Se avecina nueva guerra con los radicales

Pánico en la Bundesliga: los ultras amenazan con paralizar toda la jornada

Los ultras alemanes aseguran que continuarán las protestas contra el Hoffenheim de Dietmar Hopp y amenazan el desarrollo de la jornada 25 de la Bundesliga.

Ultras Alemania
Los ultras del Bayern, en el partido ante el Hoffenheim. (AFP)

Se avecina nuevo episodio de la guerra entre ultras y autoridades del fútbol alemán durante este fin de semana. La jornada 25 arrancará este viernes con los árbitros preparados para suspender cualquier partido, en el caso de que se vuelvan a producir insultos graves desde las gradas.

Durante la semana, los ultras han amenazado el desarrollo normal de la jornada tras los incidentes ocurridos el pasado fin de semana: «Asumiremos nuevas interrupciones de los partidos», publicó el grupo ultra ‘Fanszenen Deutschland’.

El Hoffenheim-Bayern y el Union Berlín-Wolfsburgo fueron interrumpidos después de que desde la grada ultra se mostrarán pancartas con insultos graves hacia Dietmar Hopp. El propietario del Hoffenheim es profundamente odiado por los grupos ultras de todo el país.

El origen del conflicto

Los clubes alemanes presumen de ser propiedad de sus aficionados gracias al modelo 50+1 instaurado en el 1998. Así, por lo menos el 50% de las acciones del club, más una más, corresponden a los seguidores. Este modelo es de gran importancia para los aficionados alemanes, y sobre todo para los ultras, defensores del fútbol tradicional y fieles enemigos del denominado fútbol moderno.

Pero existen excepciones a este modelo. Y es aquí donde aparece el presidente del Hoffenheim, el multimillonario Dietmar Hopp, dueño de una fortuna valorada en 5.300 millones. La excepción a la norma aparece cuando un propietario sume 20 años de inversiones correctas en un club. A partir de este momento, puede optar al 100% del accionariado. Este es el caso del Hoffenheim de Hopp, entre otros.

Los grupos ultran se muestran ferozmente en contra de este tipo de prácticas, como ya han demostrado tantas veces ante el controvertido Red Bull Leipzig. Así, las protestas fueron iniciadas por el famoso Muro Amarillo de Dortmund, que fue castigado por insultar gravemente a Hopp. La sanción impedirá a los ultras del Borussia desplazarse a Hoffenheim durante dos años.

Defensa a los ultras del Dortmund

Ultras de equipos de todo el país se unieron a la protesta contra el Hoffenheim de Hopp, que en dos décadas ha pasado de la octava división a la Bundesliga gracias a sus inversiones. Y no solo con pancartas, también con numerosos comunicados, como el de los ultras del Unión Berlin: «Que alguien con medios económicos ilimitados se compre un club en Bundesliga algunos lo encontrarán bien. Pero los hinchas no, ese es el fondo del problema. Estos clubes no juegan con los mismos medios que los otros», declararon.

La situación explotó el pasado fin de semana con las interrupciones en varios partidos y con unos futbolistas del Bayern y Hoffenheim que estuvieron pasándose el balón durante 15 minutos para protestar contra las pancartas ofensivas de los ultras, desmarcándose de sus manifestaciones.

Este fin de semana se esperan nuevas interrupciones en los partidos de la Bundesliga y ya están preparados. Existe el pánico por ver las consecuencias de una guerra entre unos ultras que defienden a ultranza el modelo tradicional de club en Alemania y sus rivales, un popurrí que incluye a mandatarios del fútbol alemán, propietarios de clubes y hasta los jugadores.

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