El ex jugador del Barça trabaja en un proyecto de fútbol mixto

Oleguer cambia de vida: da clases de fútbol a niños en un antiguo cuartel de la Guardia Civil

El ex jugador del Barcelona Oleguer Presas vuelve al mundo del fútbol con un proyecto de enseñanza "diferente" al que impera actualmente el fútbol base

Oleguer cambia de vida: da clases de fútbol a niños en un antiguo cuartel de la Guardia Civil
Oleguer Presas, en un partido con el Barcelona. (Getty)

Oleguer Presas ha vuelto al mundo del fútbol, aunque lo ha hecho de una manera muy especial. El ex jugador del Barça tiene nueva vida y está relacionado con el deporte rey. El catalán es ahora entrenador, o como él prefiere definirlo «acompañante» es un nuevo proyecto comunitario de una escuela de fútbol que pretende inculcar valores diferentes, más sanos, de los que habitúan en las diferentes escuelas de fútbol base en España. Los entrenamientos y clases que imparte las efectúa en un antiguo cuartel de la Guardia Civil en Sabadell, su ciudad natal.

«Durante mi experiencia en las prácticas como entrenador me di cuenta de que el fútbol base está muy focalizado en el rendimiento y desde mi punto de vista se dan situaciones humanas que no me gustan y que me hacen sentir incómodo», cuenta Oleguer en una entrevista concedida a EFE sobre su etapa como formador cuando estaba cursando el nivel básico de entrenador, donde realmente se dio cuenta de que su visión de los ciclos formativos de los jóvenes era muy diferente a la que se promueve actualmente.

Desde aquel momento, Oleguer reconoce que «quería hacer las cosas de una manera muy diferente» con el fin de encontrar la manera de fomentar y educar otra fórmula en el fútbol base. Así nace este proyecto, que tiene sus raíces en septiembre de 2018, y al que se unió el catalán recientemente. En él, Oleguer es un «acompañante», término que prefiere antes que entrenador o monitor. Esto es debido a que los verdaderos gestores del proyecto son los padres y madres de los niños, que acuden a todos los entrenamientos de sus hijos.

«Hay mucha gente que idealiza la visión del fútbol, de lo que vemos en la tele y de las individualidades, pero esta dinámica a la vez genera una contradinámica de personas que lo que quieren es que su hijo o hija juegue y se lo pase bien, las cuales se encuentran con dificultades para conseguirlo en forma de rechazos o broncas en los entrenos», razona Oleguer, que busca que el deporte en ciertas etapas sea meramente divertido, entretenido y con valores que no fomenten la competitividad ni genere frustración en los niñas y niñas debido a la exigencia o las derrotas.

Así, las niñas y niños dentro del proyecto del que forma parte Oleguer, comprende diferentes edades. Actualmente hay menores de entre 6 y 12 años, aunque no descarta que el corchete aumente. Los niños juegan en un antiguo cuartel de la Guardia Civil en Sabadell, donde hay habilitado un campo de fútbol sala, de pista de cemento, y donde juegan con una pelota de fútbol 11. Los equipos son mixtos y no están inscritos a ningún tipo de competición, solo disputan dos partidos durante cada trimestre.

«Nos ha ido bien no tener competición para este momento de aprendizaje conjunto que pretende cambiar las dinámicas más competitivas e individualistas», explica el ex futbolista del Barcelona, que comenta que «si hubiésemos empezado en una competición sin hacer ningún trabajo previo hubiese sido más difícil explicarles que el resultado no es importante y que tenemos que jugar todos juntos».

Pero Oleguer no descarta que en el futuro, cuando el proyecto avance y se consolide, abre la puerta la inscripción de los diferentes equipos en competiciones de la provincia y comunidad: «Puede ser interesante. La competición te aporta valores relevantes con los que trabajar porque pasan muchas cosas y se producen conflictos, y la gestión de estos conflictos es lo que nos hace diferenciales».

«Los acompañantes intentamos poner mucha atención en lo que sucede en el juego para poder pararlo y reflexionar sobre lo que sucede», explica Oleguer, que da ejemplos: «Cuando en la elección de los equipos un niño dice que no quiere ir con una niña. Todas estas situaciones son las que el catalán quiere fomentar desde un nuevo punto de vista, ajeno a exigencias, competitividad y frustración que a veces el fútbol base lleva intrínseco.

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