Oblak sí hizo un máster
Oblak sí hizo un máster. El tribunal del Bernabéu firmó por unanimidad otra actuación de matrícula de honor del que es, posiblemente, el mejor portero de mundo. El fantástico meta del Atlético evitó la goleada del Real Madrid y aún le dio para rescatar un punto (inmerecido, sí, pero un punto) en el derbi. Cristiano adelantó al Madrid y Griezmann empató poco después un derbi en el que volvió a ganar el Barça.
Era un simulacro de derbi, un derbi de mentirijilla, descafeinado como el café de un hipertenso. Después de ventilarse finales de Copa y de Champions, Real Madrid y Atlético dirimían el derbi de la honrilla porque en la Liga sólo aspiran ya a ser segundos, un premio de consolación que es como esos trofeos de Mus que acaban en el trastero o esos masters que uno nunca encuentra entre los papeles.
Zidane rotaba y retocaba el equipo. Descansaban tres centrocampistas… y Benzema. No entraban en el once ni Casemiro, ni Modric, ni Isco y sí lo hacían los meritorios Kovacic, Lucas y Asensio, héroes de París siempre con ganas de reivindicarse. En el Atlético sorprendía Simeone con la presencia de Vitolo y la suplencia de un Gabi demasiado exprimido para su edad.
Nervioso arrancó el derbi con el Atlético en presión alta y el Real Madrid tratando de bailar pegado con la pelota. Ambos equipos metían el pie en los balones divididos porque en los derbis no se regala nada. Poco a poco, los blancos fueron encerrando a los rojiblancos, cómodos en las tareas de escolta del área de Oblak.
Oblak se luce y Estrada yerra
Y precisamente el meta rojiblanco demostró por qué es uno de los mejores del mundo (si no el mejor) al atrapar así sin darse importancia un remate a bocajarro y con la cadera de Cristiano Ronaldo. Eso fue en el 9 y en el 10 Estrada se comió un penalti de Juanfran sobre Kroos. El árbitro estaba encima pero decidió inhibirse para mosqueo de todos los jugadores del Real Madrid y de la grada del Bernabéu.
Otra vez Oblak volvió a lucirse ante Cristiano al despejar un misil del crack luso en el 19. El gigantesco portero del Atlético, que tenía los pies en la frontal del área pequeña, voló y sacó a mano cambiada el disparo de Ronaldo. El dominio del Real Madrid en el derbi era casi el de un rey absolutista. El Atlético se defendía y capeaba el temporal en plan Rajoy: esperando.
Otra vez Oblak se agigantó para evitar el 0-1 en un mano a mano con Varane a la salida del enésimo córner para el Real Madrid. Contestó Navas también defendiendo lo suyo al sacar de forma espectacular un disparo de Diego Costa, que se había plantado solito en el área, pero que se fue escorando a la derecha y se cerró el ángulo.
Fue un espejismo porque el Real Madrid siguió domina que domina. Sólo le faltaba encontrar el gol pero entre la defensa del Atlético y ese portero que parece Spiderman, pues no había manera. En el 41 tuvieron los de Zidane su enésima ocasión. Primero fue Marcelo el que vio cómo la cruceta evitaba su gol y luego Oblak el que volvió a evitar un gol cantado en la volea al rechace de Carvajal.
Aparece Ronaldo… y Griezmann
Al descanso llegó vivo el Atlético gracias a su soberbio portero y del descanso volvió el derbi en la misma tónica que en la primera parte. Balón y dominio para el Real Madrid, con los rojiblancos metidos atrás y fiando su suerte a Oblak y a enganchar una contra. Pero el cántaro había ido tanto a la fuente que se sabía el camino y en el 53 encontró el gol. Fue la conexión entre la galopada de Bale, que levantó la cabeza mientras corría, vio a Cristiano y le puso un centro medido que Ronaldo voleó con precisión quirúrgica. Esta vez ni Oblak pudo evitarlo. Fue un golazo.
Pero entonces el Atlético se echó al monte y encontró el gol en un decir amén. Griezmann filtró un pase a Vitolo con la zaga del Madrid mal parada, Keylor salió a tapar y le quedó el rechace al centro como siempre y ahí volvió a aparecer indetectable el francés para hacer el 1-1. El gol espoleó a los rojiblancos, que tuvieron el 2-1 en un remate defectuoso de Koke que despejó Navas.
Ambos técnicos movieron los banquillos. Simeone metió a Correa por Vitolo y Zidane sacó a Benzema por ¡¡¡Cristiano Ronaldo!!! En la cabeza del técnico madridista sigue con su idea de dosificar al luso y como en el derbi no había demasiado en juego, le ahorró la última media hora. El Real Madrid volvió a dominar el partido porque el Atlético (incomprensiblemente) volvió a echarse atrás.
Zidane se dio cuenta y metió de golpe a Isco y Modric para intentar llevarse el derbi. Salieron Kovacic y Asensio. Lo intentaba el Real Madrid una y otra vez, inasequible al desaliento, con el Atlético ya encerradísimo (pura táctica del murciélago), pero los blancos estaban huérfanos en el área sin su mejor rematador. Al 80 insistía el Madrid y resistía el Cholobús.
Los últimos diez minutos se jugaron en el área del Atlético, que defendió cada metro con su vida. Atacó y atacó y atacó el Real Madrid, pero el muro de Oblak no derribó –que evitó el 2-1 hasta en la prolongación con un vuelo maravilloso ante el tiro de Sergio Ramos– y los rojiblancos sacaron un empate del Bernabéu, inútil para el sueño imposible de la Liga, pero valioso para la honrilla de ser segundo. Al final, igual que en el Wanda, el derbi lo ganó el Barça.