 y el Barcelona equilibraba un partido en el que estaba siendo arrollado por la Real.

Griezmann encuentra petróleo en Anoeta

El gol llevó al Barcelona al descanso con el partido igualado. Del que volvimos con el mismo guión: dominio realista y el coloso Piqué despejando todo lo que llegaba a su área. Pero otra vez fueron los azulgranas quienes golpearían primero por la vía rápida. Busquets filtró un gran pase al desmarque de Messi, la defensa de la Real se quedó mal parada, Leo vio a Luis Suárez en el área y se la dio para que hiciera el 1-2.

Sin ruido, sin fútbol, sin vértigo, sin prisa, sin casi nada el Barcelona había volteado el partido en Anoeta. Incluso Griezmann pudo hacer el tercero en otra contra, pero lo evitó Remiro en el mano a mano. Era el minuto 52 y la Real Sociedad ganaba el partido a los puntos y lo perdía por K.O.

La Real se rompió y el Barcelona comenzó a jugar como Pablo Iglesias en el jardín de su casoplón que es particular. La media hora por delante podría ser un suplicio para los de Imanol y un festín para los de Valverde en vísperas del Clásico.

Pero cuando parecía que la Real lo tenía peor, llegó el 2-2. Fue una jugada en la que Merino aguantó perfectamente la pelota para encontrar a Oyarzabal que vio la subida de Monreal por la izquierda. El lateral la puso y Ter Stegen dejó un despeje muerto en el área pequeña. Por allí apareció Isak para recoger el rechace y hacer el 2-2.

La Real volvió a subirse al tren del partido espoleada por el público de Anoeta, que volvió a vibrar con su equipo. Un par de barullos en el área del Barcelona bien podrían haber supuesto el 3-2 para los locales, pero resistieron los azulgranas.

Al final ambos equipos salieron indemnes del intercambio de golpes y firmaron tablas en un partido notable. La Real Sociedad tuvo más fútbol y el Barcelona más pegada. Los azulgranas mostraron sus dos caras antes del Clásico y podrían perder el liderato si el Real Madrid gana en Mestalla.

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