Portugal vs Gales: aquí gana el Madrid
“¿Cristiano o Bale?” es el “¿A quién quieres más: a papá o mamá?” del Real Madrid. Y pese a ello, no necesitan en los despachos del Bernabéu ningún comodín del público ni sienten la necesidad de pasar palabra a la hora de dar respuesta: a los dos por igual. Que el portugués o el galés vayan a estar en París el próximo 10 de julio colma de orgullo al club, que mira hacia el Portugal-Gales con ojos de expectación, relamiéndose de puro fútbol ante lo que puedan dar de sí dos de sus candidatos al Balón de Oro .
Mientras tanto, el nerviosismo entre los sectores ajenos al madridismo crece irreduciblemente a medida que lo va haciendo la Eurocopa: a menos que una catástrofe lo impida, tendrán que contemplar a una de las dos cabezas visibles del club blanco a 90 minutos de hacer historia. Por Cristiano y por Bale ha pasado y pasará la Primera de Portugal y de Gales. Y no les viene nada mal el reconocimiento, tan en el punto de mira como suelen estar.
Cristiano, ante la oportunidad de su vida
De Cristiano se ha dicho –y se seguirá diciendo- de todo. Cuando no molesta su actitud, lo hacen más aún sus goles, si no las dos cosas. El luso, que sabe que este puede ser su último tren con destino a la victoria en una Eurocopa, está apareciendo en los momentos claves, incluso sin la puntería que normalmente le caracteriza. Si Portugal pasó la fase de grupos, fue gracias a su doblete. En octavos, contra Croacia, de un disparo suyo hizo a placer el gol definitivo su amigo Quaresma. Frente a Polonia no falló desde los 11 metros: mientras unos dan pábulo a las mofas –que si Penaldo, que si tal-, CR7 sigue metiendo penaltis importantes, algo de lo que no todos pueden presumir.
En semifinales se espera otro paso al frente del delantero del Madrid, un jugador que afronta su día a día sin red: si está a la altura, habrá quien siga menospreciándole, pero será mayoritariamente encumbrado; si patina, habrá unanimidad en señalarle como culpable. Renato, una de las sensaciones de la Eurocopa, Quaresma o Pepe, halagado estas semanas como mejor defensa del torneo, serán algunos de sus escuderos, unos recursos de los que Bale no puede presumir. Cristiano sabe que está ante la oportunidad de su vida (con récord histórico a tiro incluido), en una semifinal contra una debutante en Eurocopa. En el Mundial 2018 tendrá 33 años y muchos más kilómetros y patadas en sus piernas. Es ahora o nunca.
La tranquilidad quien ha hecho historia
Bale, a la cabeza de Gales, sigue superando imposibles. Lo que ayer parecía una proeza hoy es un sueño cada vez más cercano a lo real. Su selección continúa desencajando mandíbulas con tanta sorpresa: hace no tanto, imaginar a los galeses en una Eurocopa se entendía como una utopía; luego lo pareció que jugaran más de tres partidos en ella; llegaron a octavos y ya se observaba más gente subida al carro; en cuartos, contra una Bélgica copada de talento, volvieron a ir de tapados y se destaparon como semifinalistas. Casi nada.
Bale es el líder indiscutible, el león del escudo. Suya es la melena más reconocible y la zarpa más afilada sobre un césped. De ello se valió (hizo siete goles -y dio dos asistencias- de los 11 que marcó Gales en la fase de clasificación) para llevar a sus compañeros y amigos a Francia 2016, un torneo en el que han demostrado que la unión hace la fuerza, que los bloques aguantan las individualidades. De ello se van a tener que seguir autoconvenciendo para que las sensibles bajas de Ramsey y Ben Davies penalicen lo mínimo posible.
Pase lo que pase, celebre Cristiano o celebre Bale, ganará el Madrid, que tiene a sus dos máximas estrellas peleando por la cima del fútbol continental de selecciones poco más de un mes después de haber conquistado la de clubes.