El Real Madrid se nubla en Atenas (88-82)
Al Real Madrid se le hizo largo el infierno griego. Los blancos cayeron ante Panathinaikos en el primero de sus duelos en territorio heleno por 88-82 en un encuentro igualado hasta el extremo y en el que los detalles terminaron decantando la balanza para el bando local. No estuvieron brillantes los principales estiletes madridistas, que tuvieron en Randolph y Hunter a sus activos destacados en un tropiezo que no debe hacer saltar las alarmas de cara a los encuentros restantes.
Ya clasificados, los pupilos de Pablo Laso comenzaban la segunda misión dentro de la fase regular de la Euroliga: acabar como cabezas de serie. La primera piedra en el camino iba a ser de las duras. El Panathinaikos de un viejo conocido como Xavi Pascual llegaba en plena lucha por meterse entre los ocho mejores y no iba a poner ninguna facilidad al Madrid con el público de su lado.
El inicio de partido pareció dibujado por Pascual. Adalid de los partidos físicos y a pocos puntos, el técnico catalán incidió en la dureza e intensidad con la que debían emplearse sus jugadores, que provocaron tres pérdidas en los tres primeros ataques madridistas, aunque en aro contrario no conseguían producir como para marcharse en el marcador.
En el bando blanco, Randolph mostraba su constante mejoría desde el triple y Llull, irregular pero certero en la dirección, ejerció de escudero para mantenerse a rebufo del Panathinaikos de Calathes y Singleton, los dos grandes líderes con permiso del saltarín Gist, que se marchaban con una mínima ventaja a final del primer cuarto.
El naufragio de un descolocado Ayón contrastaba con la salida de su sustituto, un Othello Hunter que parece vivir uno de sus picos de temporada y a través de un físico demoledor se desmarcó como el principal activo madridista en la primera mitad. Mostraban credenciales dos ex ACB como James y Feldeine desde el triple y Felipe y Thompkins, ambos en pequeñas dosis, aportaban al marcador de un partido seco y lento, ideal para Panathinaikos.
Antes del descanso, una dosis de polémica. Fintó y tiró el propio Thompkins en el último ataque para poner por delante al Madrid con un gran triple, pero el trío arbitral señaló pasos para restar tres puntosa los blancos y otorgarle la última oportunidad a Pappas, que falló el triple sobre la bocina.
Ya había dado muestras de su motivación y K.C. Rivers, un ex madridista, se erigió en el cuchillo que mostró las carencias de la defensa del Real Madrid, que aflojaba para permitir las bandejas de los exteriores griegos. La entrada de Doncic, con un triple nada más salir, precedió a otro de Randolph, que volteaba el luminoso por momentos, ya que Feldeine, que había metido una rocambolesca canasta minutos antes, anotaba un triple sobre la bocina para poner las tablas antes del cuarto decisivo.
James le puso el lazo a la victoria
El toma y daca que se había convertido en constante continuó en unos minutos en los que ni Laso ni Pascual frenaron las rotaciones, conscientes del desgaste de un partido que se iba a decidir por detalles. Carroll, salvavidas oficial del Madrid, anotó un triple inverosímil cuando Panathinaikos amenazaba con marcharse. Este lanzamiento pudo esconder por momentos que el Madrid estaba perdiendo a los puntos con un rival algo más intenso, pero la herida acabó saliendo y una explosiva penetración de Mike James ponía las cosas muy complicadas a falta de tres minutos.
Decíamos que el choque se iba a decidir por detalles la diferencia estuvo en dos triples, el de Doncic para empatar que no entró y el de James, tras bote y dribbling, que sí entró, y convirtió el minuto restante en un imposible para el Madrid, que sufre su segunda derrota consecutiva, con posibles consecuencias para el liderato pero no para su clasificación final como cabeza de serie.